Un micro turístico cayó por una pendiente en Machu Picchu y dos argentinos resultaron heridos

Dos argentinos -cuya identidad aún no se reveló- figuran entre los heridos de un siniestro que tuvo lugar este lunes por la mañana en Machu Picchu, al sur de Perú. El accidente se produjo cuando un micro turístico que volvía de las ruinas perdió el control y desbarrancó. Otras 18 personas también resultaron heridas.

De acuerdo con las primeras informaciones, los afectados de Argentina son un hombre y una mujer. Ambos fueron trasladados a un hospital de Cusco, sin un pronóstico grave.

Según pudo reconstruir Infobae, un vehículo de la empresa Consettur -que recorre la ruta Hiram Bingham, entre el Santuario Histórico y Machu Picchu Pueblo- se dirigía a esta última localidad, cuando perdió el control, salió de la vía y cayó por una pendiente, dejando al menos 20 heridos.

Viajaban en el vehículo volcado 32 pasajeros, entre turistas nacionales y extranjeros. La Secretaría de Relaciones Exteriores de México confirmó que cuatro ciudadanos de ese país sufrieron fracturas múltiples.

Algunos empleados de la organización intentaron estabilizar el micro para evitar que siguiera desplazándose. Varios turistas fueron atendidos al costado de la ruta. A su vez, los heridos de gravedad fueron trasladados hasta el centro de salud más cercano por la Comisaría de Machu Picchu.

Desde la empresa de buses turísticos aseguraron, a través de un comunicado, que todos los protocolos para atender a los pasajeros fueron activados tras el siniestro: “El hecho ha motivado se activen nuestros protocolos de seguridad, habiéndose coordinado inmediatamente la atención de las personas afectadas, así como su pronto traslado a la ciudad del Cusco, de ser necesario”, señalaron en un documento.

Y, sobre el origen del accidente, añadieron: “La empresa irá informando los detalles tan pronto cuente con mayor información”. Una de las hipótesis es que la neblina de la zona dificultó la visión del conductor, provocando que perdiera el control.

En tanto, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual de Perú advirtió en su cuenta de X que indagará si la compañía infringió el Código de Protección y Defensa del Consumidor.

Más allá de este siniestro, pocos meses atrás falleció un turista argentino de 59 años que recorría el parque arqueológico de Ollantaytambo, ubicado a 32 kilómetros de distancia de Machu Picchu, luego de haber sufrido una descompensación.

El hecho sucedió el pasado 16 de julio. La víctima, identificada como Carlos Jorge Rubinstein, caminaba por el lugar, cuando un grupo de turistas y las personas que viajaban con él notaron que se había desplomado.

A raíz de esto, el personal del lugar y los guías comenzaron a realizarle maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). Si bien intentaron restablecer sus signos vitales durante varios minutos, la técnica no dio resultados y el hombre fue declarado muerto.

De acuerdo con algunos videos que circularon en las redes sociales, varias personas se turnaron para realizarle RCP antes de que llegaran los servicios médicos de emergencia. “Ahí tiene pulsación ahorita”, marcó uno de los testigos, mientras que una mujer reclamó: “Sí, pero se le va. Necesito el oxígeno”.

“No quieren venir los de la posta. Miré, ahorita están ahí en la posta”, fue otra de las quejas que hizo uno de los presentes sobre la falta de asistencia por parte del personal médico del parque. Un hombre pidió a los gritos un tanque de oxígeno para que el turista no dejara de respirar.

Según la información publicada por el medio local Latina Noticias, los testigos denunciaron que los servicios de emergencia tardaron unos 20 minutos aproximadamente en arribar a la zona. Asimismo, apuntaron que estos se presentaron sin el oxígeno, bajo la excusa de que no había insumos disponibles en el gabinete médico.

Frente a esto, el comandante Hanner Horna, de la Policía de turismo, remarcó que las causas del fallecimiento eran un misterio, debido a que no se pudo verificar si el hombre contaba con enfermedades preexistentes que hubieran complicado su estado de salud. Sin embargo, se cree que la altura podría haber sido un factor de impacto, ya que la zona se encuentra a unos 2.792 metros por sobre el nivel del mar.