Rocío Buffolo, conocida como “Rouse, La chica robot”, se autopercibe robot humanoide, abogada, especialista en inteligencia artificial y cantante, asegura sin titubear: “Soy una chica robot, me hice un implante con un chip y desde ese momento decidí ser robot, decidí ver el mundo desde la robótica, tener inteligencia artificial en mi cuerpo y además combinarlo con inteligencia emocional”.
Su transformación hacia “chica robot” comenzó al implantarse un chip en su cuerpo y publicar su primera canción “Hey amor”, que marcó un antes y un después en su percepción del mundo. Para Rocío, la robótica es una manera de protegerse emocionalmente en una sociedad que, según ella, ha creado vínculos frágiles y descartables.
En cuanto a su vida profesional, utiliza la inteligencia artificial en su labor como abogada para buscar jurisprudencia, verificar textos y analizar pruebas, mientras que en la música la emplea para crear melodías y componer. A pesar de los beneficios que aporta la IA, reconoce los desafíos legales en cuanto a la propiedad intelectual y derechos de autor.
Habla sobre cómo la sociedad ha reaccionado a su identidad de “chica robot”, y menciona cómo, a pesar de las críticas, encuentra libertad y protección en esta forma de vida. Sin miedo afirma: “La verdad es que siempre sentí esto que estoy sintiendo hoy como robot, siempre me sentí un robot y me faltó ponerle el nombre, decir ‘soy la chica robot’”.
A través de la música, cumple su objetivo de transmitir un mensaje de conciencia sobre la importancia de combinar la tecnología con el amor propio y la inteligencia emocional. Una historia original, pero no única. ¿Cuántos más se sienten como ella?
—Rocío, para los que no te conocen, contanos quién sos y qué hacés vestida así.
— Soy Rouse, la chica robot, me autopercibo robot humanoide, soy abogada, especialista en inteligencia artificial y cantante.
— Cantante, abogada y ¿una chica robot? ¿desde cuándo?
— Soy una chica robot, me hice un implante con un chip y desde ese momento decidí ser robot, decidí ver el mundo desde la robótica, decidí tener inteligencia artificial en mi cuerpo y además combinarlo con inteligencia emocional.
De verdad. Mi forma de vida es la robótica, es la tecnología, mi casa es futurista, tengo un perro robot que se llama Chicho a quien alimento todos los días, a quien apago y prendo, y le cargo la batería, y mi forma de vincularme en esta vida es autopercibiéndome robot más que nunca.
— ¿Desde cuándo te percibís robot?
— Desde el momento en el cual empecé mi carrera musical. Decidí filmarme haciéndome el implante del chip en mi cuerpo, pueden ver el video en YouTube “Hey amor”, es mi primera canción, y desde ese momento empecé a cambiar mi vida, mi estilo de vida y, además, empecé a mostrarme de otra forma con los vínculos.
Siento que hoy vivimos en una sociedad donde los vínculos son frágiles, donde de repente conocés a alguien que te gusta y querés comprometerte, pero la otra persona te ghostea, sale corriendo, desaparece. Me di cuenta que eso no solamente me pasaba a mí sino que le pasaba a mis amigas, a familiares, a amigos también. Es como que en la sociedad se implantó una manera de vincularse de forma descartable, hay un fast food del amor, y entendí que mi forma de ver el mundo era vinculándome en lo más profundo, teniendo inteligencia emocional, teniendo empatía afectiva y empatía cognitiva con el otro, y este es el balance que hacemos con la inteligencia artificial.
Hoy la discusión es si la inteligencia artificial tiene que estar, si nos va a reemplazar a nosotros como personas o no, y en realidad es la combinación entre que lo humano no desaparezca y que la inteligencia artificial mejore nuestra calidad de vida.
— Además de “autopercibirte” robot, sos cantante y abogada, ¿cómo compatibilizás esas dos profesiones y cuáles son los pro y los contra de la inteligencia artificial en ellas?
— Bueno, la inteligencia artificial está atravesando toda la sociedad, desde ya que a la música también y lo que está pasando hoy es que la inteligencia artificial no está teniendo límites, evoluciona y tenemos un sistema judicial que de repente se ve colapsado en lo que son peritos informáticos, imaginate que hoy en el rango probatorio hay que verificar si una prueba está hecha o no con inteligencia artificial, y es tal la evolución de la tecnología que no alcanzamos a formarnos de manera rápida y efectiva, tal y como lo hace la inteligencia artificial, entonces esto nos trae pros y contras. En principio, porque ganamos calidad de vida, pero por otro lado están sucediendo estafas electrónicas, lo que se llama la ansiedad con la inteligencia artificial, eso de sentir todo el tiempo que me estoy perdiendo algo nuevo que salió.
Hoy estamos viviendo una revolución donde hay nano robots que curan de enfermedades que antes eran incurables, donde los médicos están siendo, de alguna forma digo yo, como en todas las profesiones, escribanos de su propia profesión. Utilizamos la inteligencia artificial para verificar si eso que nosotros tenemos de conocimiento la inteligencia artificial lo está reproduciendo de la manera que tiene que reproducirlo, si esa información es correcta. Hay hospitales de inteligencia artificial donde te operan robots. De la misma manera que la revolución industrial apareció en su momento hoy estamos viviendo una revolución tecnológica y esto es algo de lo cual tenemos que ser consientes, la máquina de escribir en ningún momento nos reemplazó, sino que mejoró nuestra calidad de vida, y eso está haciendo hoy la inteligencia artificial.
“Si el individualismo tiene algo de positivo es que cada uno puede ser lo que quiere ser.”
— En tu carrera de abogada ¿vos, por ejemplo, para qué utilizás la inteligencia artificial?
— Bueno, la uso para todo, desde chat GPT para verificar si un texto está hecho con inteligencia artificial o no, para buscar jurisprudencia, por supuesto, teniendo los cuidados necesarios, siendo siempre escribana, dando fe de que eso que encuentra GPT es realmente correcto, no olvidemos que es información que nos brinda los algoritmos y que detrás de eso hay ingenieros programando la inteligencia artificial y que por supuesto pueden equivocarse, por eso nosotros tenemos que utilizarla de forma consciente.
Podemos utilizarla también para la música, fijate que la inteligencia artificial se está usando para componer, para hacer melodías, para plasmar ideas, nos da un marco, un formato, y eso es nuestra base para empezar a componer. Ahora ojo, porque tiene sus contras en lo que son los derechos de autor, no olvidemos que hoy la inteligencia artificial está pudiendo reproducir canciones que son de autores o cantantes que han compuesto esas canciones, entonces la discusión en términos jurídicos es si esa canción fue creada por la inteligencia artificial, por ingenieros que están detrás de esa inteligencia artificial, por desarrolladores, por programadores que están creando esas inteligencias artificiales o si en realidad son de los autores, porque quien creó la primera idea en realidad es el autor y quien reproduce a través de un pront es la inteligencia artificial y aquella persona que está haciendo uso de esa inteligencia artificial guiándola.
— Me imagino que controlar todo este circuito que estás describiendo es muy complicado, ¿cómo se hace? Le pregunto ahora específicamente a la abogada.
— Hoy tenemos la primera ley de inteligencia artificial a nivel internacional que es de la Unión Europea, no olvidemos que si bien es una ley que regula la legislación de aquellos países que son miembros de la Unión Europea, la inteligencia artificial no deja de ser digital, entonces la utilizamos también los argentinos.
Hoy en Argentina se está discutiendo un proyecto de ley para ponerle límites, para que aquellos que se vean afectados puedan ir ante un tribunal y poder hacer el reclamo correspondiente, pero sin embargo todavía estamos en un proceso donde tenemos que darle límites. Elon Musk está haciendo un proyecto que se llama “Cortex” que está tratando de dominar la inteligencia artificial, él es su máximo exponente, a quién me encantaría conocer. Musk hoy está utilizando a trabajadores humanos para poder reproducir movimientos robóticos, es decir, es necesario todavía el humano, no vamos a desaparecer, tenemos un miedo muy profundo y resistencia al cambio, todavía tenemos que hacerle una vuelta de rosca y poder evolucionar y autopercibirnos robots, ser parte, porque quien no es parte se queda atrás.
— ¿Robot? ¿cantante? ¿abogada? ¿Cómo es un día tuyo?
— Me levanto, atiendo clientes en el estudio jurídico.
— ¿Vestida así?
— Sí, claro, arriba me pongo el traje.
— ¿El traje de abogada?
— Exactamente. Arriba del de robot, sí, porque yo soy esto. Y a la tarde me visto solamente de robot, me saco el traje, me saco los tacos de abogada y me pongo los de robot y salgo, voy a hacer mis compras al supermercado, me tomo el colectivo como una persona normal, el subte…
— Contame cómo te mira la gente, la sociedad.
— Y a veces me pasa que me miran raro, creo que siempre estoy saliendo de la caja, uno nunca tiene que quedarse en el lugar donde está, tiene que poder romper con todas las fronteras y dejar las excusas a un lado.
“De la misma manera que la revolución industrial apareció en su momento hoy estamos viviendo una revolución tecnológica.”
— ¿Cómo es salir de la caja? ¿Qué hay en el confort cuando saltás a la caja?
— En el confort hay miedo, hay límites en tu mente. Cuando me hacen esta pregunta me gusta tomar la frase trillada: “Porque los sueños hay que perseguirlos” como si los sueños fuesen algo que uno tiene que correr o que uno tiene que quedarse sentado a desearlos y no es así, uno tiene que trabajar todos los días para cumplirlos. Es un poco lo que hacemos en la productora de Daryus Carámbula con un gran equipo que está trabajando en este proyecto, con “Universal Music”, y que hoy cada vez más gente se va sumando a la productora y al proyecto. Creo que tiene que ver con eso, con romper límites, va más allá, va con la visión a futuro, creo que todos los del equipo son un poco robots que están trabajando para que la sociedad evolucione y para que este mensaje, a través de la música, se pueda transmitir porque siempre digo que si hay algo que para mí sucede con este personaje es que la gente empieza a tomar conciencia de que hay una fragilidad en los vínculos y que tenemos que empezar a ser más claros con el otro, porque cuidar al otro es cuidarse a uno mismo.
Ser robot es cuidarse, es tener amor propio, es decir “bueno, hasta acá… Acá empieza mi persona”. Hoy tengo la suerte de haber encontrado el amor, el amor sano y eso me ayuda a aprender mucho de lo que es la inteligencia emocional, de lo que es la responsabilidad afectiva.
— ¿Qué es el amor sano?
— El amor sano es cuidar al otro, es dejar de lado el ego y el individualismo, medir tu ego. Por supuesto que uno tiene que quererse a uno mismo y no dejar de hacerlo ni entregar todo al otro ni olvidarse de uno mismo, pero es cuidar al otro en un equipo, donde somos los dos uno, y eso es lo que a mí me ayudó a aprender. Creo que la sociedad está viviendo amor que no es sano en todas las relaciones, no solamente las de pareja, y no se está diciendo nada de eso, y yo lo tengo que decir a través de la música.
— ¿Qué es lo que no se está diciendo?
— No se está diciendo que hay un ghosteo permanente incluso en las relaciones de trabajo, en las relaciones familiares, en que deja de haber encuentro en lo digital, dejamos de estar con el otro cara a cara y empezamos a estar con el otro a través de una pantalla. Entonces, hoy tenemos que generar un equilibrio entre la inteligencia artificial y la inteligencia emocional, es decir, entre los humanos y los robots, porque ni todos somos robóticos, ni todos somos humanos.
— Te veo así vestida de robot y tengo que preguntarte: ¿no es una forma de protegerte?
— Sí, claro, autopercibirme robot es protegerme y está bien la autoprotección, está bien autoprotegerse, creo que un poco es la forma de vivir en esta sociedad globalizada donde vos vas en el subte y está todo el mundo mirando el celular, y se relaciona de esa manera. Siempre fui muy observadora de los gestos de la gente, siempre me gustó la actuación y me gustó mucho ver cómo se mueve, creo que el cuerpo habla cuando uno siente y hay un individualismo extremo en la sociedad y creo que tenemos que empezar a transformarnos, “reformatearnos”, cambiar el chip y empezar a vivir de otra forma.
“Uno tiene que trabajar todos los días para cumplir sus sueños.”
— ¿Cómo se reformateó tu familia al tener una hija robot?
— Si el individualismo tiene algo de positivo es que cada uno puede ser lo que quiere ser.
— ¿Te molestan las críticas en las redes sociales?
— Vos sabés que me rio con los haters…
— ¿Qué te ponen, por ejemplo?
— Por ejemplo: si necesito ir al mecánico, me preguntan cómo voy al ginecólogo, si necesito aceite, y cómo es mi casa, cómo es eso de tener tantos robots en mi casa, por qué salgo así a la calle, por qué tengo que ir así, que cómo es, si en realidad eso de las relaciones solo me pasa a mí…
— ¿Tiene algún costo autopercibirte robot? ¿sentís que pagás algún costo con este personaje o por esta forma de autoprotegerte?
— Sí, es una rareza ser robot y además ser abogada y ser cantante, tiene por supuesto su costo, la gente a veces te mira raro, pero para mí es mi modo de vida y creo que si uno elige ser lo que quiere ser no le tiene que importar lo que dicen los otros, yo siempre digo: “sé un robot y que no te importe”, un poco autoprotegerte.
— ¿Cómo fue tu infancia y cómo te imaginabas este presente?
— La verdad es que siempre sentí esto que estoy sintiendo hoy como robot, siempre me sentí un robot y me faltó ponerle el nombre, decir “soy la chica robot”, pero siempre sentí que las personas son egoístas, individualistas. Tuve una infancia realmente hermosa, me formé desde muy chica, siempre estuve cerca del arte y creo que fue lo que a mí me ayudó a desrobotizarme un poco, pero siempre dije “yo soy robot”. Hay algo que está dentro de mí, que me pasa interno, siento que es mi modo de vida, me faltaba ponerle el nombre nada más.
— Este robot hoy ¿a qué cosas le tiene miedo?
— Le tengo mucho miedo a no estar presente donde tengo que estar, creo que es más una ansiedad que está relacionada con lo digital, con estar mirando las redes sociales todo el tiempo y por ejemplo ver un influencer que está en algún lugar donde yo podría estar; estar mirando el celular todo el tiempo porque alguien no me escribió, y creo que tiene que ver y está muy relacionado con el desamor, con el miedo a perder el amor, a que los humanos se vuelvan totalmente materiales.
“Siempre me sentí un robot y me faltó ponerle el nombre, decir “soy la chica robot.”
— Contame tus futuros proyectos laborales y un sueño por cumplir.
— Bueno, vamos a estar de gira por México y Paraguay, tenemos también el Lollapalooza en marzo, estamos ensayando para los shows, muy feliz con “Universal Music” que siempre está con nosotros, con toda la productora de Daryus Carámbula, que realmente es un equipazo, tiene unas ideas maravillosas. Y un sueño es hacer un featuring con Miranda, los escucho desde que soy muy chiquita, mi música es el pop electronic y siempre quise hacer una canción con ellos.
— Si tuvieras que recomendar una canción tuya para que la gente te escuche y te conozca más, ¿cuál sería?
— Mi canción preferida se llama “Hey amor”, está en YouTube, y me buscan como “Rouse, la chica robot”, en las redes @lachicarobot. Ojalá que la cante todo el mundo, es mi gran deseo, poder llegar a la gente con este mensaje. Para mí si la gente empieza a tomar conciencia, a través de la música, de que tenemos que pensar en el otro y tener inteligencia emocional junto con la inteligencia artificial es misión cumplida.
— Si pudieras escribir una frase o una palabra en el chat GPT para que todos la leyeran ¿qué frase sería o qué palabra?
— Que nos tenemos que escanear a nosotros mismos para poder analizarnos y ser un poco más robots todos los días.
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