Tigre cambió una disposición municipal que impedía el entierro de fetos con menos de 20 semanas o con un peso por debajo de los 500 gramos. Ahora cualquier pareja que atraviese una pérdida prematura de su embarazo podrá acceder a una sepultura en los cementerios de la ciudad bonaerense.
El pasado viernes el Municipio de Tigre promulgó la ordenanza N° 4195/24 que había aprobado el Concejo Deliberante para modificar la normativa vigente desde 1982 que regula el funcionamiento de los cementerios en esta localidad.
La reglamentación anterior causaba que los fetos prematuros fueran descartados como “residuos patogénicos” en los hospitales. Y la situación era peor si la pérdida del embarazo ocurría fuera de un centro de salud: “Las mamás guardaban los restos en un frasco o los enterraban en el jardín de su casa, impidiéndole, entre otras cosas, poder mudarse en el futuro”, explicó el presidente de la Fundación Más Vida, Raúl Magnasco, quien colaboró con el proyecto.
De esta manera los establecimientos municipales empezarán a recibir y dar sepultura a los bebés o restos fetales de las madres que perdieron su embarazo, ya sea de manera espontánea o por aborto inducido. Deberán presentar el Certificado de Defunción Fetal, que se tramita en la sede local del Registro Provincial de las Personas, y la licencia de inhumación.
“Estos certificados de defunción fetal ya regían en la provincia de Buenos Aires, pero faltaba una regulación municipal para que el cementerio los adopte como un instrumento válido para que, en conjunto con la licencia de inhumación que el Registro Civil debe otorgar obligatoriamente, reciban a los bebés fallecidos para darle la sepultura humana que merecen”, explicó el concejal Diego Avancini, de La Libertad Avanza, que elaboró la iniciativa.
“Tigre se coloca a la vanguardia en derechos humanos, ofreciendo a las familias la posibilidad de despedir a sus seres queridos de manera digna”, agregó el edil.
Para defender el proyecto en el Concejo Deliberante, Avancini presentó estudios donde se afirma que las mujeres y sus parejas que sufren la mortalidad fetal tienen índices altos de depresión, ansiedad y otras patologías. Sobre esto, el concejal libertario se mostró confiado en que ayudará a “transitar un sano proceso de duelo tras la pérdida del niño y, de esta manera, facilitar el hecho de asumir racional y emocionalmente el traumático hecho”.
También se tomó como precedente un fallo de la Justicia de Santa Fe, que en 2023 ordenó dar sepultura a los 257 restos fetales que fueron encontrados en frascos con formol en el hospital Jaime Ferré de Rafaela, por decisión del equipo médico que se negaba a desecharlos como residuos patológicos.
“Esperamos que el debate llegue a todos los municipios, ya que esta es una problemática que afecta a todos los argentinos. Nadie sabe lo que significa hasta que le pasa. Mucha gente sufre por esta costumbre de desechar los restos del niño sin vida y entendemos que el Estado debe dar la respuesta y el acompañamiento. Enterrar a un hijo es un derecho humano de lo más elemental”, declaró el concejal Avancini tras la promulgación de la ordenanza.
El funcionario libertario consiguió que la medida sea acompañada por todos los espacios, incluso por la bancada de Unión por la Patria. “Nosotros, como bloque, creemos que hay temas que trascienden la concepción política, por eso apoyamos el proyecto. Sin embargo, estamos preocupados por el tema de la salud, que también trasciende tintes políticos. Estamos trabajando en un proyecto para que no se aplique el impuesto a las ganancias a los trabajadores de la salud. Estamos convencidos de que, si la comunidad de Tigre ingresa a un centro de salud y no hay médicos para atender, nos va a afectar”, manifestó durante el debate la concejal kirchnerista Cecilia Ferreira.