Alejandro Wiebe, más conocido como Marley, se refirió por primera vez a la denuncia en su contra por supuesta corrupción de menores realizada por Adrián Alfredo Molina, un hombre de 45 años, radicado en Miami, pero que viajó a Buenos Aires para presentarse ante la Justicia.
“Son todas falsedades“, afirmó el reconocido conductor al canal Telefé. Además, admitió que conoce y que mantuvo un vínculo sentimental “muy sano” con el denunciante, pero sostuvo que fue cuando era mayor de edad, y advirtió que fue “extorsionado” por dinero.
“Me están forzando a hablar y a estar en esta situación, donde tengo que contar algo para ver si logran dinero. Me tiene preocupado y no lo puedo creer”, amplió Marley.
La presentación judicial, en donde Molina solicita un “juicio por determinación por la verdad”, da cuenta de una serie de sucesos ocurridos hace 28 años, cuando el denunciante tenía 17 años. Según el Código Penal, los hechos que denuncia se encontrarían prescriptos. “El derecho a la verdad es un derecho de carácter colectivo que permite a la sociedad tomar conocimiento de la ocurrencia de los hechos aberrantes denunciados y tener información para evitar su reiteración”, se plantea en el escrito.
Con relación a esto, el conductor aseguró: “Yo quiero que salga la verdad, tengo todas las pruebas, todo es mentira, y tengo las pruebas de todas las mentiras para refutarlas”. “Todo va a ser presentado a la Justicia y creo que esto se va a cerrar rápidamente”, afirmó.
“Todavía le tengo cariño, tenemos 23 años de historia de llevarnos bien y odio que me obliguen a contar de mi vida, a hablar de la sexualidad y que me fuercen a hacer algo en la Justicia, pero no me queda otra, tengo que hacer una denuncia penal y que la gente vea que esto no es vedad y que tengo todas las pruebas de que es una extorsión”, agregó.
Con relación a Molina, Marley remarcó que mantuvieron un vínculo “muy sano y muy lindo durante dos o tres años”. “Los dos éramos mayor de edad, éramos grandes, y él estudiaba en la facultad”, puntualizó.
La denuncia tramita en el juzgado de instrucción 43 y en la fiscalía de Marcelo Retes.
Según el texto, al que accedió Infobae, la supuesta relación de Marley y Molina duró “más de tres años en el más absoluto secreto”. Entre otros puntos, la denuncia hace referencia a una “manipulación” por parte del conductor, al “anormal desarrollo psicosexual” del denunciante, y que el contacto inicial se hizo de manera virtual.
“Él me decía que quería tener relaciones sexuales conmigo y que no le debía contar nada a nadie. Yo era un adolescente muy introvertido, tímido, que tenía solo una amiga a quien conté estas confidencias. Esa manipulación y mi inmadurez me llevaron a acceder a tener relaciones sexuales con él”, se grafica en el texto.
En otro pasaje, se relata: “En varias ocasiones proponía juegos sexuales, con la utilización de juguetes, y me obligo a ingerir ciertas drogas, vendando mis ojos, entre otras perversiones. Yo nunca había usado drogas. En una ocasión, en la planta alta de su casa, Alejandro Wiebe colocó en mi nariz una substancia ilegal que se llama popper”.
Y amplía: “La substancia ingresó a mis fosas nasales, me hizo hervir la cabeza, la nariz, la garganta, los ojos, esto pasó mientras él intentaba convencerme de tener sexo en la bañera/jacuzzi. Me sentí tan mal que me descompuse, y mareado perdí el equilibrio y la conciencia. Lo único que recuerdo antes de perder conciencia es él tratando de levantar mi cuerpo de la bañera y luego recuerdo estar en su cama”.
La presentación judicial de Molina enumera también una serie de hechos ocurridos en Argentina y en Estados Unidos, siendo menor y también mayor de edad. “Recuerdo que le gustaba utilizar sustancias comestibles para las relaciones sexuales, que compraba en sus viajes al exterior, con diversos sabores y consistencias que colocaba en mi órgano sexual. Jugaba con una pluma para hacerme cosquillas. Tenía una venda que me tapaba los ojos. También Eso iba variando según sus gustos”, relató.
“Alejandro Wiebe gradualmente iba aumentando sus deseos y perversiones. Mayormente, él quería ser penetrado y hacerme sexo oral. Esa fue la dinámica por la mayor parte de la relación. En ocasiones Marley tenía el deseo de orinarme y pretender que yo beba su orina, lo cual me daba mucha vergüenza y asco”, graficó.
Según consta en el texto, presentado junto al abogado Martín Apolo, por el “abuso y sometimiento” el hombre decidió mudarse a la ciudad de Miami. “Mi idea era alejarme de una relación totalmente tóxica e incompresible, que no era normal. Le dije que no soportaba más, ya que era una relación abusiva emocionalmente, en ese momento me dolía más quedarme que irme lejos, ya que no veía la corrupción que pesaba sobre mí, sino el dolor de no ser reconocido en la relación que teníamos. Él me consiguió un boleto de avión para irme a vivir a Estados Unidos, a cambio de que nunca cuente esto que me hizo”.
Por último, Molina señaló: “La conducta de Alejandro Wiebe conocido públicamente como Marley, afectó mi integridad moral y sexual, produciéndome una errónea interpretación en el desarrollo de las relaciones interpersonales como así también sexuales, las cuales nunca pude experimentar libre y naturalmente, incluso hasta el día de hoy”.