Hace cuatro años la vida de Ernesto Raffo y de su hija Guillermina dio un vuelco que transformó su vida. Betina, la mamá de la nena, murió a causa de un cáncer de mama. A partir de ese momento, el hombre y la nena trabajaron juntos arduamente para salir adelante.
El 1° de junio de 2020, en medio de la pandemia de COVID-19, Ernesto se encontró solo con una niña y la misión de convertirse en el úico sostén de la familia. Ahora en diálogo con la sección “Y sí, soy papá” de Infobae contó todo lo que significa su actividad junto a Guillermina.
“Enviudé hace cuatro años y desde entonces crío a mi hija Guillermina, que hoy en día tiene siete. Tenía dos para tres cuando falleció la mamá. Lo hago solo y hace dos años, tímidamente -como siempre digo, que no soy tímido- empecé a contar un poco la historia por las redes y de ahí disparó para para todos lados”, arranca Raffo contando la historia de su familia.
Con total sinceridad, Ernesto narra todo el proceso hasta llegar a la actualidad. “La conozco a Betina, que es la mamá de Guille. Ella enferma de cáncer de mama por primera vez a los dos, tres meses. La operan y de ahí cinco años conviviendo en pareja. En ese momento, ella estaba bajo un tratamiento oncológico, pero era ambulatorio -recuerda Ernesto. Llegado cierto punto, ella habla con el ginecólogo de que quería ser mamá. Lo charlamos, dejó de tomar la medicación y quedó embarazada. A los seis meses de que ya había nacido Guille, volvió el cáncer”.
Y cómo fue el día después de que Ernesto se quedó solo con su hija. “Ser el único sostén económico de una de una vivienda es muy difícil y más en mi contexto, porque la mamá de de Guille era era la que tenía el principal ingreso en la casa. No solamente enviudar es perder una persona al lado, es como que también hay muchos cambios ahí que uno no ve. Es difícil conservar el mismo estilo de vida con un solo ingreso. A mí me llevó a fundirme en mi negocio y encontrarme de golpe con deudas”, cuenta Raffo.
“En el medio apareció lo de las redes, pero pasaron dos años. Recién ahora puedo decir que genero ingresos desde esa plataforma. Pero hace un año y medio tuve que salir a trabajar con el auto, con las aplicaciones. Eso jamás lo conté -explica el papá de Guillermina. Ahora a los 41 años conseguí mi primer trabajo en relación de dependencia. Empecé siendo junior”.
Entonces, Raffo se confiesa con Infobae. “Toqué fondo. Me dan esta oportunidad de trabajar, empezar de cero en una empresa y es aprender también. Tengo mi trabajo y un sueldo, tengo ingresos de las redes y ahí se complementan los dos sueldos que necesito para llevar adelante una casa con una nena y un colegio privado y un estilo de vida acorde”, sostiene.
“Me pasaba esto. ‘Bueno, salgo a buscar trabajo’. ¿De qué? Tengo 41 años, ‘mi hija entra a las ocho al colegio y sale a las cuatro. Necesito trabajar en ese rango horario’. ¿Quién te va a tomar?. Me las rebusqué y después se acomodó todo”, admite.
Ernesto, además, relata sus emociones ante la crianza de su hija sin la madre. “Cuando está todo caldeado, no tenés adonde ir. Muchas veces me desbordan las emociones. No te podés escapar a ningún lado. Tenés que aceptar lo que te toca. No tenés a quién decirle ‘tomá mi amor, encárgate vos’. Eso es la parte más dura de ser monoparental. En el instante que está todo desbordado, no tener a nadie a quién decirle ‘tomá’”, reflexiona Raffo.
“Guille es mi reflejo. Es un espejo. Si ella grita es porque yo le grité, si ella dice tal cosa es porque yo se la dije. No tengo a quien decirle ‘es por tu culpa’, soy 100% de responsable -prosigue Raffo-. Me llena de orgullo ver lo feliz que es. Esa mirada en los ojos, la sonrisa que tiene, lo cariñosa que es. Eso es que estás haciendo un buen laburo. Hay que aprender a ver a tus hijos, a entenderlos, a ver lo que te están mostrando”.
Ernesto, además, deja un consejo para todos los padres. “Dejemos el ego de lado completamente. Aprender y tratar de decir ‘bueno, yo tuve este error, quiero mejorarlo’. Como salga esa persona va a ser tu responsabilidad”, resalta Ernesto para finalizar.