El viernes pasado, el presidente Javier Milei compartió en su cuenta de X una publicación en la prensa extranjera sobre el caso de un estadounidense que emigró a la Argentina y elogió esa situación a través de una de sus frases preferidas: “Fenómeno barrial”.
El tuit publicado por Economics Front mostraba un video donde el hombre aseguraba que cambió “el sueño americano por el sueño argentino”. Allí explicó todos los motivos que lo llevaron a irse de Nueva York para radicarse definitivamente en la ciudad de Mendoza.
“Mi mejor terapia fue mudarme a la Argentina, uno de los pocos países donde la gente se saluda con una abrazo y un beso”, remarcó David English, quien sobrevivió al atentado de las Torres Gemelas. La mañana del 11 de septiembre de 2001 se tomó el subte en la zona del World Trade Center media hora antes de que el primer avión impactara contra uno de los edificios.
Como suele hacer a menudo, Milei utiliza la expresión “fenómeno barrial” en sus redes para referirse de manera irónica a los logros políticos y económicos de su gestión que trascienden en el exterior. Por ejemplo, empleó esa misma frase para destacar la repercusión de su victoria electoral en el mundo o para promocionar la tapa de la Revista Time que lo tuvo como principal figura.
Sin embargo, en esta ocasión, se desató una furiosa grieta entre los usuarios de Twitter (X), ya que el estadounidense vive en el país hace 22 años, por lo que no sería una conquista exclusiva de su presidencia.
“Leí comentarios muy graciosos, donde las opiniones se mezclan y describen la grieta que hay en la sociedad”, relató David al ser entrevistado por Infobae, quien al enterarse por un amigo del retuit del presidente, publicó una historia de agradecimiento en su Instagram @soydavidenglish y el hecho provocó reacciones impensadas entre sus seguidores.
“Estoy sorprendido de encontrar la cultura ‘cancelled’ también en Argentina. Si alguien dice algo que no le gusta a otra persona, automáticamente la dejan de seguir, aunque sea algo leve. A mí me pasó que muchos interpretaron que con ese gesto yo tenía una opinión política afín a Milei y mi mensaje no va por ahí. Destaqué el amor que el presidente tiene por Argentina, al igual que yo”, explicó el estadounidense ante semejante revuelo.
“Milei odia a la Argentina”, “Si amas nuestro país, tené en cuenta que Milei es el peor presidente”, “No te digo más, bancás a este tipo que está destruyendo el país” y “Milei es lo menos argentino de este país”, fueron tan solo algunos de los mensajes de odio que recibió.
Si bien el video que se viralizó recientemente es una compilación de dos entrevistas que le hicieron el año pasado, David aseguró que su idea sigue más vigente que nunca: “Mi amor por Argentina no cambia a pesar de que vayan cambiando los gobiernos, tengamos problemas económicos y muchos desafíos por delante. No es relevante que sea un reportaje viejo. Lo importante es destacar la calidez humana de su gente que no se encuentra en ningún lugar del mundo”.
“Me encanta la tarta de ricota, juntarme con mis amigos al aire libre a tomar mate, hacer ñoquis con la abuela el 29, hacer asado, salir a bailar los fines de semana, escuchar a La Mona Jiménez y tomar fernet”, admitió David sobre las costumbres que ya adoptó como propias.
Además, señaló que: “El sueño argentino está más enfocado en las relaciones humanas que en la realización profesional”. Y lo ejemplificó: “No está enfocado en lo material. Hago hincapié en las relaciones con la familia, los amigos, los compañeros de trabajo... Eso es lo que me hace amar cada día más este país y que no tenga ganas de volver a EE.UU, donde ni siquiera se besan y abrazan entre padres e hijos”.
Otro de los hábitos que adoptó es dormir la siesta, al menos dos horas por día. “¿Se puede encontrar en Nueva York a alguien que duerma siesta?. Jamás. Salvo un argentino de visita, únicamente”, bromeó.
También suele juntarse a almorzar con la familia todos los domingos. “En Estados Unidos eso solo ocurre para el Día de Acción de Gracias y Navidad y de vez en cuando el Día de la Independencia. En Argentina se hace más a menudo, no esperamos una fecha para reunirnos, surge de manera espontánea. En cambio, en Estados Unidos, tenés que avisarle a un amigo con tiempo para que se haga un lugar en la agenda”, ejemplificó.
David English nació en el estado de Oklahoma en 1970. A los pocos años, se mudó junto a sus padres y su hermano a Nashville, la “capital” te de la música country en los Estados Unidos. Tras pasar una infancia y adolescencia feliz, a los 29 años, en busca del “sueño americano”, se mudó a Nueva York, donde ingresó a trabajar en una empresa de telecomunicaciones. Pero todo cambió luego del 11-S. “Entendí que la vida pasa por establecer lazos humanos. Eso es lo que necesita una persona que vivió una experiencia tan traumática como la que viví yo y acá me siento muy a gusto y contenido”, admitió.
Si bien David ya había viajado por muchísimos países y vivido en Australia durante un año, el recuerdo que le quedó de su primera visita en 1998 fue imborrable. “Había participado de un programa de intercambio del Rotary Club, que me llevó a recorrer desde Ushuaia hasta Buenos Aires, conociendo pequeños pueblos y parando en las casas de personas que me abrieron sus puertas desinteresadamente”, recordó. “Conocí la Argentina del 1 a 1, viví cambios drásticos y varias realidades políticas y económicas. Siempre digo que cambié una crisis por otra. Pasé de la crisis post atentado a vivir en una Argentina en llamas. Pero me enamoré igual del país”, sintetizó sobre la crisis del 2001 y los cinco presidentes que hubo en 11 días.
Cuando David emigró, decidió echar raíces en Mendoza. “Es una tierra de oportunidades, con bodegas muy lindas, viñedos al pie de la cordillera. Me gustó porque es una ciudad chica y muy ordenada, que tenía mucho potencial para desarrollar el turismo internacional y las inversiones extranjeras”, destacó.
Actualmente, el estadounidense cuenta con dos emprendimientos en la provincia. Uno consiste en buscar inversiones de extranjeros que quieran comprar tierras para plantar viñedos o dedicarse a la gastronomía. El otro funciona como una especie de “work and travel argentino”, ya que hace convenios con universidades americanas para que sus estudiantes hagan pasantías, tanto en empresas privadas como en el Estado.
En Mendoza nació Benjamín, su único hijo, que actualmente tiene 13 años y tuvo con una mujer argentina de quien ya se separó. Hoy, disfruta nuevamente del amor con otra joven argentina y asegura: “Me siento más argentino que estadounidense y me van a tener que enterrar acá”.