Escuela de día, milonga de noche: la historia del hijo de una pareja icónica que ahora enseña el 2x4 en la Universidad del Tango

Eric Dinzel tiene 35 años y mantiene con vigencia el legado de sus padres Gloria y Rodolfo, fundadores del Centro de Estudios del Tango de Buenos Aires (CETBA) en 1991, un semillero mundial de artistas. Es el encargado de mantener una llama que empezaron ellos: llevar a cada rincón del mundo un pedazo de identidad porteña a través del arte

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Así como sus padres, Eric Dinzel también conoció a su esposa en el tango: está casado con Flavia Kohut, quien también es docente del CETBA y a quien conoció en el estudio de su Gloria y Rodolfo
Así como sus padres, Eric Dinzel también conoció a su esposa en el tango: está casado con Flavia Kohut, quien también es docente del CETBA y a quien conoció en el estudio de su Gloria y Rodolfo

Gloria y Rodolfo llevaron el tango a un nuevo nivel. Protagonizaron el espectáculo “Tango Argentino”, que en la década de los noventa se desplegó en las principales capitales del mundo. Brillaron en Broadway y en París: marcó el resurgimiento de esta música porteña por excelencia a nivel global. Durante veinte años se encargaron de realizar un estudio exhaustivo sobre un sistema de enseñanza del tango danza. En ese ámbito se crió Eric, su hijo, quien heredó su pasión por el dosporcuatro y el Centro de Estudios del Tango de Buenos Aires (CETBA), conocido como la Universidad del Tango, fundado por sus padres en 1991.

Eric Dinzel tiene 35 años y es el Director del Instructorado de Tango Danza del CETBA. “Ya tenían en su proyecto de vida la visión de desarrollar una institución pública para todo el mundo”, explica Eric. Y añade: “Yo creo que mis padres se han encargado de transmitir el tango de una manera que hace que el legado no lo siga una sola persona. Si bien yo siento propio todo el trabajo que ellos hicieron, trato de continuarlo desde mi visión”.

El Centro se llena de gente que viene y que va, que baila. Los pasillos, el comedor y cualquier espacio que parezca de descanso, no descansa. Alumnos y docentes del establecimiento se encargan de darle vida a cada rincón de la Escuela República del Paraguay (Agrelo 3231), ubicada en el barrio de Balvanera. Es que a partir de las 18 y hasta las 22, aquel espacio educativo se viste de tango para recibir a toda su comunidad arrabalera. Allí opera un espacio de formación exclusivamente dedicado al tango, que pertenece al Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad y que concierne al área de educación no formal de habilidades para el trabajo. Esta institución pública y gratuita funciona hace más de 33 años y está abierta a toda persona mayor de 18 años que quiera empaparse del dosporcuatro.

La formación del CETBA es la más completa a nivel nacional y su plan de estudios está dividido en tres áreas. Una es la del Instructorado de Tango Danza, que es una formación académica de tres años. Otra es la de Artes Tanguísticas, que se divide en Historia, Poética, la escuela de Letristas y Musicalización. Quienes se reciben en esta última rama son conocidos en el ambiente como DJ´s tangueros. Uno de esos graduados es Diego Fonsalida, quien ha llegado a musicalizar milongas en la ciudad de Hannover, Alemania. “Ser DJ de tango es saber leer el comportamiento de una milonga, hay que tener en cuenta el estado de la pista, el ánimo de la gente, su reacción, qué dicen y cómo actúan ante distintas situaciones”, cuenta el también instructor de danza y organizador de eventos tangueros.

Es el hijo de una pareja icónica del tango y ahora trabaja en el centro que es sede del Festival y Mundial del Tango

Dentro del CETBA está además el área de Talleres abiertos a la comunidad, a los que cualquier persona puede ir libremente a transitarlos. “Creemos desde nuestro lugar que es importante preservar espacios como éste, porque el tango nos pertenece, es la propia identidad cultural tanto de la Ciudad como de la Argentina en el mundo”, reflexiona Eric Dinzel.

“El tango hoy en día se puede encontrar y se baila en cada rincón del planeta y que haya una institución del Gobierno de la Ciudad libre y gratuita nos parece sumamente enriquecedor a la política educativa que el tango se enseñe y que continúe por siempre”, señala el también bailarín, sobre el alcance mundial no solo del 2x4, sino de la institución en sí, ya que el CETBA hace diez años entrega visa de estudiantes y recibió gente de todo el mundo que dejó su país natal para venir a Buenos Aires a formarse y quedarse a vivir en Argentina; o que volvió a sus tierras de origen para ser allí embajadores de esta cultura. Eva Falxa es una de esas graduadas, quien vino desde Francia y se enamoró del tango en la Ciudad. “Para mí esta universidad es el sitio donde mi camino empezó, es mucho más que un lugar de clases de tango, es una escuela que llevo en mi corazón”, señala.

Sumando todos los espacios de formación, en este 2024 el Centro Educativo cuenta con alrededor de unas setecientas personas inscriptas. Además, con respecto al Instructorado de Tango Danza, cada año egresan cerca de cuarenta alumnos. “Hay gente que confunde gasto con inversión y no hay cosa más importante que invertir en la cultura, ya que es identitaria y tiene que ver con la pasión, con lo que amamos”, sostuvo el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, determinado a seguir impulsando los distintos eventos de la cultura porteña.

Es hijo de Gloria y Rodolfo, una pareja icónica del tango, y ahora trabaja en el centro que es sede del Festival y Mundial del Tango
Es hijo de Gloria y Rodolfo, una pareja icónica del tango, y ahora trabaja en el centro que es sede del Festival y Mundial del Tango

Otra de las particularidades de esta escuela es la amplia franja etaria que recibe. Comienza siempre a partir de los 18 años, que es la edad que hay que tener para estudiar acá, aunque también se recibió gente que decide acercarse al estudio del tango hasta después de los ochenta y cerca de los noventa años.

Conserva, a su vez, una relación estrecha por los actores de la comunidad de la institución, como Gabriel Soria, que es el Director de Artes Tanguísticas y que fue Director del Festival durante mucho tiempo. Y a eso se añade su íntima relación con el Festival y Mundial de Tango de Buenos Aires, ya que desde hace seis años es sede, participando con jornadas de clases, seminarios y abriendo el espacio para hacer la “Milonga del CETBA”. En el encuentro tanguero más importante del mundo, habrá quinientas actividades gratuitas en cuarenta sedes con la participación de más de dos mil artistas. Esta edición, además, marca un récord absoluto con 750 parejas de 53 países. El festival cerrará el domingo 25 de agosto en el Teatro Colón, con una Gala de la Orquesta de Tango de Buenos Aires, dedicada exclusivamente a la obra de su director, el maestro Néstor Marconi, mientras que el Mundial de Baile tendrá su final el 27 de agosto en el estadio Movistar Arena. “El tango nos representa a los porteños como ninguna otra forma de expresión. Y Tango BA es el máximo encuentro de ese arte ciudadano por el cual somos reconocidos en todo el mundo. Es una fiesta inolvidable”, dijo en este sentido el jefe de Gobierno, Jorge Macri, durante la apertura del festival en la Usina del Arte.

Los docentes de la Universidad del Tango suelen participar como jurados del Mundial, como el propio Dinzel, y estudiantes que compiten edición tras edición. Una de ellas es Amanda Pavanetto, actual profesora y egresada de la universidad, quien en 2024 participa con su compañero de baile y de vida, Sergio Rivadeneira, en la rama de Tango Pista. Ella es de Rosario, él de Colombia, pero Buenos Aires y las clases del CETBA los unió en el abrazo tanguero y encontraron en sus corazones el centro de gravedad ideal para llevar adelante su baile y sus proyectos dando clases, exhibiciones y viajando. “Mi pareja fue la persona que realmente me marcó, ya que me transmitió todo su amor por este arte que ahora compartimos”, confiesa.

La historia de Amanda y Sergio no es la única historia de amor de la escuela de tango. Eric Dinzel también se encontró con ese sentimiento gracias a la danza. “Esto se hace de a dos y, en ese sentido, a mí me tocó hace 11 años coincidir con una mujer con la que formo no solo una pareja de tango, sino también de vida”, dice sobre su esposa, Flavia Kohut, quien -como él- también es docente del CETBA y a quien conoció en el estudio de sus padres, aquél al que a sus 17 años ingresó por primera vez Eric, luego de que su papá Rodolfo lo invitara a sumarse a una de las clases. Lo que arrancó como hobbie se hizo amor por el tango. O simplemente amor.

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