El emotivo homenaje a Camila O’Gorman y el cura Uladislao Gutiérrez en el cementerio de la Recoleta

En el día del 176 aniversario del fusilamiento de los protagonistas de esta historia de amor que llegó al cine, su sobrina chozna, Pilar O’Gorman, acompañada de su madre, su novio, familiares, amigos, historiadores y seguidores de Camila, le acercó un ramo de jazmines a la tumba

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Las lágrimas volvieron a repetirse
Las lágrimas volvieron a repetirse 176 años más tarde este domingo gris en el rostro de su sobrina chozna, Pilar O’Gorman que le rindió un sentido homenaje con cálidas palabras ante decenas de parientes, amigos y seguidoras

En un gélido calabozo del cuartel de los Santos Lugares en San Andrés, a instantes de que la fusilaran con cuatro disparos, el último que estalló en su corazón, Camila O’Gorman tampoco se calló. Valiente, le dijo al presbítero Castellano, presente entre otros tantos clérigos que iban a presenciar su ejecución sin chistar en pleno gobierno de Juan Manuel de Rosas que había dictado su sentencia de muerte: “Del gobernador para abajo, todos los que sois propensos a la sumisión y a la obediencia y creéis que ellas son una misma cosa con el respeto y el orden, sin deteneros en examen de conciencia, me dais una profunda lástima... una lástima infinita”.

Aquel 18 de agosto de 1848 le vendaron los ojos y la trasladaron por separada junto a su amado, el cura Uladislao Gutiérrez, con quien se había fugado para vivir una historia de pasiones sin miradas ni opiniones ajenas. Primero llegó la ráfaga de balas que terminó con la vida del sacerdote. Luego la acribillaron a ella sin piedad, mientras sus padres y hermanos presenciaban la terrorífica escena entre lágrimas.

El recuerdo en el cementerio

Las lágrimas volvieron a repetirse 176 años más tarde este domingo gris en el rostro de su sobrina chozna, Pilar O’Gorman que le rindió un sentido homenaje con cálidas palabras ante decenas de parientes, amigos y seguidoras de toda la vida frente a la bóveda familiar en el cementerio de la Recoleta donde descansan los restos de Camila: “Gracias a todos por estar aquí junto a ella, acompañándola. El paso a la inmortalidad de Camila O’Gorman la constituyó en una mujer inolvidable en la historia argentina, con un legado que trascendió en el tiempo. Prueba de ello, es que estemos aquí presentes, recordándola. Su vida y su trágico destino simbolizan la lucha por el amor, la libertad y la resistencia contra las injusticias de su época. También, es un recordatorio de los desafíos y sacrificios que enfrentaron las mujeres que se atrevieron a desafiar las normas sociales, políticas y religiosas de su tiempo”.

Aquel 18 de agosto de
Aquel 18 de agosto de 1848 le vendaron los ojos y la trasladaron por separada junto a su amado, el cura Uladislao Gutiérrez, con quien se había fugado para vivir una historia de pasiones sin miradas ni opiniones ajenas

Los primeros días de agosto de este año abrieron la tumba de Camila para identificar los restos de la mujer. El objetivo es que la bóveda familiar sea declarada Patrimonio Histórico.

La emoción y un respetuoso silencio invadió a todos cuando Pilar habló este domigo de ambos protagonistas del romance: “Camila y Uladislao fueron víctimas de las circunstancias de su tiempo. La pureza de su amor los condujo a un final injusto que los catalogó como rebeldes y condenó como culpables; pues como culpables fueron fusilados. Hoy, gracias a numerosos factores podemos reunirnos a homenajearlos. Murieron juntos en 1848 pero siguen vivos y presentes en nuestra memoria. Ese amor que en esta vida no pudo ser, resuena en nuestros corazones”.

Las sentidas palabras fueron también para Gustavo Rossi, gerente del cementerio de la Recoleta, presente en el acto, quien supo recibir a Pilar cuando ella pidió que se declarara patrimonio histórico y que se reparara el mausoleo donde se encuentra porque padece serias filtraciones y peligro de derrumbe: “Gracias a Gustavo por permitir este acto en su memoria y al Ministerio de Cultura por organizar la proyección especial que continúa hasta hoy en el Centro Cultural San Martín por los 40 años de Camila, la película de María Luisa Bemberg. Precisamente, una de las autoridades que concurrió al homenaje fue Carolina Cordero, Directora General de industrias creativas acompañada de Mercedes Urbonas, integrante de dicho gabinete. Ambas destacaron que el vestuario original que utilizaron Susú Pecoraro e Imanol Arias para el filme se puede ver en el Museo del Cine.

Pilar también reconoció a todos aquellos que la están ayudando para que se reconstruya la bóveda: “Agradezco además a quienes trabajan arduamente por el mecenazgo y por convertir el mausoleo no sólo en un punto de interés turístico sino en Patrimonio Histórico. A los medios de comunicación por el espacio que nos ceden, permitiendo que Camila siga viva y no caiga en el olvido; a Monseñor García Cuerva, quien nos acompañó en la apertura y hoy no pudo estar porque se encuentra en Roma; a Héctor Daniel de Arriba que siempre me brindó su apoyo incondicional en actividades de difusión. Y en especial a Camila O’Gorman y Uladislao Gutiérrez por reunirnos a todos aquí”.

Nuria Cuadrado y Nazareno Padula,representaron
Nuria Cuadrado y Nazareno Padula,representaron una conmovedora escena de amor interpretando a Camila y Uladislao.

El amor de Camila y Uladislao

La ceremonia fue a pura emoción y contó con la presencia de dos actores, Nuria Cuadrado y Nazareno Padula, que convocados por sus colegas, Alberto Rusco Lekier y Hugo Aquino, representaron una conmovedora escena de amor interpretando a Camila y Uladislao.

Además, el reconocido historiador Héctor De Arriba realizó un minucioso relato que incluyó no solo los detalles del amor que vivió la pareja, sino también su derrotero por distintos lugares escapando de aquellos que los juzgaban y condenaban por quererse. De Arriba también realizó un cronológico análisis de los tiempos políticos que se transitaban durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas.

El final del acto resultó más que emotivo porque el gran número de seguidoras de Camila que concurrieron para rendirle sus respetos, le acercaron una flor y dejaron cintas blancas entre las rejas en repudio a la violencia que continúan sufriendo las mujeres todos los días.

“Sabía que la iban a fusilar, pero valerosa no se calló, al contrario, se hizo oír, ese es su mejor legado: nunca enmudecer ante actos de violencia”, expresó una de ellas. Y el aplauso del final estalló en su honor.

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