Cerca de la esquina de avenida Mosconi y Nazca, un mojón del barrio de Villa Pueyrredón dejará de existir. Sinónimo de diversión durante décadas, en un primer piso, la figura del boliche City Hall será cosa del pasado cuando finalice su demolición y allí se levante un edificio de viviendas.
Sinónimo de matinée para miles de preadolescentes que comenzaban a hacer sus primeras armas de cara a la nocturnidad adulta, la discoteca fue cambiando su nombre con el paso de los años. San Jorge para los entrados en años, City Hall como emblema de los años 90, Abadía o bien Apple entre las últimas generaciones.
Los trabajos de demolición reavivaron la nostalgia y los recuerdos entre los vecinos de la zona que rememoraron cómo durante la pandemia el boliche cerró sus puertas y se trasladó a una nueva sede en Palermo, dejando su histórica dirección de Mosconi 2885, un extenso predio que se convertía en el epicentro de la vida nocturna para jóvenes de diversos barrios, como Villa Urquiza, Villa Devoto y otros sectores de Buenos Aires.
Una escalera con alfombra, una ventanilla en un descanso de la misma para comprar las entradas y una serie de escalones más llevaban hacia la pista principal, con rampas en sus laterales, dibujaban la geografía de este ícono, conocido por ser un lugar en donde los menores de edad iban a divertirse bajo la supervisión de los mayores.
Las obras para la nueva construcción dejaron, por el momento, el frente negro de la última fachada del boliche como un recordatorio de lo que fue. Y, a través de una abertura cubierta de andamios, materiales y grúas, se puede observar un mural desgastado de “San Jorge”, aquel mítico salón en donde -entre otros tantos eventos de importancia- el capocómico Alberto Olmedo festejó su casamiento con quien fue su segunda esposa, Judith Jaroslavsky.
Posteriormente, tras la dictadura, se transformó en un boliche bailable y en los años 90 adoptó el nombre City Hall. En los 2000 nuevamente cambió de nombre, esta vez a Apple, para retornar más tarde a la denominación anterior.
San Jorge y City Hall albergaron numerosos eventos y actividades, convirtiéndose también en un catalizador cultural dentro del barrio. El boliche era famoso no solamente por su calidad musical, sino también por su infraestructura: el techo bajo propiciaba una buena acústica musical, la estructura plana y su disposición de VIPs, barras laterales y su estratégica ubicación facilitaban el acceso tanto en colectivo como en auto o remis.
City Hall logró mantener una buena afluencia de público a lo largo de los años hasta que la pandemia del covid le asestó un golpe mortal. Durante el año y medio de cierre impuesto por las restricciones sanitarias, los propietarios debieron seguir pagando sueldos y gastos fijos, además del alquiler, lo que los llevó a tomar la decisión de dejar el lugar.
Ante esta situación, los dueños del inmueble, que contaba con ingreso tanto por Nazca como por Mosconi y un estacionamiento sobre esta última avenida, decidieron vender el predio a una desarrolladora inmobiliaria.
Lo que vendrá
Dentro de una polémica más amplia sobre el Código Urbanístico, la desarrolladora Equipo 6C presentó el proyecto como un edificio “con un subsuelo de servicios con cocheras para 32 vehículos, planta baja con 4 locales comerciales, 3 sobre la calle Av. Mosconi y uno sobre la calle Nazca; unidades con expansión a espacios verdes privados, y un área de usos múltiples, dentro de la misma un salón de usos múltiples (SUM) para eventos y área para niños con espacios verdes exteriores”.