La Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones de Tránsito de la República Argentina (CECAITRA) difundió una encuesta que reveló que el 66% de los conductores admiten utilizar su celular a la hora de manejar. Se trata de más de la mitad de los entrevistados que, a pesar de reconocer el peligro de comunicarse por teléfono al volante, lo hacen, de todos modos.
El estudio se realizó en la Ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires, y se basó en dos preguntas claras. “¿Con qué frecuencia mira el celular mientras está manejando?”, fue la primera y arrojó datos contundentes.
Por un lado, un 66% reconoció usar su dispositivo móvil al conducir, y, por el otro, solo el 34% afirmó no usarlo nunca. Además, el 30% de los encuestados expresó que casi siempre mira el celular mientras maneja, esto significa que 7 de cada 10 personas asumen el uso de la telefonía al volante. En tanto, un 36% de los encuestados reveló que mira de vez en cuando su teléfono.
Esta situación se presenta a pesar de que la ley nacional de tránsito 24.449 prohíbe “conducir utilizando auriculares y sistemas de comunicación de operación manual continua”. Así, esta acción es considerada como una falta grave y puede ser penada con una multa de hasta 100 Unidades Fijas (UF).
“Mantener una conversación a través de un móvil hace que enfoquemos buena parte de nuestro interés en la otra persona y dejemos de recibir información de la ruta, la calle o la autopista. Es lo que los psicólogos llaman ceguera por desatención”, señaló Facundo Jaime, vocero del Observatorio de CECAITRA.
Y continuó: “La conversación nos distrae y hace que no seamos capaces de ver elementos tan importantes como una señal, un peatón que cruza o un semáforo. Por supuesto, ello reduce nuestra capacidad de reacción, haciendo que el riesgo de accidente se multiplique exponencialmente”.
La encuesta también señaló la existencia de las nuevas aplicaciones, como es el caso de Whatsapp, una de las más utilizadas para mantener conversaciones con diferentes usuarios. “Ahora ya no solo se llama, sino que también se escribe a través de aplicaciones como WhatsApp, lo cual obliga a apartar todavía más la vista del camino”, remarcó el documento. Por su parte, Jaime sentenció: “Se trata de un riesgo cada vez más generalizado y que trae como consecuencia el incremento de siniestros viales”.
En suma, hay diferentes acciones que, según la encuesta, hacen que los conductores desvíen su atención durante el trayecto: comer, beber o fumar mientras se conduce un vehículo. “Son acciones aparentemente sencillas que creemos tener dominadas pero lo cierto es que requieren más atención de la que parece. El hecho de comer obliga a quitar una mano del volante durante largos periodos de tiempo y también a quitar varias veces la vista de la ruta”, aseguró el vocero.
“¿Cuán peligroso considera el uso de telefonía móvil mientras conduce?”, fue la segunda pregunta realizada a los encuestados. La mayoría no lo dudó: el 68% aseguró que es muy peligroso, mientras que el 12% contestó que es “algo peligroso”. El 10% respondió que es “nada peligroso” y, por último, el resto de las personas consultadas no eligió ninguna opción.
“Es evidente que hay un reconocimiento de la peligrosidad del uso del celular al conducir. Sin embargo, los conductores no dudaron en admitir que es una práctica que realizan cotidianamente. Desde CECAITRA, consideramos que la clave para modificar estas conductas es la educación vial, por eso, constantemente trabajamos en campañas para concientizar a peatones y conductores”, profundizó Jaime.
CECAITRA recalcó, a través del resumen del trabajo, que tal como establece la OMS, las distracciones durante la conducción pueden ser de cuatro tipos: visuales (cuando se aparta la vista de la ruta), cognitivas (cuando se reflexiona sobre un tema durante la conversación telefónica), físicas (cuando el conductor manipula un aparato, en lugar de sujetar el volante con ambas manos), y auditivas (cuando se responde al celular). Por eso, el estudio explicó que durante una llamada telefónica, estas cuatro distracciones suceden en simultáneo, implicando un alto de riesgo para la conducción.