El humo aún tapaba la visión en el Cerro Blanco. Debido a un incendio forestal, había mucho fuego y entre la maleza ardiente, salió como un eco el desesperado llanto de un perro. Jonathan Fonseca lo escuchó. A su lado estaba Agustín López. No lo pensaron: lo rescataron y pusieron en una zona segura.
Cuando sofocaron las llamas, intentaron guiarlo para que bajara de la piedra en la que resguardaba, pero notaron que una de sus patas estaba lastimada y que además tenía las almohadillas de sus patas completamente quemadas y ensangrentadas.
Valiéndose de una mochila sopladora —una de las herramientas de trabajo con la que llegaron a sofocar el siniestro—, armaron una transportadora en la que ataron al can, se aseguraron de que estuviera bien sujeto, y comenzaron el descenso. Fueron más de tres horas y media hasta llegar a las camionetas: entre los dos, los valientes bomberos de General Cabrera, en la provincia de Córdoba, lo cargaron y llevaron hasta Yacanto, donde finalmente, se reencontró con su familia.
“No podíamos dejarlo ahí. Es un cachorro y estaba muy asustado”, cuenta Agustín sobre la experiencia que tuvieron con “Encendedor”. “Nos contaron que gracias a la foto que un compañero nos sacó con él, y que se viralizó, pudo reencontrarse con su familia, que no tardó en irlo a buscar”, agrega.
La odisea
En la madrugada del pasado jueves 18, se desató un incendio forestal en la zona del Cerro Blanco, cercanías a la localidad cordobesa de Yacanto, y los bomberos de la región fueron convocados para asistir al siniestro; entre ellos estaban Agustín y Jonathan que pertenecen al Cuartel 6to, Región 5 de General Cabrera.
“Ya en zona, empezamos a trabajar: tuvimos que caminar unos tres kilómetros y medio desde donde dejamos nuestros vehículos porque al ser un terreno muy complicado, propiamente de un cerro sin caminos, no se podía acceder sino a pie”, explica sobre cómo se inició el trabajo para combatir las llamas.
Una vez que llegaron al foco del incendio, iniciaron el trabajo de fuego táctico, que consiste en “la ignición de una línea de fuego por delante del frente de incendio que se pretende controlar”. Allí sucedió lo inesperado.
“En ese momento, bajando hacia una quebrada, nos encontramos con Encendedor, que estaba inmóvil entre medio del fuego. Jonathan es el que lo vio y rescató”, revive Agustín, el joven de 24 años que con apenas 9 años comenzó su carrera como aspirante a bombero.
No tenían idea de dónde había salido ni si estaba desde hacía mucho tiempo en medio del siniestro, pero nunca dudaron en hacer lo correcto y ponerlo a salvo de inmediato. “Supusimos que era de algún baqueano, que quizás lo siguió y quedó ahí. Cuando Johnny lo rescata, dos compañeros ayudan a ponerlo en la mochila. Los demás miembros del equipo siguieron caminando, unos 500 metros, los seguimos hasta reagruparnos todos, lo que es habitual cuando ya se finalizó el trabajo. Cuando nos juntamos, decidimos llevarlo a una zona segura”, revive el joven que destaca que es su compañero quien “hace el primer rescate y lo pone en una zona segura”.
“Cuando finalizamos la tarea y nos reagrupamos, decidimos con Jonathan hacer el rescate y llevar al perrito al pueblo, a ver si podíamos encontrar a su familia”, relata.
Con mucha ternura, sigue: “Jonny hace el ascenso al primer cerro, que tenía mucha pendiente, que implica mucho desgaste físico, sobre todo por la cantidad de horas que tuvimos trabajando en el incendio. Entonces, decidimos turnarnos en el traslado del perro en la máquina sopladora está hasta las camionetas. Yo lo llevé cargando por los otros dos cerros”. Entre esa mochila y Encendedor, los bomberos voluntarios cargaron unos 30 kilos por casi cuatro horas, además del peso propio de la ropa.
“Decidimos usar esa sopladora para cargarlo para que el perrito vaya lo más cómodo posible y nosotros no tener que llevarlo en brazos, lo que le hubiera resultado muy incómodo”, explica. “Estaba muy asustado y cuando lo intentamos bajar para que caminara, no lo podía hacer. Ni siquiera se movía. Entonces, eso también nos incentivo para llevarlo con nosotros, no podíamos dejarlo en el medio de la nada. Entendimos que no podía moverse por sus propios medios”, detalla.
La caminata no les resultó fácil. “Eran 3,5 kilómetros, pero en un cerro significa caminar, muchas veces, por un terreno muy complicado. Por supuesto, teníamos que ir frenando porque llevábamos equipamientos e íbamos haciendo frenadas de descanso”, revive y dice que esta fue la primera vez que puede hacer un rescate en un incendio forestal, los cuales —agrega— suelen ser intencionales.
“Al momento llegar al cuartel, se lo entregamos a la gente de Yacanto, que se contactó con su familia, que fue a buscarlo de inmediato”, cuenta sobre el final feliz al que se llegó gracias al rescate que protagonizó junto a su compañero y que les valió del reconocimiento de sus pares y de los vecinos de toda la provincia.
Las emociones no quedaron ahí. Al día siguiente, desde el cuartel les comunican que Encendedor no solamente estaba en su casa sino que ya se estaba recuperando de las heridas. “Nos contaron que ya lo habían llevado a la veterinaria para que le curaran las quemaduras y darle todos los cuidados”, finaliza.
Los incendios
Los incendios en Córdoba se inició el último domingo en la zona serrana del valle de Traslasierra, en lo que se considera el mayor foco ígneo de la temporada en la provincia. Según informaron las autoridades provinciales, el fuego comenzó al sur del cerro Champaquí, cerca de Los Linderos, y la inaccesibilidad del área, sumada a las adversas condiciones meteorológicas, complicaron los esfuerzos de los bomberos para controlar las llamas.
El último es del miércoles 24 e indica que “un incendio forestal se desató en la localidad de La Calera, afectando una extensión de aproximadamente 300 metros de frente”. El fuego comenzó pasado el mediodía en el barrio Rumi, con tres focos de fuego identificados simultáneamente en la zona. Esta situación, llevó a los bomberos a centrar sus esfuerzos en la protección de viviendas cercanas.
Roberto Schreiner, vocero del Plan de Manejo del Fuego, destacó que la aparición de estos tres focos al mismo tiempo es inusual y ha complicado los esfuerzos de control: “Es un poquito extraño. Hay uno que está para el lado norte, donde hay un fuego importante”, indicó en diálogo con Cadena 3.
Este siniestro, movilizó a los cuarteles de bomberos de La Calera, Saldán, Villa Allende, Mendiolaza, Malagueño y Bialet Massé, que trabajan de manera coordinada para sofocar el siniestro. Además, se desplegaron aviones hidrantes y personal del Equipo Técnico de Acción Ante Catástrofes (ETAC) para apoyar las tareas desde el aire.
“Las columnas de humo son visibles desde la ciudad de Córdoba, y las fuertes ráfagas de viento complican aún más las labores de contención del incendio, avivando las llamas y dificultando el trabajo de los equipos de emergencia”, informa el portal local El Objetivo.
Hasta el momento, son 7.600 hectáreas las afectadas y hay tres detenidos (de 18, 27 y 37 años) que enfrentan cargos iniciales por “incendio doloso”.