El viaje del cuerpo del apóstol Santiago: de ser decapitado en Jerusalén a que sus restos descansen en Galicia

Cada 25 de julio se conmemora el martirio de Santiago Apóstol, una de las figuras más importantes del cristianismo, que predicó en la península Ibérica, recibió la aparición de la Virgen María, fue obispo en Tierra Santa, donde murió, y qué motivó que su sepulcro se encuentre en Compostela, España

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El 25 de julio es la fiesta de Santiago Apóstol
El 25 de julio es la fiesta de Santiago Apóstol

El 25 de julio, los cristianos tienen una fiesta. No una cualquiera, ya que se celebra el “día grande de Galicia”. Es la “Festa do Apostolo” los que significa nada más y nada menos que la celebración de Santiago Apóstol, patrono de Galicia y de todo el reino de España.

Las fiestas en Santiago de Compostela se inician las noche anterior con los “fogos do apostolo”. Esta es una tradición milenaria que conservó su esencia pero sufrió cambios en las formas. Originalmente se prendía fuego a una falsa fachada ubicada delante del ingreso a la imponente catedral, casi siempre de estilo mudéjar. Pero desde hace unos años, aquellos fuegos fueron modificados y superados por las nuevas tecnologías: se proyecta un video Mapping sobre la catedral o sobre los edificios circundantes a la plaza del Obradoiro. En esa bella plaza termina el Camino de Santiago que es es recorrido por miles de fieles año tras año. Luego de la pandemia de COVID-19 los fuegos artificiales que acompañaban el inicio de la ceremonia dejaron de lanzarse en la zona de la catedral para conservar el patrimonio. Este año se lanzarán desde la Alameda, el Parque de Carlomagno de Fontiñas y la Cidade da Cultura de Galicia para que el espectáculo llegue a la mayor cantidad de gente posible.

Este día tocará a arrebol la gran campana de la catedral llamada “Berenguela”, que posee ese nombre en honor al Obispo Berenguel de Landoria, que la obsequió al templo en 1318, un año después de su nombramiento. Es la campana más grande de España, pero la actual es una copia de la original que se encuentra en el Museo catedralicio. La campana pesa 11 toneladas, y tiene un diámetro de 2,10 metros.

También volverá a volar por las naves la catedral el famoso turibulo (incensario), conocido como “El Botafumeiro” (en gallego: “que bota o fume” es decir, “que hecha el humo”). El “botafumeiro” pesa 54 kilos, alcanza una altura de unos 20 metros y viaja a una velocidad aproximada de entre 70 y 80 km por hora en su movimiento pendular por los cruceros de la catedral-basílica. El “botafumeiro” que es accionado por los también célebres “tiraboleiros”, volverá a esparcir su aroma a incienso en todo el templo.

Ya no se verá la procesión por las calles de Santiago de Compostela del famoso “Santiago Matamoros” que recordaba la milagrosa intervención del apóstol en la batalla de Clavijo que sostuvo Ramiro I de León contra los musulmanes en el año el 22 de mayo del 844. Aquella batalla tuvo lugar en el monte Lanturce, a unos 25 kilómetros al sur de Logroño, y muy cerca a la estratégica posición de Albelda. Y según la leyenda Ramiro I soñó que apóstol Santiago en una aparición, le aconsejó iniciar el combate al día siguiente. El rey hizo caso al consejo recibido y cuando las tropas cristianas perdían la batalla, apareció el Apóstol Santiago sobre un caballo blanco, luchó a más no poder y causó enormes bajas en las filas de los moros. La leyenda relata que unos 70.000 árabes quedaron tendidos en el campo de batalla. La imagen de Santiago a caballo y los árabes rendidos o muertos a sus pies fue considerada como una posible ofensa a los que practican el islam o son inmigrante árabes, por lo tanto en muchos lugares, las imágenes de los árabes al pie del santo fueron removidas de templos y/o edificios.

El Apóstol Santiago, pintura de Guido Reni
El Apóstol Santiago, pintura de Guido Reni

¿Por qué se llama al apóstol Santiago a secas y no “San Santiago”? Lo explica con precisión Arturo Ortega Morán en su libro Cápsulas de lengua: “Ya’akov pasó al griego como Iakóbos y al latín como Iacobus, siendo Jacob y Jacobo en castellano. En latín medieval, Iacobus se transformó en Jacomu, de donde, en la región oriental de la península ibérica surgió la forma Jacme’. Esta ‘c’ se vocalizó dando lugar a Jaume en Cataluña y a Jaime en Aragón. En la zona occidental de la península, el latín Jacomu (una variante de Iacobus) se convirtió en Yago y Yagüe, tras perderse la última sílaba. De tanto repetir Sant Yago, resultó el nombre Santiago. La variante Tiago, que aún es frecuente en Portugal, viene del falso corte de Sant Tyago, en el que la ‘t’ de la primera palabra se acaba usando como primera letra de la segunda. De Tiago proceden Diago y Diego”. Se le llamaba el Mayor, para distinguirlo del otro apóstol, Santiago el Menor, que naturalmente era más joven que él. Fue el primero de los doce en convertirse en mártir y es el único que mencionan los Evangelios.

Hay otra pregunta relacionada con Santiago. ¿Cómo llega a ser ese lugar de España el sepulcro de un apóstol de Jesús que murió decapitado en Jerusalén? Según la leyenda áurea, Santiago, el apóstol, luego del día de Pentecostés había ido a predicar el evangelio a los Íberos, pero estos no recibían el mensaje evangélico de salvación. Santiago, agotado de ver que su prédica no daba frutos, se recostó sobre una columna a orillas del río Ebro. Allí recibió la visita de la Virgen María, estando ella en vida en Palestina, para animarlo a continuar su prédica y le hizo la promesa que mientras estuviera esa columna en pie habría verdaderos discípulos de su Hijo en la península. Luego de aquella aparición, los íberos se convirtieron al cristianismo y Santiago volvió a Jerusalén, en donde fue designado Obispo. Pero cayó tras una persecución y murió decapitado.

Luego de su decapitación, su cuerpo fue cortado en pedazos que fueron tirados fuera de las murallas de la ciudad para que las alimañas y los perros salvajes lo redujeran a la nada. Pero al llegar la noche sus amigos y discípulos Atanasio y Teodoro recogieron las partes de su cuerpo, y recordando la aparición de María y el amor que tenía Santiago por los íberos decidieron poner los restos en una urna y trasladarlo hasta Haifa, donde en una barca, arribaron hasta el actual territorio de Galicia. Entraron a Galicia por la ría de Arousa, de allí al río Ulla y tomaron por el afluente del Sar. Allí se detuvo la barca en el puerto de Iria Flavia. Esta barca fue amarrada a una columna que marcaba las famosas “millas romanas”. Esa columna hoy se encuentra en el altar mayor de la iglesia parroquial de Santiago en Padrón.

Santiago fue decapitado
Santiago fue decapitado

Iria Flavia fue la sede episcopal desde el S. IX hasta que se trasladó a Compostela debido al descubrimiento del Cuerpo del Apóstol, pero manteniendo el privilegio de ser la “segunda” de las iglesias de la sede compostelana en virtud de la memoria apostólica. Desde 1588 se celebraba la “Traslatio corporis”, pero fue recién en 1646 que las cortes de Castilla declararon oficiales las fiestas de dicha conmemoración.

Luego de la llegada cargaron el cuerpo en un carro tirado por bueyes, hasta que en una loma a los pies un roble se frenó el carro y no pudo avanzar más. Esto fue interpretado como una señal inequívoca. En ese lugar se construyó un sepulcro más tarde conocido como “Arca Marmárica”. Sus fieles discípulos se quedaron en el lugar y allí vivieron el resto de su vida hasta su fallecimiento. Ellos también fueron sepultados en el mismo sitio.

Pasaron los siglos, el lugar fue olvidado y cubierto por la tierra hasta que en el año 825 un eremita llamado Pelayo quedó sorprendido por unas luces llamativas que surgían de la tierra (otra versión dice que estrellas cayeron sobre el monte). Pelayo fue a ver al obispo Teodomiro en Iria Flavia y le habló del hecho extraordinario que había presenciado. Teodomiro y Pelayo entre otros tantos, se dirigieron a la punta de ese cerro y encontraron el “Arca Marmárica” y a sus costados los restos de Atanasio y Teodoro, los discípulos de Santiago. El obispo Teodomiro no estaba convencido de lo que habían encontrado, pero esa noche tuvo una epifanía y le fue dicho que esos restos eran del apóstol y de sus compañeros. El hallazgo fue comunicado al rey Alfonso II el Casto, y ordenó levantar una ermita. De allí en más comienza la larga historia hasta la actualidad.

La catedral de Santiago de Compostela, en Galicia, España
La catedral de Santiago de Compostela, en Galicia, España

Con el paso de los siglos, Compostela fue uno de los tres lugares de peregrinación de los cristianos, junto a Roma y Jerusalén. Y los que iban a cada lugar tenían un nombre propio: “romeros” los que iban a Roma, “palmeros” los que iban a Jerusalén y “peregrinos” los que iban a Compostela.

Las celebraciones en Santiago de Compostela han comenzado el 19 de julio pasado y se extenderán hasta el 31 de julio próximo. El 25 de julio es el jubileo del apóstol y durante los días de festejos hay espectáculos, conciertos y muchas otras atracciones para locales y turistas que se reúnen para rendir homenaje al patrono de España. Durante este jueves se celebrarán en la catedral de Santiago cinco Misas del Peregrino. En tanto a media mañana tendrá lugar la Misa Solemne y la Ofrenda Nacional a cargo del Arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco José Prieto Fernández.

El 25 es el día grande de Galicia y se celebra en su catedral compostelana, a la que Rosalía de Castro obsequió con aquellos famosos versos en su libro Follas novas: “Santos e apóstoles, -¡védeos!- parece / que os labios moven, que falan quedo / os uns cos outros, e aló na altura / do ceu a música vai dar comenso, / pois os groriosos concertadores / tempran risoños os instrumentos. / ¿Estarán vivos? ¿Serán de pedra / aqués sembrantes tan verdadeiros, / aquelas túnicas maravillosas, / aqueles ollos de vida cheos? / Vós que os fixeches de Dios ca axuda, / de inmortal nome, Mestre Mateo, / xa que aí quedaches homildemente / arrodillado, faláime deso. / Mais co eses vosos cabelos rizos, / Santo dos croques, calás... i eu rezo”. (Santos y apóstoles, -¡mírenlos!- parece / que los labios se mueven, que hablan / entre ellos, y allí en lo alto / del cielo la música va a empezar, / porque los gloriosos concertistas/ templan los instrumentos con risas. / ¿Estarán vivos? ¿Serán de piedra / esos rostros tan verdaderos, / esas vestiduras maravillosas, / esos ojos llenos de vida? / Tú que los hiciste con la ayuda de Dios, / maestro Mateo de nombre inmortal / ya que allí permaneciste humilde / arrodillado, cuéntamelo. / aún con esos pelos rizados que tienes, / “Santo de croques”, (pero) calla, mientras yo rezo)

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