Las hermanas que cursan el CBC en el Barrio Mugica y sueñan con ser las primeras universitarias de su familia

Gloria y Griselda Penayo estudian en la sede de la UBA ubicada cerca de su casa. “Ahora sentimos que es posible tener una carrera y llegar a ser profesionales. Cuesta, pero lo vamos a lograr”, aseguran a coro

Gloria y Griselda en el aula

Cuando se imagina alistándose para recibir su diploma, Gloria Penayo se ríe y emociona al mismo tiempo. Se le nota en la voz que eso es lo que hoy más desea. Hace unos años, veía imposible cualquier posibilidad de tener una carrera universitaria: oriunda de Paraguay, madre y ama de casa, y habitante del Barrio Mugica parecía ser la ecuación para lo imposible, pero está a una materia de ingresar a Psicología.

Tiene 28 años y cursa junto a Griselda, su hermana cuatro años mayor, que por estos días realiza su actividad de misionera junto al grupo de la Iglesia Católica del que forma parte.

Juntas, comparten las clases del Ciclo Básico Común en el predio de la Fundación Scholas Ocurrentes del Barrio 31, en Retiro, que fundó el propio Jorge Bergoglio antes de convertirse en el Papa Francisco. El objetivo fue que los habitantes de zonas marginales, muchas veces discriminados, también tengan posibilidades de acceso a la universidad pública.

El papa Francisco fundó el edificio donde cursan el CBC con profesores voluntarios y alumnos avanzados de la UBA

“Caminás por el barrio y ves la espalda de la Facultad de Derecho. Entonces, sentís como si la universidad te da la espalda. Por suerte, ya no es así”, le dice Gloria a Infobae, un rato antes de volver a las tareas domésticas.

Acceso a la universidad

Llegar a ese edificio siempre fue difícil: por la extraña distancia real (pese a ser vecinos) que existe entre las dos locaciones y por la distancia que por años impuso la mente y eso de que “la gente de la villa no va a la universidad”, que parecía ser un mandato. Quizás alguna vez lo fue, pero ya quedó de lado y para lograrlo nació el proyecto del entonces Arzobispo de Buenos Aires que marcó la diferencia.

En julio de 2021, comenzó a funcionar la sede del CBC del Barrio Mugica con unas 50 personas anotadas para cursar las pocas materias ofrecidas y que dictaban unos pocos profesores de la UBA (voluntarios). A los dos años, ya eran más de 200 alumnos (de todas las edades). Superó todas las expectativas. “La gente se anima, pregunta. Se ilusiona con poder estudiar y llegar a ser profesional”, asegura Gloria.

El momento en que el Papa inaugura la sede y habla con las y los alumnos

Orgullo fraterno

A Gloria siempre le interesó la Psicología y también le gustaba Argentina. Nació en Paraguay hace 28 años y vivió en una zona de campo hasta los 18. Cuando le quedaba una materia para terminar la escuela secundaria, Mabel, su hermana melliza, le propuso que la acompañarla a Buenos Aires para vacacionar. Llegó a la Ciudad y nunca más se fue.

Ella, sabiendo de su amor y admiración por esta tierra, le avisó: “Mirá que si voy no regreso”. Así fue. Los edificios la impactaron, la gente.., todo lo que conoció y que sentía tan distinto... No regresó. Desde entonces, inició su vida aquí. “Mi idea era terminar acá la escuela y rendir las materias que me quedaban, pero en ese momento no tenía mi DNI, que me llevó dos años obtener”, cuenta. Debido a las diferencias académicas, Gloria debió cursar la primaria (completó solo lo que faltaba en los programas de estudios) y luego cursó cuatro años la educación media.

Cuenta que desde su llegada vive en el Barrio Mugica y que al año la siguió su hermana Griselda: vino en busca de nuevas oportunidades. En su país natal, había perdido su trabajo y decidió dejarlo todo para apostar a una nueva vida. Juntas, ahora estudian en la sede del CBC y lo que más anhelan es convertirse en la primera generación de estudiantes universitarias de la familia.

Juntas, en busca de un sueño

Contacto con Francisco

“Cuando fue la inauguración de la sede, el año pasado, pudimos hablar con el Papa. Fue una emoción tremenda”, cuenta Gloria y revive sus sensaciones sobre la teleconferencia de la que ambas fueron parte: “Griselda le preguntó a Francisco por qué creó esta sede... Yo estaba muy nerviosa y emocionada también”, admite mientras ríe por el recuerdo.

La mujer, tremendamente agradecida, cuenta cómo su vida comenzó a cambiar luego de que un profesor que tuvo cursando la secundaria le hizo creer en sí misma. “Me dijo que yo también podía soñar y que si quería estudiar una carrera, que podría hacerlo. Conocí el CBC de esta sede por él cuando le comenté mi sueño de tener una carrera y ser algún día psicóloga”, recuerda con emoción y compara: “Si hubiera estado en Paraguay, no, porque allí la universidad se paga y una carrera es cara, para unos pocos, pero aquí podemos aspirar a ser universitarios”.

Con entusiasmo, desea: “Espero llegar a la meta y recibirme. Por ahora es un gran sueño a cumplir... Ya metí cinco de las seis materias del CBC, pero me queda Semiótica (disciplina destinada a comprender cómo se articulan los procesos de significación), y me cuesta”.

Las hermanas comenzaron a cumplir su sueños de ser universitarias

Griselda se contagia del entusiasmo de su hermana menor. “Siempre tuve el sueño y la ilusión de tener una carrera, pero la vida pasa y uno va dejándose estar. En la pandemia, me planteé nuevamente lo del estudio y me propuse esta meta. Acá estamos, queda un largo camino, pero yo sé que podemos lograrlo”, dice animada.

Para Gloria, su deseo con la carrera que seguirá, además pasa para devolverle al barrio todo lo que les dio. “Yo quiero especializarme en Psicología Clínica. Y mi mayor deseo es ayudar acá porque si vas a la salita, no hay un psicólogo. No sé si es porque no quieren entrar al barrio o porque también la gente piensa que si vas al psicólogo es porque no estás bien de la cabeza. La Salud Mental es importantísima y yo quiero sacarles ese preconcepto que tienen y ayudar, porque hay mucha gente que necesita ser ayudada, escuchada. Los pibes, sobre todo, que tienen sus problemas y los tapan con las drogas”, expresa a corazón abierto su más profundo deseo.

De la misma manera en que a ella una palabra de aliento le cambió el curso de su historia, desea hacerlo con más jóvenes. “Dentro y fuera del barrio, por ahí hasta nuestras familias, nos dicen que la universidad no es para nosotros, que por la manera de dar clases, los profesores ni te conocen y que estás vos con vos y que eso la hace difícil. En cambio, acá es todo lo contrario porque los profesores te ayudan, si no entendés te orientan. Pero, sobre todo, te dan esa motivación para seguir y luchar por los sueños, que es lo más difícil”, dice y cuenta que tiene sus horarios cronometrados para poder llevar a su hijo a la escuela, turnarse en sus demás actividades con su marido, cursar y preparar los parciales.

Las entusiastas alumnas posan al lado de una fotografía del creador del concepto de las Scholas Ocurrentes

CBC en el Barrio Mugica

Actualmente, en la sede del Barrio Mugica se dictan materias del Ciclo Básico Común (CBC) de 27 carreras y tecnicaturas y desde el 2021 ya cursaron más de 900 alumnos. Además dispone de una cancha de fútbol, la única en el barrio que es cerrada. Además, hay una sala de estudios equipada con impresora y libros.

Las instalaciones están diseñadas para ofrecer un espacio integral de aprendizaje y contención, promoviendo una pedagogía que fomenta el encuentro y el desarrollo de los estudiantes Sede Scholas Occurrentes.

La mayoría de los alumno cursan en el turno noche para poder coordinar el trabajo, a veces más de uno, con la cursada y horas de estudios, además de la vida familiar. En ese espacio, además de tener la comodidad de “la universidad en el barrio”, tienen la contención que caracteriza al sistema educativo de las Scholas, la organización iniciada hace 20 años por el entonces arzobispo Jorge Bergoglio que desde su papado se extendió por los cinco continentes. Su objetivo primero es promover la “cultura del encuentro” a partir de la educación.

En las aulas, no hay más de una veintena de estudiantes, lo que logra otra relación con los docentes. Allí, también tienen clases de apoyo (que a veces las dictadas estudiantes universitarios avanzados), miembros del programa La Previa de la UBA y les ofrece a los alumnos del CBC un salón para estudiar donde cuentan con una impresora para poder imprimir los textos bibliográficos.

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