Es oftalmóloga, se convirtió en influencer de Av. Avellaneda y es conocida por sus propuestas “nivel shopping”

Jennifer Szuster, creadora de “Tips a la Vista”, es una de las “pioneras” en generar contenido en Instagram de esa zona comercial mayorista. Por qué la llaman “La reina de Flowers” y qué la motivó a trabajar más horas como influencer que como médica. “La gente que me sigue busca ropa ‘nivel shopping’ pero a precios de Avellaneda”, explica

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La oftalmóloga Jennifer Szuster ofrece un mapa que divide la zona por sectores

“Yo no sé si te diría que tengo pasión por la moda, sí tengo devoción por los buenos precios”, dice la médica oftalmóloga Jennifer Szuster (39), influencer famosa por conocer el centro comercial mayorista a cielo abierto de Av. Avellaneda y alrededores como la palma de su mano y ofrecer a su audiencia siempre buenas oportunidades de compra de ropa y accesorios. Su cuenta de Instagram @Tipsalavista tiene 674 mil seguidores.

“Hará ocho años más o menos que descubrí Avellaneda por una amiga. Su madre tenía comercio y me dijo: ‘¿me acompañás un día a ver ropa?’ Y en ese momento tampoco era lo que es ahora. Todavía no estaba de moda o era muy mayorista. Fui y me encantó. No podía creer las cosas que había”, explicó la creadora de contenidos que por ese entonces hacía sus compras en los outlets de calle Aguirre o Av. Córdoba. Su búsqueda de buenos precios se remonta a los tiempos de la universidad, aunque en ese momento no estaba tan atenta a la moda, ni a los outfits que ganaron terreno con la llegada de las redes sociales. “Eso se fue dando después de recibida de médica”, precisa.

Jennifer formó una familia hace 14 años con Diego, también oftalmólogo. Su padre y su suegro también eligieron esa rama de la medicina. Es una familia de oftalmólogos. Un día trabaja en lo de su suegro y otro día en el consultorio de su padre. Hasta el año último también atendía en un sanatorio grande de la Ciudad de Buenos Aires, pero decidió dejarlo porque su trabajo como influencer ocupaba cada vez más lugar en su vida. “Monetariamente me reditúa más estar con Instagram y hacer contenido que estar atendiendo. Y me duele porque estudié mucho para llegar a ser médica, pero es lo que me tocó. No sé si será para siempre, si irá cambiando, si podré trabajar en otro lado después. A mí me encantaría trabajar en algún medio de comunicación, por ejemplo”, expresa.

Jennifer muestra diferentes equipos en locales del centro comercial mayorista de Av. Avellaneda y alrededores
Jennifer muestra diferentes equipos en locales del centro comercial mayorista de Av. Avellaneda y alrededores

¿Qué te cautivó de la zona comercial de Avda. Avellaneda?

— Los buenos precios y cómo fue evolucionando también la moda ahí, porque antes cuando ibas a comprar a Flores te miraban como diciendo ‘ésta compra ropa berreta, se viste mal’ y cuando se empezó a poner de moda y al mismo tiempo las marcas también fueron evolucionando uno veía que se podía vestir muy bien por poca plata y eso fue lo que me enganchó. En ese momento mi cuenta de Instagram todavía era muy chiquita, pero yo mostraba lo que yo me compraba y las seguidoras no podían creer los precios. Los locales todavía no tenían ni Instagram. No había forma de comprar si no ibas ahí. Pero puedo decir que fui una de las pioneras en mostrar lo que me compraba en Avellaneda. He visto historias del 2018 que subí con ropa que me compré y que mostraba de dónde eran los locales y demás.

La cuenta de Instagram de Jennifer Tips a la Vista, no siempre se llamó así, fue cambiando de acuerdo a etapas de su vida y también se modificó con el confinamiento de la pandemia. Cuando sus dos hijos Olivia y León eran pequeños estaba enfocada en la maternidad, con una mirada graciosa e irónica, según define. Con la pandemia los negocios de Avellaneda, con las persianas bajas, comenzaron a vender online.

Jennifer es médica oftalmóloga y atiende en los consultorios de su padre y de su suegro. Es un familia de oftalmólogos
Jennifer es médica oftalmóloga y atiende en los consultorios de su padre y de su suegro. Es un familia de oftalmólogos

— Era todo muy nuevo. Y éramos muy poquitas las que hacíamos contenido en ese momento de Flores, y a la gente le encantó, especialmente los precios porque no estamos acostumbrados a ver esos precios en otros lados. La gente estaba en su casa todo el día, obviamente estaba mucho tiempo con Internet y compraba un montón. Ahí fui como empezando a generar contenido solo con historias sobre Flores. Tampoco podía ir a Avellaneda a filmar a la calle, porque en ese momento tampoco se podía salir demasiado. Entonces hacía historias y mostraba algunas tiendas online. Fue de poco.

El punto de inflexión

— ¿En qué momento te convertiste en la influencer que sos hoy?

— En 2020 cambié el nombre de mi cuenta, ya no quería hablar más de maternidad. Me cansé. Aparte es rubro muy juzgado y no me quería encasillar tanto. Tampoco estaba muy contenta con el nombre anterior que tenía mi cuenta que se llamaba La mamá Goma. No era muy marketinero ese nombre. Las marcas no me iban a contratar con ese nombre y en ese momento yo vi que estaba muy de moda todo lo que fueran tips y hacks. Y cambié por el nombre “Tips a la Vista”, a la vista porque soy oftalmóloga y tips porque doy tips, pero en general no eran tips de moda ni tips de cómo comprar en Avellaneda, eran tips en general. Pasó el tiempo y en 2021 mi punto de inflexión fue un video que subí con un audio medio viral de TikTok viendo el divague de precios del shopping. Y ese video se me hizo viral.

Jennifer Szuster recorre Avellaneda y muestra los suéteres que más le gustaron

— ¿A partir de ese momento crecieron tus seguidores?

— Sí. Subí otro video pero ya de Avellaneda y se hizo medio viral y en cuestión de un mes me empezaron a seguir como 200 mil personas más. Yo no podía creerlo. ‘Acá hay algo que está funcionando mal’, me dije. No lo podía creer porque es como el sueño de cualquier persona que hace contenido en Instagram. Entonces ahí dije ‘va por acá. A la gente le interesa este contenido. Quiere comprar barato’. Así arranqué, subiendo videos de dónde comprar sweaters, dónde comprar ropa de sastrería, vestidos y así las marcas me fueron llamando y me empecé a hacer más conocida dentro de lo que es el nicho de Flores.

Mientras revisaba ojos en los consultorios cuatro veces a la semana, la oftalmóloga iba subiendo contenido a su cuenta. Dice que nadie le pagaba en un momento en que no estaba tan de moda generar contenido, que a lo sumo daban algo de ropa de regalo por la buena onda, pero no era lo que es ahora. “De a poco, el hobby se transformó como en mi trabajo principal, porque realmente es el que me lleva más tiempo que como médica”, dice Szuster que recuerda el momento en que una “mami del jardín” le dijo ‘vos tenés pasta para ser influencer’. Corría 2018 y ella no sabía lo que era el trabajo de un influencer, ni tampoco todo lo que le pasaría por escuchar este consejo.

Una mami del jardín le dijo que tenía pasta para ser influencer y no se equivocó
Una mami del jardín le dijo que tenía pasta para ser influencer y no se equivocó

La creadora de contenidos se pregunta en qué parte se encarece la producción argentina, que recién ve precios coherentes en los shoppings ahora que están en liquidación. “Como no vendieron nada, lo bajan. Tampoco veo que la calidad sea una cosa de locos”, plantea. Ella cree que la idea de comprarse algo para toda la vida no va más. Que cada dos años lo que sea uno lo va cambiando. “¿Entonces para qué vas a gastar una fortuna en algo que quizás no es de la mejor calidad? Es carísimo. Por eso voy a Flores y me lo compro. Y si ya se me hizo pelotitas, el año que viene me compro otro el año siguiente y listo, a menos de la mitad del shopping”.

Jennifer dice que en Avellaneda hay mucha variedad de precios y diferentes calidades. Que su objetivo no es mostrar lo más barato, sino la ropa que dure más. “La gente que me sigue busca ropa “nivel shopping”, como le suelo decir yo. Ropa que podés conseguir en el shopping pero a precios de Avellaneda. Hay otras cuentas que quizás muestran precios de cosas que no son de tan buena calidad. Yo trato de mostrar todo lo que sea lindo y que yo me pondría. De hecho yo me visto con ropa de Flores”.

— ¿Quiénes compran en Av. Avellaneda?

Yo creo que ahora la gente que va a Flores es gente que antes quizás viajaba y que ahora ya no lo hace. Y también es turístico. Mucha gente del interior viene a Buenos Aires y medio día lo destina a comprar en Flores. Pero para saber comprar bien y aprovechar tu tiempo, tenés que saber dónde comprar, porque es muy grande y cada vez crece más y más. Entonces, si no sabés dónde comprar, te perdés, comprás mal, te volvés frustrado porque no encontraste nada lindo. Sumado a que hay mucha gente sobre todo los sábados [cuando se vende menor cantidad de prendas al público tratándose de mayoristas]. Si te mareás y comprás mal no querés volver nunca más porque la experiencia es nefasta. Aparte, tampoco te podés probar, así que también ese es un punto en contra del lugar.

— ¿Cambió la percepción sobre vestir ropa de Avellaneda?

Yo creo que sí, que cambió y ayudó a que cambie también porque la gente ve en cuentas como la mía, que te podés vestir bien y que la ropa puede ser linda por poca plata. Quizás antes, como no tenía esta masificación que hay ahora. Estaba tildado como que la ropa de Avellaneda era berreta. Las mismas marcas ahora ponen mucha plata en lo que es producción de lo que son las prendas. Hay marcas que tranquilamente podría estar en el shopping, son las mismas telas y pero con precios accesibles. Igualmente hay gente que nunca en su vida va a querer ir a comprar a Flores, porque tenés que caminar mucho, hay manteros por zonas en que no se puede ni caminar. En verano te morís de calor. Es una fiaca. Pero cuando ya le encontraste el gustito a comprar bien por poca plata querés volver.

— Además de recomendar lugares, también presentás equipos de ropa, te maquillás y más...

Yo muestro contenido de Flores y para no saturar, porque también un poco aburre mostrar todo el tiempo moda, hablo un poco de mis hijos o de mi vida en sí, de algunos problemas, de la vida misma, de mi perra. Hablo un poco de oftalmología. Y soy bastante coqueta. Así que tuve la suerte que marcas de maquillajes o que se dedican al skincare me hayan contratado como influencer para hacerles contenido. Así que yo no lo puedo creer. Si me lo decías hace diez años atrás de que me iba a estar pasando esto, yo no lo no lo creía, sinceramente, porque no lo busqué, se fue dando.

La médica oftalmóloga Jennifer Szuster lo explica en detalle

Cuando habla de oftalmología cuenta que las seguidoras se “re enganchan”. Le gusta tratar temas cotidianos, lo que afecta a todo el mundo como la presbicia. O explica por qué no se debe comprar anteojos de sol en la calle. Le gusta explicarlo fácil porque le gusta que la gente le entienda. Y que con sus pacientes habla del mismo modo. Jennifer cuenta que llegó a recibir clientas que la seguían por sus tips de Avellaneda y quisieron hacerse anteojos con ella cuando trabajaba en el sanatorio. Se lo revelaban al final de la consulta.

Credibilidad, ante todo

Si bien hoy la contratan las marcas del lugar, dice que nunca recomendaría nada que no sea acorde a su estilo o no le cierre. “Prefiero decirles que no a perder credibilidad, porque creo que es lo más importante que tiene un influencer con la gente que lo sigue”. Sus seguidores, por su parte, le piden un montón de recomendaciones. Por ejemplo, ahora que muchos se van a la nieve le pidieron data de ropa térmica y para esquiar. Los tres rubros más pedidos: sastrería, vestidos y ropa térmica.

La influencer conoce bien a su público. Tiene entre 28 y 45 años y saben qué tipo de indumentaria van a encontrar entre sus propuestas. Por ejemplo, que no habrá ropa como para ir a bailar, porque ella no va. “Muestro ropa para todos los días, para salir o ropa de noche, pero no la ropa de las chicas que usan ahora para bailar. Para eso hay otras cuentas que son más jóvenes que yo y muestran ese tipo de ropa.

Tampoco se encontrarán opciones de marcas de lujo. Sí puede haber contenido de otros barrios, de outlets o emprendedores, pero nada muy caro. “Yo no me sentiría cómoda haciendo contenido con marcas de lujo porque sé que no le funcionarían ni a la marca ni a mí, capaz hasta mis seguidoras pueden hasta enojarse. Mi público no busca ese tipo de contenido”, destaca.

— ¿Cuándo te proclamaste Reina de Flowers? como figura en tu perfil de Instagram

No sé bien cuándo fue, pero sé por qué fue. Me proclamé Reina de Flores porque si bien no fui la primera, fui una de las primeras que hizo contenido en esa zona cuando nadie mostraba ropa. De ahí cuando decías que te comprabas ropa en flores, la gente te miraba diciendo ‘ay, es una berretada lo que se compra’. Entonces bueno, me proclamé reina de Flowers por eso, porque soy como de las pioneras. No sé si yo lo busqué. Creo que fue de una seguidora que me dijo eso y quedó. Y la frase “nivel shopping”, esa la inventé yo. Quedó el hashtag. Todo es nivel shopping.

El lado B

— Contás en un posteo que te cuesta hacer los videos por los ruidos, porque te interrumpen y a falta de probadores te tenés que cambiar en baños

Un video que dura un minuto, 40 segundos cualquiera piensa que se hizo en diez minutos y no. Quizás estás una hora y media filmando. Estás haciendo el video y te pasan mil cosas con los vendedores ambulantes que ofrecen sanguchitos en la puerta y a los gritos. También me suele pasar siempre que quiero ponerme a filmar y el local se llena, explota de gente y es imposible filmar. Y aparte yo, como en general voy sola, me cuesta más. Tambíen me tengo que cambiar en los baños y no son el mejor lugar en Flores. Son chiquitos, no tenés donde apoyar la ropa. Bueno, es un baño de un comercio. Y rezá que esté limpio. Las pocas veces que tuve que ir a filmar locales con probador sentí que estaba en Disney más o menos. Es increíble como cambia un probador y una silla para apoyar la ropa.

Su lado B es verla cargada de bolsas por las calles de la zona. Y no cual modelo mostrando outfits. El auto siempre queda estacionado lejos porque no hay lugar en las calles siempre atascadas. No cabe un alfiler. La “Reina de Flowers” sueña con el canje de una “cochera” para facilitar su trabajo. Y afirma a Infobae que es muy feliz con lo que hace. “Me divierte mucho, me encanta la comunicación, me encanta hablar y ojalá esto sea la catapulta para otra cosa. Cuando era chica yo quería ser famosa. No sé si soy famosa, pero dentro de lo que es Avellaneda yo siento que estoy ahí, como que dentro de mi nicho tengo una especie de fama y la gente me quiere. Ojalá que esto sea como la puerta de entrada para otras cosas más grandes”, concluye.

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