En medio de las críticas por la difusión de misas con contenido político en al menos dos iglesias de la ciudad de Buenos Aires, el monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, convocó a una nueva ceremonia para reconocer el trabajo de las mujeres en los comedores. Pero lo hizo con una advertencia: “No queremos que algo tan propio del ser humano, que no pertenece a ningún sector político en particular, sea usado de ningún modo”, sostuvo en sus redes sociales.
“No pensamos invitar a ningún político a esta Misa”, agregó el Obispo de la Diócesis de San Isidro, a cargo de presidir la eucaristía que se realizará el próximo miércoles, a las 11, en el Santuario de la Virgen de Caacupé, en avenida Crovara y Castillo, Ciudad Evita, La Matanza.
En esta misma línea de críticas sobre el uso político y los cánticos partidarios en las misas, monseñor Jorge García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires, ofreció una dura homilía este fin de semana, donde sostuvo que “la eucaristía es algo sagrado; no está bueno usarla para dividir, para fragmentar, para partidizar”.
García Cuerva pronunció estas palabras durante una misa en la parroquia San Ildefonso, ubicada en la calle Guise, en el barrio porteño de Palermo.
En su homilía, apuntó directamente al incidente que tuvo lugar el viernes 14 durante otra ceremonia en la parroquia Inmaculado Corazón de María, en Constitución. Durante la misa, presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara, militantes que estaban presentes en el templo empezaron a corear “La patria no se vende”, consigna dirigida contra la política del actual gobierno.
La misa estaba dedicada a la memoria del padre Mauricio Silva, detenido desaparecido desde 1977. Lo sucedido motivó posteriormente un comunicado de disculpas del propio Carrara, la advertencia realizada por Ojea y, finalmente, la fuerte crítica al hecho por parte de García Cuerva.
“La misa es algo sagrado, porque está en las entrañas más profundas de la fe de nuestro pueblo -sostuvo el Arzobispo de Buenos Aires-. Aquí venimos a alimentarnos de unidad, de fraternidad, de paz. Por eso no está bueno usar la misa para dividir, para fragmentar, para partidizar. No está bueno usar la misa para que terminemos separados como hermanos”.
Y, en directa referencia a lo que consideró una utilización partidaria de una ceremonia religiosa, el Arzobispo de Buenos A agregó: “Tampoco está bueno contar con la buena fe de quienes participan de la eucaristía o de los sacerdotes a los que se invita a presidirla para que después pase lo que ha pasado en estos días, como le ha pasado ayer a monseñor Gustavo Carrara. Por eso la misa es algo sagrado. La misa es para unirnos, para hacernos hermanos”.
De este modo, se estaba también refiriendo a un episodio anterior, el del pasado 9 de junio, en la iglesia de la Santa Cruz, en el barrio de San Cristóbal, cuando una misa celebrada en memoria de Nora Cortiñas, miembro de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y de Víctor Fernando, hijo de Adolfo Pérez Esquivel, quienes fallecieron el 30 de mayo, fue interrumpida por consignas político partidarias.
Esta reiteración motivó no sólo la homilía de esta tarde por parte de la máxima autoridad de la Iglesia en la arquidiócesis de Buenos Aires, sino también la reacción de Gustavo Carrara, quien inmediatamente después de la misa, envió un comunicado en el que, además de contextualizar el hecho (“Antes de la bendición final, fui sorprendido por una señora que empezó a cantar ‘la patria no se vende’, y muchos de los presentes en el templo continuaron el canto por un minuto”), decía también: “Como celebrante principal asumo la responsabilidad, y pido humildemente disculpas al que pudiera sentirse ofendido por el mismo (el hecho que se produjo al final de la Misa)”.