A las nueve de la mañana de este viernes, frente a la Plaza Alberdi -ubicada en el Barrio Norte de San Miguel de Tucumán- los vecinos sintieron un fuerte cimbronazo, fruto del derrumbe de parte de una obra en demolición. El accidente produjo seis heridos, obreros que estaban trabajando en el lugar ubicado en el cruce de las calles Corrientes y Catamarca.
Las secuencias del hecho, y escenas de dramatismo, mostraban claramente el momento en que una parte de un edificio colapsó, lo que generó varios gritos de desesperación (el derrumbe contó con la ayuda de vecinos durante el rescate de los heridos) en una zona urbana densamente poblada con locales comerciales, edificios, puntos gastronómicos y con el riesgo que afectase a las viviendas lindantes. Las causas del derrumbe, aún están siendo investigadas.
Según las autoridades locales, se produjo un desprendimiento de una mampostería en la obra en la cual trabajaban 12 personas al momento del hecho y la mitad resultó herida. “Gracias a Dios solamente tenemos heridos”, detalló a La Gaceta, el jefe de Policía de la Provincia, Joaquín Girveau Olleta. “Fue un fuerte estruendo, de una obra de dos plantas, en una propiedad viejísima, una antigua licorería. Cedió la planta alta, hacia Corrientes, dejando abajo de los escombros a algunos de los operarios”, contó a eltucumano.com, uno de los testigos que presenció la escena.
Las imágenes obtenidas por el Ministerio de Seguridad fueron rápidamente difundidas, en donde se observa -además del momento del derrumbe- los trabajos de Policía, Bomberos y Defensa Civil. “Los trabajadores estaban realizando labores de demolición en la primera planta del edificio cuando ocurrió el colapso. Si esto hubiera sucedido cuando la obra recién comenzaba, podríamos estar hablando de muchas más víctimas”, afirmó Luis Lamontanaro, director de Defensa Civil Municipal, a La Gaceta.
El Servicio de Emergencias del Sistema Provincial de Salud (SIPROSA) indicó que los heridos están bajo observación médica y que no se ha reportado ningún fallecido hasta el momento. Sin embargo, el evento provocó un despliegue de recursos para garantizar que el área afectada esté segura y prevenir incidentes adicionales. Los heridos fueron trasladados al Hospital Padilla para recibir atención médica.
“Yo había visto unas paredes castigadas, estaban soportando una loza muy pesada y ahora están los resultados. Me salvé de milagro porque esa lata me podría haber matado”, dijo un vecino a medios locales mientras volvía de una reunión de padres en el Colegio Santa Cruz, una institución educativa cercana a la esquina del hecho.
El secretario general de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), David Acosta, indicó que, a fines de mayo, se hizo una inspección en la obra y que estaba habilitada. “Y se le comunicó a la Secretaría de Trabajo por qué los trabajadores no estaban realizando sus tareas con las condiciones convenientes. Vamos a ver por qué seguían trabajando en esa situación, pero lo primordial ahora es que los heridos estén bien”, agregó Acosta a La Gaceta.
El titula de Defensa Civil agregó que “la obra contaba con todos los permisos necesarios y un plan de contingencia aprobado por la empresa privada responsable”. Y consignó: “Al momento del accidente, se estaba cumpliendo con las medidas de seguridad estipuladas, lo que evitó que el incidente tuviera consecuencias más graves”.
Luego del derrumbe, el tránsito fue cortado en la zona a la espera de la realización de los estudios técnicos para evaluar el estado de la estructura remanente. “Estamos aguardando el informe de los peritos, tanto privados como públicos, que ingresarán para determinar el nivel de riesgo y la estabilidad de lo que ha quedado en pie”, agregó Lamontanaro. El tránsito ya está normalizado en la zona del accidente.
A su vez, la Dirección de Catastro Municipal está verificando que la empresa constructora haya aplicado los controles y permisos requeridos. Según fuentes locales, la obra tuvo inspecciones previas y había realizado apuntalamientos debido a la inestabilidad de la obra.