El veterinario de campo que conquistó las redes con humor: vacas furiosas, potrillos rebeldes y el ternero Rogelio

“Hoy soy un veterinario, pero sigo siendo ese nene que salió del campo y por eso es que cada día le hablo a los animales y ellos son mis pacientes”, cuenta el cordobés Gastón Britos, que comparte en sus redes sociales su trabajo cotidiano en el campo y la relación cercana que tiene con los animales. Ternura al por mayor y aventuras fuera de serie

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La relación paciente veterinario del ternero Rogelio y Gastón Britos

“Rogelio. A ver. En serio. Tenemos que tener una relación tipo como veterinario paciente, porque yo soy tu veterinario. Cuando vos estabas jodido… Yo tengo que ser un tipo serio. No puedo andar a los besos con vos ni acariciarte”, le dice Gastón Britos (28) quien al terminar la frase le estampa un beso al ternero que le chupaba el dedo sonoramente mientras hablaba. Más de dos millones de personas dijeron haber gustado del video de TikTok (@gastronbritos.vet) y son muchos que conocen la historia completa de Rogelio desde que nació y fue salvado por este joven veterinario que tiene la linda costumbre de hablar con sus pacientes y llenarlos de besos para toda la platea animalera.

¿Vos sos el de TikTok? ¿Y cómo está Rogelio? Es lo primero que le preguntan cuando llega de visita a nuevo campo, donde no conoce a nadie. Gastón no deja de sorprenderse por la llegada de las redes sociales (IG: @gastonbritos_vet) . “Soy de una pequeña zona rural llamada Los Tres Pozos, a 25 kilómetros de la ciudad Río Tercero, Córdoba, donde vive un par de familias. Una es mi familia. Ahí nací y crecí en medio de los animales. Soy el más chico de cuatro hermanos. Siempre fui animalero desde chiquito, crecí en medio de patos, gallinas, caballos, vacas y a todos les hablaba y jugaba con ellos. Entonces, desde chico, ya tenía esa relación cercana. Crecí rodeado de ellos, interpretaba muchas cosas, por el simple hecho de pasar tantas horas junto a ellos”, cuenta.

Gastón Britos se crió junto a los animales del campo
Gastón Britos se crió junto a los animales del campo

Su vocación nació en su adolescencia, cuando empezó a sentir curiosidad cómo funcionaban los organismos de sus amigos animales y cómo podría ayudarlos. También se interesó por las enfermedades que transmiten a los humanos y cómo se podría prevenir. La carrera de médico veterinario la encaró como un sueño máximo, con el apoyo de sus padres, quienes le dieron la oportunidad tanto a él como a sus hermanos de estudiar en la universidad, algo que ellos no tuvieron acceso.

El veterinario de campo es un apasionado de su profesión. Dice que muchas personas se imaginan algo distinto de lo que en verdad es. “No es simplemente hablarle a un animal, acariciarlo y ponerle una inyección y que se cure de lo que tenga. Es poder interpretar lo que tiene un animal realmente. No es fácil porque el animal te está marcando muchas veces dolor y no te puede hablar, no te puede decir nada. Entonces se vuelve una lucha por interpretar qué es lo que le pasa”, explica el veterinario de grandes animales, especializado en en sanidad de rumiantes.

Fue en 2019 mientras cursaba el último año de su carrera cuando empezó a mostrar la vida de campo en sus redes sociales. Fue previo a la pandemia cuando todavía no era tan natural que la gente filmara sus vidas en las redes hablando a cámara, y menos donde vivía, donde incluso resultaba chocante. Sus padres, alejados de la tecnología, no entendían qué hacía. “Mi primera idea fue tratar de mostrar lo que era el campo, las producciones,de aves, de huevos, de pollos, de vacas, justamente porque yo vivo en el campo. Para mí era natural verlo, pero para la gente de la ciudad o quien trabaja de otras cosas no tiene por qué saberlo, además de que reciben información de otros medios que a lo mejor no tienen vinculación con el campo y están muy sesgados. Entonces, la idea era mostrar la realidad, que es un poco lo que a mí me gusta, sea buena, sea mala, tratar de mostrarlo de la manera más neutra posible y que después cada uno decida si le gusta o no, siempre en base a algo real y técnico de una persona que está capacitada para poder mostrártelo”, precisa.

Potrillos mordedores y vacas furiosas

Anécdotas con su teléfono en mano tiene montones. Su elenco de animales hacen de cada posteo un capítulo divertido pero dice que el “detrás de escena” es aún más gracioso. Dice que las vacas son muy curiosas y le pegan lamidas que le dejan el teléfono chorreando de baba. Su cámara también está marcada por los picotazos de gallinas se siente atraídas por el brillo del teléfono. Los potrillos también suelen ser tan intensos y demandantes como los perros y curiosos. “Me mordisquean mientras grabo y me han roto remeras”, relata riendo.

El veterinario Gastón Britos muestra la intensidad de los caballos y cómo lo muerden

Besos de aquí. Besos de allá y ternura al por mayor con gatos, perros, corderos, búfalos, vacas, caballos, con quienes de tanto en tanto se echa una siesta acurrucado en un lomo. Una escena bajo el sol campestre tan lejana para los que lo miran desde la ciudad. Gastón habla del olor a caballo y aspira mientras lo cuenta, como si fuera aroma a un campo de rosas. “Creo que la gente me sigue mucho porque yo soy auténtico. Ellos ven el día a día sin filtros, me ven a mí, me conocen a mí y no les muestro otra persona que no sea yo. Yo soy una persona que viene del campo, de una familia trabajadora, humilde. Hoy soy un veterinario, pero sigo siendo ese nene que salió del campo y por eso es que cada día le hablo a los animales y ellos son mis pacientes. Yo les hablo. No, eso no lo oculto. Me gusta mostrarle también a la gente que no hace falta ser un profesional de smoking de corbata serio para ser un buen profesional”, asegura.

Quienes miran por la pantalla la vida de un veterinario rural tienen una idea equivocada de la reacción que puede tener una animal en determinadas situaciones.”Cuando atendemos algún parto, a la vaca la terminas de ayudar y la vaca no es que después te dice ‘uy, muchísimas gracias señor veterinario por haberme ayudado a tener mi cría. Le agradezco’. No, no, no, la vaca se levanta y te quiere atacar”, explica y continúa: “Yo tuve un parto complicado con una vaca, estuve como más de media hora renegando y en el momento que puedo acomodar al ternero y sale, yo estaba completamente exhausto. Así me concentré en mantener el ternerito con vida. Le empecé a hacer masajes para que pudiera respirar. Lo limpié todo esperando que la madre se repusiera. En un momento me distraje con el ternerito y me olvidé que la vaca se estaba levantando. Cuando me di vuelta la tenía atrás bufándome y me sacó corriendo de una manera que yo hasta el día de hoy me acuerdo. Había un alambre como de dos metros de alto y le pegué un salto limpio y la vaca no me agarró. Zafé de suerte, me raspé completo y le mostré a la gente: “esta es la vaca a la que acabo de ayudar y la vaca me miraba y bufaba y pegaba contra el alambre, así como diciendo ‘te quiero matar, te quiero matar’”. Y explica que la vaca quiere proteger a la cría a toda costa y vos estás en el medio.

Así le agradece la vaca al veterinario Gastón Britos la asistencia del parto

Rogelio, el ternero perrito

Vayamos a lo importante. Rogelio, la estrella de su cuenta de TikTok, donde tiene dos videos anclados. Cuenta que es un ternero que nació en su campo, que no fue aceptado por su mamá. “Y lo adoptamos nosotros. Yo lo empecé a mostrar a la gente de casualidad, porque es algo normal en los campos”, destaca. Su paciente el ternero estaba deshidratado, en malas condiciones y logró salir a flote, volviéndose en un ejemplar saludable. “Hoy ya es un grandote que está dando vueltas por el campo. Pero cuando era chiquitito era un ‘perrito’. Nos buscaba, nos llamaba de cualquier lado. La gente se reía porque nosotros salíamos afuera de la casa, gritábamos su nombre o decíamos che, ¿vamos a merendar algo? Y Rogelio, a los gritos se venía de donde estuviera para tomar la leche”, rememora y agrega: “Rogelio es ya un animal adulto. Está dando vueltas por el campo y es una estrella todavía. La gente todos los días me pregunta por él, qué es de su vida, qué estará haciendo. Le tomaron un cariño tan grande, porque pasó de estar muy mal a súper vital y exudar vida”, explica.

Gastón compartió muchas experiencias y emociones con su audiencia, que lo sigue a todas partes. Una de ellas fue un viaje a Corrientes en una veterinaria móvil para asistir a los animales víctimas de los incendios. “Yo pensaba qué lindo lo que pudimos juntar con las donaciones y podamos ir a curar vacas, caballos, perros y gatos entre todos”, se remonta al inicio de su aventura en el monte. “Cuando fuimos me dijeron ‘che, acá no tenemos ahora vacas que estén afectadas, tenemos un problema, se nos están metiendo los yacarés en los patios de las casas. Hay yacarés que agarrar’. Y yo le contaba a la gente, no tengo ni idea qué es lo que tengo que hacer. Estaba pálido porque pasé de toda la ilusión con las donaciones de las cremas para las vacas y los caballos a agarrar un bicho de tres metros que me quería matar y yo con toda la intención de poder salvarlo”, recuerda.

Además de desparramar ternura y despertar sonrisas, Britos se propuso izar la bandera del bienestar animal. Quiere llevar el mensaje más profundo, de tratar bien a los animales. “Yo soy un veterinario de grandes animales, yo soy especializado en en sanidad de rumiantes. Entonces, en el ámbito de las vacas, la verdad que por muchos años se veía muchísimo maltrato, todavía existe y es un trabajo que uno está tratando de a poco de ir corrigiendo a través de la educación. No hay otra manera. Uno tiene que educar. Hay muchísima gente que me sigue, que trabaja con vacas y uno intenta mostrarles que cómo se manejan, cómo se hacen las cosas”, concluye .

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