Dijes, aros y otras miniaturas en porcelana fría son realizados con total cuidado y esmero por la artesana Julieta Papa. A mediados de 2016, la joven comenzó a dejarse llevar por su imaginación y elaboró sus primeros diseños, pero en 2017 llegó la idea que lo cambió todo: por sugerencia de su madre, le dio un toque personal a las escarapelas argentinas, con la idea de homenajear a las comidas y objetos típicos nacionales.
“Fue un momento en que yo estaba viendo qué hacer y, aunque el emprendimiento es mío, mi mamá (que siempre me apoya y hace sugerencias), un día me dijo que estaría bueno que hiciera escarapelas. Automáticamente, recordé que tenía una profesora del colegio que usaba una escarapela con una personita y las primeras que hice fueron caritas de nenitas con un moño en la cabeza, que era la cinta de bandera; después empecé a hacer con empanada, mate y luego pastafrola”, recuerda la creadora de Poteito’s.
Debido al Día de la Escarapela y la Semana de Mayo, un reel en Instagram en el cual muestra cómo las hace se hizo viral y las ventas comenzaron a dispararse: ya vendió unas 550. Las más solicitadas son las escarapelas con mate.
Un poco de nacionalismo
Poteito’s es el proyecto al que Julieta le dedica tiempo completo y así lo bautizó jugando con su apellido, Papa.
En 2011, la mujer que hoy tiene 31 años, inició la carrera de Comunicación Social con orientación a Publicidad, pero aunque aprobó todas las materias a tiempo no hizo la tesis, cuenta en un posteo a sus más de 182 mil seguidores.
“Cuando estaba en el final de la carrera me di cuenta de que no quería trabajar en una oficina, que prefería emprender”, resume y admite estar enamorada de su trabajo. “De hecho, trabajo un montón... ¡A veces demasiado!”, dice la mujer de 30 años que se califica como muy autoexigente y responsable”.
Pese a que la creación ya tiene casi siete años, gracias a los reels se hizo masiva. “Cuando Instagram cambió la posibilidad de publicar reels y videos, ahí empezaron a viralizarse los videos en los que yo mostraba las escarapelas. Es un producto que hago desde los inicios de mi emprendimiento y que siempre gustó, pero gracias a ese boom de Instagram y la viralización llegó a muchísima gente. Lo más lindo de todo esto es que muchísimas personas me confía que no solía usar escarapela, pero desde que vieron las que hago, les gustaron tanto que las compraron y usan todo el tiempo. ¡Eso me parece hermoso!”, asevera con orgullo.
Aunque desde el inicio las que más le piden (o las que se venden en las ferias a las que va) son las de mate, fue sumando otras alternativas y siempre referida a la comida argentina como locro, guiso, sánguches de miga, de milanesa o elementos como pavas o sodas.
“Pero no es lo único que hago. También sigo con los aros y collares. Generalmente los aritos son los productos más vendidos, o en segundo lugar, sobre todo en esta época en que las escarapelas vinieron a desterrar todo y son furor”, dice y sobre el tiempo que le lleva su elaboración, sacando números en el aire, estima que ”en tres horas hago 40, mas o menos).
“Hace unas semanas, me encargaron escarapelas con milanesas con papas fritas y pastelitos; los propios clientes piden sus diseños porcelana fría. Pero además de motivos de comida hay una de un carpincho. Creo que es la única que no es comida. Cuando hago locro o guiso, me lleva bastante tiempo y lo hago poco porque es muy difícil ya que diseño cada parte de la comida por separado y lleva tiempo”, explica.
Repercusiones
Julieta reconoce que no esperaba que su trabajo tuviera las repercusiones que obtuvo, sobre todo en cada fecha patria, momento en que no deja los videos de lo que hacen ganan muchas reproducciones.
“No imaginé que se fueran a viralizar. Y, en realidad, es difícil saber cuándo algo será viral porque a veces uno piensa que está subiendo algo que está buenísimo, que lo va a ver todo el mundo y después no lo ve nadie. Sin embargo, hay videos que se subo más relajada y se super viraliza. El mundo de las redes es una locura sobre todo porque con este trabajo en particular, las escarapelas se viralizan todo el tiempo. Se nota que es algo que a la gente realmente le gusta mucho: ya tienen más de dos millones de reproducciones, que no es poco”, reconoce.
Contenta por lo que hace, revive los momentos en que se imaginó detrás de un escritorio de oficina. “Ahora a este proyecto se sumó mi novio y juntos vamos a las ferias. Eso es algo que me encanta”, agrega la mujer que se inició como emprendedora en el rubro de la indumentaria.
Hasta 2016 hacía remeras y las dejó por los accesorios artesanales. “Hasta vi que en un programa de televisión la estaban usando y lo agradezco un montón porque sé que muy difícil que pase algo así con otro tipo de contenido”.
Ahora, su elaboración es considerado un accesorio de moda más y tuvo pedidos importantes: desde desfiles escolares hasta eventos cívicos, cuenta y lamenta las reacciones negativas a su intervención en el símbolo patrio.
Lejos de faltarle el respeto, ella considera que fusiona “el emblema de la cinta bandera con algo que representa al país” y que es representativo de los argentinos y que se tratan, específicamente, de aquello que primero “mostramos a cualquiera que llega a conocer Argentina”, admite.
“La ultima vez que se abrió la venta online teníamos cien escarapelas disponibles y en una hora vendimos 95. Y a la mañana siguiente se vendieron las que quedaban. Para mi, que hago todo a mano, es un montón ese número de venta. Sin dudas, a la gente le gusta, entiende qué representa y la lleva con orgullo”, finaliza.