Jack Gleeson, la estrella que abandonó la actuación para estudiar filosofía y que pagó caro ser el villano de “Game of Thrones”

El irlandés que hoy cumple 32 años no tiene vocación actoral. Confesó que se hizo actor de casualidad y que le aburre estar en un set de filmación. Después de representar al niño rey Joffrey Baratheon en la popular serie de HBO, huyó de las cámaras para evitar el hostigamiento y porque quería ser profesor de Filosofía. La vida de un hombre que reniega de su fama y que tímidamente vuelve a confiar en la pantalla

"Si el centro comunitario hubiera tenido clases de karate en su lugar, podría ser un karateca, pero por alguna razón resulta que tenían clases de actuación, así que fui a ellas”, sostuvo (Getty Images)

Jack Gleeson parecía tener un potencial prometedor y el futuro asegurado. Reconocido por su interpretación del despiadado niño rey Joffrey Baratheon en la exitosa serie Juego de Tronos (2011), repentinamente, en la cima de su carrera, desapareció de la escena. “Estoy feliz de sacrificar un gran sueldo por mi felicidad, si no es algo demasiado cursi para decirlo. Probablemente sea más ingenuo que maduro decir eso, tal vez, pero así es como me siento”, dijo. Había nacido el 20 de mayo de 1992 en Cork, Irlanda. Había hecho sus primeras apariciones en Batman Begins (2005) y El brillo del arcoiris (2009). Lo cierto es que nunca mostró interés en adoptar el típico estilo de vida de un actor. En una entrevista con el Irish Independent expresó: “Cuando empecé a hacer Juego de Tronos, quizás la realidad se hizo demasiado real para mí. El estilo de vida que conlleva ser un actor en una serie de televisión de éxito no es algo que me atraiga”.

Efectivamente, su incursión en la actuación fue más bien por necesidad de encontrar una actividad en la que participar. El irlandés empezó a tomar clases de actuación junto a sus dos hermanas mayores en el centro comunitario local, ya que no contaba con muchas otras opciones. Lo compartió con Vulture: “Estaba cerca. Lo hice porque parecía divertido. Si el centro comunitario hubiera tenido clases de karate en su lugar, podría ser un karateca, pero por alguna razón resulta que tenían clases de actuación, así que fui a ellas”.

Interpretando el papel

A pesar de interpretar al monstruoso Joffrey en Juego de Tronos, todos sus compañeros de reparto lo han descrito como uno de los actores “más amables y amigables” con los que jamás hayan trabajado. Jack contó que basó su interpretación en la actuación de Joaquin Phoenix en Gladiador (2000). Y aunque su fama y éxito fueron rotundos, no fue un trabajo que le trajo felicidad. Quizá la razón principal por la que a Jack no le entusiasmaba tanto interpretar a Joffrey fue su desinterés por el ambiente de trabajo en el set. Específicamente, no le atraían los aspectos artificiales de la producción de una serie repleta de efectos visuales, como era el caso de la popular serie. “Cuando vas a un set, te das cuenta de que la realidad tan intensa que ves en la serie de televisión es producto de una enorme cantidad de edición, procesamientos y narración que no están presentes en el día del rodaje”, confesó. Lo que era aún más desalentador, Gleeson percibía que realizar su labor era casi completamente insatisfactorio y extremadamente aburrido: “Vas a maquillarte, te pones el traje, esperas en tu remolque por una hora, luego vas al set, filmas por tres minutos y luego cambian las luces y el ángulo de la cámara, esperas una hora, y luego filmas otros tres minutos. Es un proceso muy aburrido y tedioso”.

Al actor no le agradaba su trabajo: confesó que no le gusta decir malas palabras y normalmente lo evita en los ensayos para hacerlo sólo en la toma. “Creo que al público siempre le gustarán los tipos malos que matan sin razón aparente. Simplemente nos gusta odiarlos”, comentó renegando de su personaje. Hasta el punto de que su momento preferido durante el rodaje fue cuando interpretó a un cadáver en el funeral de Joffrey, simplemente porque le permitió dormir durante todo el día. “Fue una experiencia divertida”, sostuvo con gracia.

Su trabajo como el villano más odiado de "Game of Thrones" fue tan bueno que los fans lo amenazaban por redes sociales, al punto de tener que huir de la actuación (Getty Images)

Odio de la gente y abandono del trono

Gleeson no sintió una conexión especial con la serie que lo catapultó a la fama. De hecho, no le interesó ni en la serie ni las novelas en las que se fundamenta, de las cuales sólo llegó a leer una antes de darse cuenta de que no tenía la capacidad de atención necesaria para continuar. Respecto a la serie de televisión, dijo: “Hay demasiadas cosas para ponerse al día. No tengo ni idea de lo que está pasando. En mi mente, todos estos personajes siguen vivos y están en este lugar, y estas personas están en ese lugar y tienen estas motivaciones, y ahora todo se ha complicado a tal punto que es una serie completamente diferente. No tengo ni idea”. Gleeson no estaba presumiendo. Realmente no lo sabía, ya que sólo revisó sus propias escenas del guión, como admitió en diálogo con Vulture: “Soy un egoísta. Quizá debería saber más de ella. He oído que es buena”.

La realidad es que se fue de Hollywood por maltrato del público. Encarnó a uno de los villanos más crueles de la TV, y su trabajo fue tan creíble que la audiencia lo odió. Jack tuvo que desaparecer del ojo público: era el rostro más despreciable de la pantalla. Los fans no pudieron separar la realidad de la ficción y amenazaron con quitarle la vida. Fue tratado como la peor de las personas, cuando en la vida real era muy diferente, según sus propios colegas, “era un chico muy dulce”. Pero él seguía recibiendo agresiones en la vía pública. Logró crear un ser detestable con tanto talento que los mensajes odiosos inundaban su correo y le dieron dolores de cabeza por cuatro años. “Me incomodaba ver mi cara en carteles o buses”, expresó.

Al “abandonar” el trono, el actor dejó entrever que se planteaba un futuro alejado del espectáculo. “Después de Juego de Tronos, estaría feliz de hacer algunas obras de teatro amateur, pero no creo que quiera actuar más profesionalmente”, dijo a The Independent en abril pasado. “Me gustaría ser académico, profesor de filosofía si es posible. Tal vez haría una maestría en hebreo antiguo y, con suerte, un doctorado, si consigo ingresar”.

“Vas a maquillarte, te pones el traje, esperas en tu remolque por una hora, luego vas al set, filmas por tres minutos y luego cambian las luces y el ángulo de la cámara, esperas una hora, y luego filmas otros tres minutos", dijo en tono de crítica

Fama y fortuna

A pesar de que su participación en Juego de Tronos le otorgó gran fama y riqueza, reconoció que no le interesa demasiado. Aseguró llevar una vida lo más ordinaria posible, viviendo solo en un departamente en Londres que describió como “bastante común”. Incluso dijo que prefiere mantener la simplicidad y ocuparse de sus propios asuntos en lugar de centrarse en la fama. “Quizá sea el tema del estatus lo que me resulta incómodo. La gente puede ser rica y no ser mala, pero esta cosa del estatus algunas personas cuando se hacen famosas, se sienten mejor, se sienten más dignas. Eso es lo que me hace sentir incómodo. Intento evitarlo en la medida de lo posible”, afirmó.

A pesar de todo, Gleeson siempre se muestra dispuesto a sacarse fotos con los fans, compartir chistes sobre Joffrey en las redes sociales y participar en convenciones ocasionalmente. En cuanto al dinero, no es ningún secreto que los actores de la serie ganaron bien, incluyendo al joven irlandés, pero él no le da mucha importancia, y expresó en varias ocasiones que podría “sacrificar un gran sueldo” por su felicidad.

Después de terminar su participación en la serie en 2014, Gleeson optó por alejarse de la actuación: viajó a Haití para hacer trabajo humanitario y decidió enfocarse en sus estudios. Estudió filosofía y teología en el Trinity College de Dublín, donde se graduó con honores en 2015. A diferencia de Joffrey, Jack es conocido por ser una persona amable y reflexiva. Ha expresado en entrevistas que la actuación no era su pasión definitiva y que prefería explorar otros intereses académicos y creativos. Aunque ha hecho algunas apariciones ocasionales en eventos públicos y convenciones relacionadas con Juego de Tronos, Gleeson ha mantenido un perfil relativamente bajo en comparación con otros actores de su nivel de fama. Ha hablado abiertamente sobre su decisión de retirarse de la actuación y su interés en explorar otros campos creativos y académicos.

La imagen que compartió el párroco Patsy Lynch del casamiento de Jack Gleeson con su novia Róisín O'Mahony

Regreso y boda

En 2020, Gleeson retomó su participación en la industria audiovisual al aparecer en la serie de la BBC llamada Out of Her Mind, donde actuó en dos episodios, además de filmar dos películas: Rebecca’s Boyfriend e In the Land of Saints and Sinners, esta última protagonizada por Liam Neeson y presentada en el Festival de Venecia del 2022.

Sin embargo, a pesar de estas actuaciones, que pasaron prácticamente desapercibidas, la verdadera vuelta de Jack Gleeson al foco público ocurrió en la cuarta temporada de Sex Education, donde interpretó el papel de Dodgy Mo en dos episodios, mostrando una apariencia completamente diferente.

La ex estrella de Juego de Tronos se casó en agosto de 2022, a los 30 años, con Róisín O’Mahony, su novia actriz y comediante, en una pequeña ceremonia en la Iglesia del Sagrado Corazón en The Glen, Ballinskelligs, condado de Kerry, Irlanda, según el párroco Patsy Lynch, quien tuiteó sobre el evento: “Ceremonia de matrimonio muy sencilla, llena de oración y digna para la celebridad cinematográfica Jason Gleeson y Roisin: The Glen Church”, escribió el padre acompañado por fotografías de la ceremonia en las que aparecen él y la feliz pareja.

En una entrevista con el Irish Independent, el padre Lynch reveló que las nupcias fueron “una ceremonia previa a la boda”, y agregó: “La verdadera ceremonia tendrá lugar en Inglaterra, pero la familia ha estado de vacaciones aquí en Ballinskelligs, The Glen, durante muchos años y tienen muchos recuerdos felices aquí”. Según reveló, la ceremonia de boda fue “encantadora, llena de oración y digna”. El párroco expresó: “Jack me envió un mensaje de texto esta mañana para decirme que fue una ceremonia maravillosa y conmovedora y luego fueron a comer”. Seguramente hoy en su cumpleaños número 32, Jack, alejado del odio recibido hacia el personaje que lo hizo famoso, ahora con su mujer y pensando en agrandar la familia, puede disfrutar en la calidez de su hogar.