El Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño comenzó el pasado martes el traslado de los pétalos de la Floralis Genérica dañados durante los temporales de viento y lluvia ocurridos en diciembre y marzo pasados. Las tareas de alta complejidad finalizarán el próximo domingo cuando los elementos lleguen al predio de infractores de tránsito de la Secretaría de Transporte, ubicado detrás de la Facultad de Derecho, donde continuarán los estudios técnicos para su reparación.
“Estamos trasladando los dos pétalos para avanzar con el proceso de reparación de la Floralis Genérica, uno de los máximos emblemas de nuestra Ciudad. Es un paso importante para continuar el análisis estructural del monumento en su conjunto y concretar un proyecto de reparación eficiente, austero y sostenible en el tiempo teniendo en cuenta la situación económica y, por supuesto, las consecuencias del cambio climático”, detalló Ignacio Baistrocchi, Ministro de Espacio Público e Higiene Urbana.
Según informaron, debido a la complejidad de la operatoria, el traslado de los pétalos se realizará en 5 días. Además, contará con la participación de FAdeA (Fábrica Argentina de Aviones SA), organización que participó del montaje original de la Floralis y conserva los planos originales.
Los primeros dos días se procedió a acondicionar la Plaza de las Naciones Unidas y se armaron las grúas, una de 450 toneladas y otra secundaria de 49 toneladas. Los siguientes dos días, se realizará el traslado propiamente dicho con un camión y el último día se desmontarán las grúas.
Para el movimiento se deberán desmontar cuidadosamente los dos pétalos caídos y así evitar daños en el mecanismo de apertura, que, de acuerdo a los estudios previos, aún funciona. Se evaluaron diferentes opciones de desacople, con “power hidráulico” o soplete de oxiacetileno, decisión que se tomará con el inicio de la operación de traslado, ya que es necesario sostener el pétalo con las lingas de la grúa para poder trabajar y definir la modalidad.
Además, el traslado implica tareas de mantenimiento en la Plaza de las Naciones Unidas antes y después del trabajo de las grúas: retiro y colocación de rejas, movimiento de mobiliario, aporte de tierra y nivelación, posible reparación de solados, sistema de riego, césped y canteros, tareas de poda y tendido de luminarias.
El diagnóstico de daños
A fines de enero pasado, bajo la supervisión del MOA (Monumentos y Obras de Arte de la Ciudad), comenzaron los trabajos de diagnóstico sobre los daños generados que permitió mostrar el estado de situación general y proyectar su posterior reparación. Este informe dio lugar a los cateos en altura, que incluyeron la apertura de las láminas de los pétalos de acero y el análisis de la estructura para evaluar daños internos; la revisión de los componentes electromecánicos y electrohidráulicos de las piezas que generan el movimiento de apertura y cierre.
A mediados de marzo se realizó una apertura de las láminas de acero inoxidable cercanas al pívot para evaluar el alcance de daño en los pétalos afectados. Allí se observaron daños en soldaduras y roturas estructurales. Por esta razón se necesitó avanzar en una apertura completa de la flor y poder definir con certeza la situación estructural interna de la flor en su conjunto. Con la flor completamente abierta se hizo un cateo estructural de cada uno de los pétalos.
Durante este proceso la plaza se mantuvo cerrada a fin de garantizar la seguridad de vecinos y turistas visitantes. Esta situación cambió cuando la flor se abrió completamente, ya que se neutralizaron los riesgos.
En el mes de abril el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño sumó a FAdeA a la mesa de trabajo, quienes habían intervenido en el montaje original de la Floralis y cuentan con los planos originales del montaje para que, por un lado participe en el traslado de los pétalos y, por el otro, aporte su experiencia para la reparación del emblemático monumento.
Historia de la Floralis Genérica
La escultura de 20 metros de altura y 18 toneladas de peso fue inaugurada el 13 de abril de 2002 como homenaje a todas las flores. Fue la primera escultura en movimiento controlada por un sistema hidráulico y células fotoeléctricas, las que respondían a la luminosidad del día para abrir o cerrar los pétalos metálicos, al igual que las flores naturales, la escultura se abría por la mañana y se cerraba por las noches.
Sin embargo, el engranaje de la escultura dejó de funcionar en el 2009 a raíz de un temporal. Fue en el 2015 que la obra fue reinaugurada con el sistema de cierre y apertura reparado, aunque sólo se podía controlar manualmente.
En el 2020 y en el 2022 se realizaron tareas de restauración de la zona que incluyeron la renovación de las veredas aledañas, la incorporación de rampas de acceso, la suma de vegetación, la incorporación de nuevo mobiliario urbano, la creación de nuevos senderos y la manutención del engranaje, el cual siguió siendo manual en vez de automático como originalmente había sido diseñado.
Desde el 17 de diciembre pasado, como consecuencia del temporal sin precedentes que azotó la Ciudad, la Floralis sufrió el desprendimiento de sus pétalos y daños estructurales severos. Desde ese momento, se realizaron visitas técnicas para poder hacer el informe de control de daños y establecer el mejor plan de acción para la reparación y puesta en valor de la Floralis.