[El podcast”Medio siglo de teatro” puede escucharse clickeando acá]
En el episodio 11 del podcast “Medio siglo de teatro”, Carlos Rottemberg cuenta cómo dos historias familiares se convirtieron en atracciones para el público de los musicales.
Rottemberg es padre de tres hijos. El primero Tomás, producto de su matrimonio con Linda Peretz, tiene 38 años y trabaja en la empresa teatral de la familia. Los más pequeños son Nicolás, de siete, y Matilda, de cinco. La madre de los más pequeños es Karina Pérez Moretto, actual esposa de Rottemberg.
“Corría 2013 cuando con mi mujer fuimos al teatro Cambridge de Londres, donde se había estrenado tiempo antes la obra Matilda. Fuimos solos. Casados en segundas nupcias, grandes ambos y con la convicción de no tener hijos. Vimos el musical. A Karina le impactó más que a mí. Y a la salida me dijo: ´Si alguna vez quedo embarazada de una nena, le pondría Matilda´. Yo cambié de tema y le propuse un lugar para ir comer”, recuerda Rottemberg.
Luego de aquella visita a Londres, Karina modificó la idea original de no ser madre. Hicieron tratamientos y al séptimo intento llegó el varón, en 2016. Había dos nombres en pugna: Nicolás o Matías. Pero Karina descartó el segundo porque, insistió: “Cuando tenga una nena quiero ponerle Matilda, y van a ser Mati y Mati”. Y fue entonces que el niño se llamó Nicolás.
En 2019 nació Matilda. Y a raíz de su nacimiento Rottemberg escribió un tuit en la cuenta del Multiteatro. El tweet publicado el 9 de mayo de 2019 decía: “En 2013 vimos con mi mujer el musical Matilda en Londres. Al salir, aún bajo la marquesina, Karina dijo: ‘Si alguna vez quedase embarazada de una nena la llamaría Matilda’. No tenemos los derechos del musical, pero sí, desde hace un ratito, a la protagonista”.
Pasó la pandemia, los niños crecieron y, en 2021, una argentina que trabaja en Broadway, Valentina Berger, lo contactó: recordaba el tweet de 2019 y le dijo que era la dueña de los derechos de la obra Matilda para Argentina. Se asociaron ellos y otros productores y, en 2023, llegó Matilda al teatro Gran Rex.
“En su momento dije que Matilda era un proyecto que me unía por lo familiar, por lo que había pasado y que fundamentalmente me garantizaba que desde el punto de vista del mensaje pedagógico y el mensaje de cómo se iba a hacer, no era un negocio, era una apuesta por mi hija. Y así fue. Salió angelado el proyecto en todo sentido, no solamente porque salió estupendamente bien gracias al equipo de producción de la obra sino que además fue un exitazo del 2023 con 140.000 entradas reales vendidas en ocho semanas”.
Pero ese éxito le generó a Rottemberg un problema familiar.
Es que Nicolás se puso celoso porque su hermanita “tenía” una obra para ella. Rottemberg y su esposa decidieron no hablar más de la obra “Matilda” en su casa porque el niño la pasaba mal. La niña, además, resaltaba –con ciertas dificultades de pronunciación- que a su obra le iba bien en el “Ran Rex”.
Ante esa situación, Rottemberg salió a buscar una obra para Nicolás. No la hallaba hasta que alguien le propuso producir “Escuela de Rock” y, como a Nicolás le gusta la música, pensó que podía ser la indicada. Entró a la habitación de su hijo, le preguntó si le gustaría que “Escuela de Rock” fuera su obra. El niño le contestó con un gesto: colgó un poster de la obra en su habitación. Y luego fue a decirle a la hermana que él ya tenía su obra. “Escuela de Rock” se estrenará en el Gran Rex a mediados de 2024.
Como Matilda fue un éxito puede existir “Escuela de Rock”. De haber sido un fracaso, Nicolás se tendría que haber conformado con “algún juguete”, como explica Rottemberg. Lo ganado por Matilda, cuenta Rottemberg, se reinvierte en “Escuela de Rock”.
Y lo fundamenta: “Yo no concibo la vida de otra manera que no sea hacer crecer a la empresa, engordar la profesión, seguir el hábito teatral. Yo creo que las profesiones hay que mirarlas a largo plazo, no en la coyuntura. O sea, cuando hoy estoy planteando más funciones y más trabajo, no estoy pensando en los años que me quedan para vivirlo. Estoy pensando cómo hacemos para plantar bandera. Yo creo en eso. Yo creo en aquello que, por ejemplo, los edificios teatrales, a los que defiendo tanto, hacen el acervo cultural de la ciudadanía. Nadie que se sienta a ver una obra de teatro piensa que si estamos ahí es porque alguien hace 80, 100 o 150 años lo construyó. No lo pensamos. Yo sí creo en eso. Creo que es el puntapié inicial para que se desarrolle el hecho artístico. Creo que hace al patrimonio cultural. No me parece menor. Por eso yo digo que cuando veo los edificios, cuando veo los monstruitos estos ahí de pie, yo me siento bien. Porque creo en eso”.
En el último minuto del episodio del podcast Rottemberg habla de Karina Pérez Moretto, su actual esposa. Madre de sus hijos menores, Nicolás y Matilda, a quien invitó una noche de 2009 a ver una película de Woody Allen y desde ese día están juntos.