La influencer de la inclusión que superó 15 cirugías por un síndrome neuromuscular cumplirá el sueño de ser mamá

Daniela Aza nació con artrogriposis múltiple congénita y aunque le dijeron que no podría caminar, derribó todas las barreras físicas y ahora vive la mejor etapa de su vida. “Sé que será un desafío, pero me voy adaptar”, cuenta la mujer que desde sus redes habla de discapacidad

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Daniela Aza y Jonatan Brunetti contaron a sus seguidores que serán padres

“Fue muy buscado, muy esperado”. Desbordada de emoción, Daniela Aza cuenta que está viviendo el momento que siempre soñó y que por años pensó que no podría llegar a ser una realidad: está embarazada de 12 semanas y asegura que vive una mezcla de emociones: temores, ansiedades y la felicidad de saber que, finalmente, se convertirá en mamá, dejando de lado los mitos sociales que cancelan la maternidad en mujeres que tienen alguna discapacidad.

Ella, nació con artrogriposis múltiple congénita y cuando era muy pequeña, los médicos anticiparon a sus padres que no podría caminar, pero contra todos los pronósticos, derribó las barreras físicas: se sometió a 15 cirugías y diversos tratamientos para corregir las curvaturas de sus miembros inferiores y superiores, ya que ese síndrome clínico se caracteriza por contracturas y rigidez de varias articulaciones, no progresivas y de aparición en el período prenatal.

“Digamos que me hicieron de nuevo porque en esa época no se conocía la condición y había muy poca información, pero esas cirugías fueron dándome herramientas aunque también se iba probando mucho”, le contó a Infobae sobre los fuertes momentos que debió atravesar cuando también habló de su labor en las redes sociales para concientizar y sacar el velo a la vida de las personas con discapacidad que, asegura, “sigue siendo un tema tabú”.

Daniela muestra la ecografía de su bebé: la influencer de la discapacidad en la dulce espera
Daniela muestra la ecografía de su bebé: la influencer de la discapacidad en la dulce espera

Ahora, del lado de la vereda que apenas se animó a soñar, recuerda sus anhelos y temores: “Cuando era chiquita, con mis muñecos bebotes jugaba a la mamá: los cuidaba, los vestía y les daba la mamadera. Era un sueño que siempre creí un poco más complicado por ser una mujer con discapacidad. ¿Cómo iba a cuidar algo tan chiquito y frágil? ¿Y si se me escapaba? ¿Y si quería estar mucho a upa y yo no aguantaba? ¿Y las miradas de los demás?”.

Semanas antes de la pandemia de COVID, junto a su marido y pareja desde hace 20 años, Jonatan Brunetti, decidieron empezar a buscar al bebé y como lo natural no fue suficiente iniciaron un tratamiento de fertilidad. “¡Estamos felices! Cuando hicimos la primera ecografía, vimos algo chiquitito, y apenas reaccionamos, pero cuando escuchamos los latidos del corazón nos pusimos a llorar de la felicidad”, confía.

La dulce espera

“Con mi marido hicimos tratamientos para lograr este embarazo. Si bien no fueron tantos años como en el caso de otras parejas, venimos de hacer dos inseminaciones previas, de baja complejidad, y ésta, que fue la tercera y de alta complejidad, fue la exitosa. ¡Fue casi un milagro! Tuvimos bastante suerte porque hay casos que llevan bastante tiempo hasta lograrlo, pero la búsqueda fue intensa y este tipo de tratamientos requieren de mucha paciencia. Por suerte, resultó en el primer intento de complejidad porque yo tenía un cuadro similar a la endometriosis, que fue lo que me complicó el embarazo natural, pero por suerte la primera in vitro resultó y nos sentimos muy afortunados”, detalla.

Daniela y su marido dando la feliz noticia a los padres de ella (shinebrightamc)
Daniela y su marido dando la feliz noticia a los padres de ella (shinebrightamc)

La feliz noticia la compartió Daniela en su cuenta de Instagram (@shinebrightamc) junto al video de la ecografía: “Dudas y miedos? miles. ¿El amor? infinito”, escribió la licenciada en Comunicación Social y recibió un sinfín de felicitaciones y comentarios positivos: “Yo soy mamá , tengo discapacidad motriz. Miles de veces me pregunté si lo estaba haciendo bien, pero como cualquier mamá. A todas nos surgen dudas, nos equivocamos. También lo hacemos bien. Hay que vivir la maternidad. Maternar es lo mejor que me pasó. Mi hijo tiene 19 años, es un hombre super responsable... Es mi orgullo”, fue una de las opiniones.

Repasando du historia, cuenta que cuando nació le diagnosticaron Artrogriposis Múltiple Congénita (AMC), una condición poco frecuente que afecta a las articulaciones generando contracturas.

“Eso trajo un mundo de desafíos desde el momento en que le dijeron a mis padres ‘No va a poder caminar’, hasta los obstáculos de una sociedad que nunca abrió las puertas a las personas con discapacidad. Entonces todo era una odisea”, asegura, la misma con la que afronta la vida y que la vive como cualquier persona lo hace: con desafíos personales, sueños, deseos y preocupaciones.

Le tocó someterse a una serie de tratamientos e incontables sesiones para rehabilitarse cada vez que salía del quirófano. “Todo valió la pena: pude caminar, hacer la vida normal de cualquier persona de mi edad y graduarme como licenciada en Comunicación en la UBA. También pude hacer muchas cosas que un día fueron impensadas: deporte, estudiar, casarme, divertirme. Por eso, en mi cuenta siempre llevamos un lema ‘un diagnóstico no es destino’”, repasa la mujer que hace 17 años se casó con Jonatan, con quien está en pareja desde hace más de 20 años.

Daniela y Jonatan (shinebrightamc)
Daniela y Jonatan (shinebrightamc)

Justamente por todo lo que pasó, su profesión y el deseo de ser una voz que aliente comenzó a usar las redes sociales para hablar de discapacidad, en primera persona y alcanzó los 125 mil seguidores en Instagram. Asumiendo esa responsabilidad, ahora comparte con su publico su embarazo.

“Hubo mujeres que me escribieron para contarme que también están en la búsqueda y que mi historia le da esperanzas. Quiero llevar el mensaje de que hay que ir para adelante, que hay que seguir y no decaer. Como mujer con discapacidad claro que va a ser un desafío, obviamente, porque yo pensaba en cómo lo voy a correr, cómo lo voy a cuidar, cómo lo voy a agarrar, pero me doy cuenta que también es cuestión de adaptarme. Por suerte, tengo un compañero que es increíble al lado y entonces eso lo hará mucho más fácil. Es un paso a paso”, dice confiada.

En su familia, la felicidad es moneda corriente. “Hace diez años que no hay un bebé en la familia, así que imagínate cómo están todos. Los abuelos están más que felices, mis papás, su familia también, sobre todo los futuros primos. Y es en este momento tan especial porque hace poquito murió mi suegro y ahora convivimos con esa mezcla de dolor por su ausencia y la felicidad de esta nueva vida. ¡No puedo decir más de que esto es un gran milagro!”.

Aunque admite que los temores están presentes, lo que le quita el sueño es pensar en la cara de su bebé. “Lo o la estamos esperando con mucho amor. Aún no sabemos si será nene o nena, pero él o ella ya sabe que buscamos mucho que llegara y que estamos con todo el amor para darle”, finaliza.

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