El cementerio municipal de Olivos, en el partido bonaerense de Vicente López, se encuentra en un estado preocupante desde hace varios meses al ser víctima de reiterados robos por parte de delincuentes que invaden el predio a diario y no tienen ningún tipo de remordimiento a la hora de desmantelar tumbas y profanar bóvedas. Frente a ese complejo escenario, desde la intendencia le comunicaron este martes a Infobae que ya trabajan en el refuerzo de las medidas de seguridad para evitar la sustracción masiva de bronces, cruces y otros objetos de valor que suelen dejan los familiares de los fallecidos que allí descansan.
Construido hacia mediados de siglo XIX, aunque su primer sepelio fue realizado en 1905, el cementerio de Olivos se encuentra emplazado entre las calles Mariano Pelliza, Coronel Dorrego, General Bernardo O’Higgins, Roque Sáenz Peña y Juan Bautista Justo. En él descansan los restos de diversas personalidades de la política, tales como los expresidentes Roberto Marcelino Ortiz y Arturo Frondizi, e íconos del mundo del espectáculo nacional como Isabel “La Coca” Sarli y Juan Carlos Altavista. Justamente, a partir de la profanación de la bóveda de este último, popularmente conocido como “Minguito”, fue que trascendió la ola de robos que atraviesa el lugar.
“El robo de bronce es una nueva modalidad de delito que aumentó en desde el año pasado. En los ultimos meses, con la Patrulla Municipal, atrapamos a varios de estos delincuentes y lo vamos a seguir haciendo, con esfuerzo y recursos propios”, explicaron desde la Municipalidad de Vicente López ante la consulta de este medio.
Y puntualmente sobre el ingreso de vándalos a la bóveda de “Minguito”, las autoridades de Vicente López explicaron que ya se comunicaron con la familia del recordado comediante, pero al tratarse de una propiedad privada, desde la Municipalidad no pueden cambiar la cerradura ni ingresar al panteón. “Legalmente es como violar una propiedad”, argumentaron.
“Se le informó del estado a la familia. Ellos se comprometieron a resolver la situación”, precisaron sobre la reparación de la tumba de “Minguito”, fallecido el 20 de julio de 1989.
No obstante, la situación parece no tener un final cercano en el horizonte. A pesar de que desde la Municipalidad aseguran hacer todo para que los hurtos dejen de ser moneda corriente en el cementerio de Olivos, los ladrones -en su mayoría menores- suelen ser demorados unas pocas horas y luego recuperan la libertad. “Se los baja a comisaría, el hecho queda asentado pero al ser hurto, lamentablemente solo se los demora y se decomisa lo encontrado. Eso se devuelve a los propietarios”, contaron desde la intendencia que conduce Soledad Martínez.
Por esta razón, y con el objetivo de resguardar las tumbas y bóvedas del cementerio de Olivos, las autoridades se comprometieron a reforzar las medidas de seguridad del lugar. En este sentido, se actualizará el sistema de monitoreo con más y nuevas cámaras, y se desplegará una mayor cantidad de personal de vigilancia en el predio.
“Las nuevas medidas de seguridad estarán funcionando en las proximas semanas”, confirmaron a este medio.
Tiroteo en el cementerio de Avellaneda
Sin embargo, el de Olivos no es el único cementerio del Gran Buenos Aires que es víctima de la inseguridad. Entre el 13 y 14 febrero de este año, más de 100 tumbas, entre ellas la que descansan los restos del ex presidente Carlos Saúl Menem y la de su hijo Carlos Menem Jr., fueron vandalizadas, profanadas y robadas en el Cementerio Islámico de La Tablada, según lo informado por la Asociación Árabe Argentina Islámica.
De acuerdo a un comunicado que compartió la organización que es propietaria y administradora del predio en sus redes sociales “los delincuentes sustrajeron marcos de bronce, destruyeron estructuras de mármol y hurtaron la bandera argentina que flameaba sobre el lugar de descanso del ex mandatario y su hijo”. Y al respecto, agregó: “Estas agresiones no son las primeras que sufrimos en el predio y no pueden ser tomadas a la ligera tratándose de un lugar de tamaña importancia espiritual y simbólica”.
El hecho se produjo en la fecha exacta en la que se cumplieron tres años de la muerte del expresidente de la Nación entre 1989 y 1999 a los 90 años, luego de estar internado durante varios días en el Sanatorio Los Arcos, debido a una neumonía bilateral, en medio de una fase complicada de la pandemia de coronavirus.