El 23 de abril muchas iglesias recuerdan la memoria de san Jorge. Es uno de los santos más reconocidos aún por los no creyentes, dado que está montando a caballo, lanza en mano, matando un dragón. Por eso, muchas ciudades y países están bajo su patrocinio.
Según relata el santoral católico romano, “Jorge, cuyo nombre tiene un origen griego que significa ‘agricultor’, nació en el seno de una familia cristiana en la Capadocia cerca del 280. Se trasladó a Palestina y entró a formar parte del ejército de Diocleciano. En el 303, cuando el emperador emana el edicto de persecución contra los cristianos, Jorge dona todos sus bienes a los pobres y, ante el mismo Diocleciano, rompe el documento y profesa su fe en Cristo. Por esta acción sufre terribles torturas y al final es decapitado. Sobre el lugar donde fue sepultado en Lidda, que era antes la capital de Palestina y hoy es una ciudad israelí cercana a Tel Aviv, se erigió poco después de su muerte una basílica. Aún hoy día se pueden ver sus ruinas. Esta es la “Passio Georgii” (Pasión de Jorge), considerada como una de las obras hagiográficas del Decreto Gelasianum del 496 y definida por tanto una passio legendaria. Entre los documentos más antiguos que verifican la existencia de san Jorge, está un epígrafe griego del 368 encontrada en Eraclea de Betania donde se habla de la “casa o iglesia de Jorge y sus compañeros, santos y mártires triunfadores”.
Fue un santo mártir, sin duda, pero las historias sobre él surgieron en el siglo IV. La leyenda del cazador de dragones se divulgó unos 800 años después de su martirio, en la época de las cruzadas, y llegó a Europa principalmente a través de la Legenda áurea de Jacobus de Voragine, que también se utilizó para las del Papa Silvestre I y el apóstol Felipe. Las leyendas sobre mártires eran comunes en el cristianismo primitivo, ya que los propios cristianos a menudo sufrían persecución. Una vez que la Iglesia se estableció firmemente en su posición de poder en la Edad Media, ya no hubo necesidad de mártires, por lo que San Jorge se convirtió en un cruzado, un cazador de dragones y un caballero. De hecho, el primer santo no mártir es san Martín de Tours.
Sin embargo, la leyenda superó al mártir. En un escrito anónimo del S. V con el título “el Dragón del Abismo” se mencionaba a San Jorge. También están documentadas representaciones del siglo X de san Jorge matando a un hombre a los pies de su caballo. Este hombre es a menudo identificado como Diocleciano, que fue quien lo martirizó. En general, no era raro en las sagas de los santos bizantinos representar a los gobernantes bajo los cuales los cristianos eran perseguidos siendo aplastados por estos. Este motivo incluso se extendió al Imperio franco y a Escandinavia en los siglos VII y VIII.
Antes de las versiones más antiguas de la leyenda de la matanza del dragón por parte de san Jorge había representaciones de santos matando dragones en el Cáucaso y Anatolia ya en el siglo VII. Es posible que incluso una estela de Xožorni del siglo VI pueda identificarse como San Jorge, pero esta interpretación es controvertida. Estas representaciones de santos se remontan a una tradición de motivos del Medio Oriente que muestran una serpiente o un demonio humanoide femenino acostado a los pies de un guerrero a caballo. La versión más antigua conocida de esto proviene de una moneda griega del siglo I a. C. encontrada en Isinda, en Pisidia. Sin embargo, en versiones tan antiguas la lanza del jinete a menudo apunta hacia adelante en lugar de apuntar al monstruo.
Otra forma antigua que se conserva del mito de la matanza del dragón de San Jorge proviene de un texto georgiano del siglo XI, por lo que se cree que la leyenda se originó en Georgia. También hay una versión muy antigua es la “Miracula Sancti Georgii” del siglo XII. En Esmirna, la actual Turquía, se encontraron monedas del siglo VI que mostraban a Jorge luchando contra una enorme serpiente.
Es posible que la leyenda fuera transmitida junto a la del cazador de dragones por Theodor Tiro para quien está documentada desde el siglo VIII y que a menudo se representa como un cazador de dragones junto con Jorge. Varios elementos de la leyenda recuerdan a otras anteriores de la misma especie. Las oraciones y la señal de la cruz se han utilizado como armas contra los dragones desde las primeras leyendas cristianas sobre la matanza de estos seres mitológicos. Atar al dragón domesticado recuerda a Marcelo de París (siglo VI), Sansón de Dol (siglo VII u VIII) o Clemente de Metz (siglo VIII) y también a santa Marta. El rescate de la princesa, que fue atraída como sacrificio al dragón, recuerda a la matanza del monstruo marino Ketos por parte de Perseo. También en este caso, el monstruo marino era un castigo divino para los padres de la princesa, pero no dejaba de ser una leyenda pagana y el dios en cuestión era Poseidón. La similitud con la leyenda de Perseo ya en el siglo XVII generó dudas sobre la autenticidad de la leyenda del dragón de Jorge. Sin embargo, la leyenda de Perseo como inspiración para la leyenda de Jorge ya ha sido cuestionada, porque pasó mucho tiempo entre las dos tradiciones, durante el cual el motivo no apareció en la literatura.
La leyenda áurea nos relata que Jorge mató a un dragón que aterrorizaba a la población local. El dragón exigió sacrificios y recibió primero dos ovejas al día, luego un humano y una oveja, y luego niños elegidos por sorteo. Según el “Miracula Sancti Georgi”, el dragón era un castigo de Dios por la idolatría de Selbius, rey de Lasia.
Un día le tocó la suerte a la hija del monarca local. Intentó sobornar al pueblo con oro para que eligiera a otra persona, pero sin éxito. La llevaron ante el dragón con un vestido de novia. Pero antes de que el dragón se comiera a la princesa, San Jorge llegó al lugar. La princesa quería despedirlo, pero él insistió en quedarse. Cuando llegó el dragón, Jorge se santiguó, se acercó a él y lo hirió gravemente con su lanza. Luego hizo que la princesa le diera su cinturón y ató con él al dragón herido, para que luego pudiera conducirlo como una correa.
En el cristianismo, la historia hagiográfica de San Jorge reemplazó principalmente a la del arcángel Miguel, quien también era venerado como un cazador de dragones porque desterró a Satanás del cielo en forma de dragón. Ciudades y pueblos de toda Europa e incluso Australia representan la Muerte del Dragón a manos de San Jorge en sus escudos de la ciudad.
Si bien la princesa permanece sin nombre en la versión de Voragine, en versiones italianas posteriores se la llama Aia o Cleodolinda. Sin embargo, en la versión de Richard Johnson de Siete campeones de la cristiandad escrita en 1596, su nombre es Sabra y es una princesa egipcia. En esta versión se casa con San Jorge y tiene hijos con él, uno de los cuales es Guy de Warwick, un legendario héroe inglés del romance popular en Inglaterra y Francia entre los siglos XIII y XVII.
Desde el siglo XVII, la Iglesia católica ya no reconoce la leyenda del cazador de dragones como parte canónica de la vida de San Jorge.
En honor a San Jorge, el 23 de abril se celebra su día. Como en la leyenda, el dragón simboliza el paganismo, pero a veces también el invierno. En Cataluña, el día de San Jorge se conoce como Diada de Sant Jordi, ya que Jordi es la versión catalana de Jorge y el santo también es considerado el patrón de la región. Ese día se regalan libros en toda Cataluña en recuerdo de la muerte de los dos grandes escritores de la lengua inglesa y española: William Shakespeare y Miguel de Cervantes. Aunque Cervantes murió el 22 de abril (el 23 fue su enterramiento). Y el día en que murió Shakespeare, el calendario católico marcaba el 3 de mayo. Murió pues, en la misma fecha (anglicana) que Don Miguel, pero no en el mismo día, porque en Inglaterra aún se usaba el calendario Juliano.
El Día de San Jorge es festivo en el Vaticano desde 2013, ya que allí el onomástico del Papa reinante siempre es festivo. Porque el nombre del Papa Francisco es Jorge Mario Bergoglio.
San Jorge es venerado por las Iglesias católicas en todos sus ritos, por las Iglesias ortodoxas, por la Comunión anglicana y es memoria en la Iglesia presbiteriana y en algunas luteranas nórdicas. San Jorge es honrado también por los musulmanes, que le dieron el apelativo de “profeta”. La Iglesia católica por falta de noticias ciertas sobre su vida, en 1969 modificó la fiesta litúrgica de san Jorge a memoria facultativa sin tocar el culto que se le dedica. Las reliquias del santo se encuentran en diversos lugares del mundo: en Roma, en la iglesia de San Jorge en el Velabro, por voluntad del Papa Zacarías, se custodia su cráneo.
También san Jorge fue utilizado como grito de guerra. Al famoso grito español de “Santiago y cierra España” las tropas de la Casa de Aragón, en sus lenguas, proferían uno similar: “¡San Jorge, Aragón!” o “¡Sant Jordi, Aragó!”. No solo la Casa de Aragón esperaba su ayuda exterminadora. Se gritaba también “¡Portugal e São Jorge!” y los gascones partidarios de Inglaterra contra Francia vitoreaban “Guyenne, Saint Georges!” en la guerra de los Cien Años. “Fair Saint George!” fue grito de guerra del rey inglés en el siglo XV y la cruz roja de este belicoso santo es hoy la enseña nacional de Inglaterra. Por lo tanto, san Jorge es el santo Patrono de Inglaterra que es venerado, también, por la iglesia anglicana y también es uno de los grandes patronos de todas las rusias, junto con san Nicolás.