Roban casi 100 computadoras por semana en las escuelas porteñas: qué hay detrás de una modalidad delictiva que crece

Según el Ministerio de Seguridad porteño, se trata de “un delito fértil por el bajo riesgo para quien lo perpetra”. Impacta en jardín, primaria y secundaria, no sólo en lo pedagógico sino en el ánimo de alumnos y docentes

Guardar
La escuela "Lengüitas" sufrió un robo en marzo, cuando las clases ya habían empezado. Se llevaron computadoras y puntas de cobre, y violentaron lockers de los alumnos. (Google Street View)
La escuela "Lengüitas" sufrió un robo en marzo, cuando las clases ya habían empezado. Se llevaron computadoras y puntas de cobre, y violentaron lockers de los alumnos. (Google Street View)

Un dato sirve para ilustrar un fenómeno que crece en la Ciudad de Buenos Aires: las últimas dos veces que entraron a robar en la Escuela “Honorable Congreso de la Nación”, justo al lado del Hipódromo de Palermo, no se llevaron ninguna de las computadoras que usan los alumnos de esa primaria. No fue porque los delincuentes no tuvieran esa intención; fue porque en los tres robos anteriores -la escuela suma cinco de esos episodios en tan solo nueve meses- ya se habían llevado todas las máquinas.

Otro dato: a mediados de marzo, el jefe de Gobierno porteño en persona encabezó la reposición de 120 computadoras que habían sido robadas en enero de la Escuela “Granaderos de San Martín”, al lado de la “Honorable Congreso de la Nación”. Dos semanas después, durante el fin de semana extra-largo de fines de marzo y principios de abril, las máquinas fueron robadas nuevamente. Esa vez, se llevaron doscientas en total.

Son algunos de los episodios de una ola que se agiganta: el robo de equipamiento, muy especialmente computadoras del Plan Sarmiento, en escuelas de gestión pública de la Ciudad. Algo que, por estos días, fuentes del Ministerio de Seguridad porteño definen como “un tipo de robo fértil por ser un negocio de muy bajo riesgo”.

En promedio, y de acuerdo a los casos que fueron de conocimiento público, bajo esta modalidad delictiva se sustrajeron casi 100 computadoras por semana en lo que va del año. Y hay escuelas en las que el delito se repite una, otra y otra vez, impactando sobre el equipamiento, las clases y el ánimo de esa comunidad educativa.

La escuela "Berón de Estrada" fue una de las que sufrió la vandalización de los carros en los que se guardan las computadoras.
La escuela "Berón de Estrada" fue una de las que sufrió la vandalización de los carros en los que se guardan las computadoras.

Hay chicos que ya no quieren ir a clases porque les da miedo pensar que puede haber alguien dando vueltas en el edificio, o que se angustian si se olvidan algo en la escuela porque automáticamente piensan que se los van a robar”, cuenta Diego Martínez Madrid, papá de dos alumnos de la escuela “Genaro Berón de Astrada”.

La escuela, que funciona en un edificio en la plaza de El Salvador y Medrano, en Palermo, fue robada cuatro veces en el último año y medio. La última, en febrero, se llevaron unas 200 netbooks del llamado “Espacio Seguro”, un lugar establecido por el Ministerio de Educación porteño que, en varios de estos robos, logró ser vulnerado, según contaron padres y docentes de distintas escuelas.

“Cuando se enteran de que hubo un robo en la escuela a la que van, los chicos se sienten automáticamente vulnerados. Pasan muchas horas ahí, es cierto eso de que es su segunda casa”, suma Martínez Madrid, que tiene un hijo en 7º grado y otro en 3º. Tras el último robo, la cartera de Educación dispuso que de noche, los fines de semana y los feriados haya seguridad privada. Las computadoras aún no fueron repuestas: “Nos dicen que esperarán a que esté acondicionado el nuevo Espacio Seguro”, dice Martínez Madrid, y suma:

“Lo que hasta ahora llaman Espacio Seguro es un aula común con su puerta de siempre pero con cámara y alarma. Lo que estamos pidiendo y se supone que van a hacer es reforzar la puerta, y que la alarma suene en la Policía, no como hasta ahora que sonaba sólo en el teléfono de la directora”, dice Diego.

“Nos habían robado a principio de año, en la primera semana de clases. Esa vez violentaron varios de los carritos donde guardan las computadoras en primaria, en un Espacio Seguro con cámara y cerradura. Rompieron eso y se llevaron la mayoría de las máquinas. En el jardín robaron una consola de música. Cortaron la electricidad y evitaron que sonara la alarma”, describe Gabriela, mamá de una nena del jardín e integrante de la cooperadora.

El buzón de la cooperadora, uno de los blancos de los robos que sufren algunas escuelas porteñas.
El buzón de la cooperadora, uno de los blancos de los robos que sufren algunas escuelas porteñas.

“Entraron los malos de nuevo”, cuenta Gabriela que dicen los más chicos cuando se enteran de que hubo robos. Y también se preguntan si van a seguir aprendiendo computación si no reponen las máquinas robadas. “Estábamos regalados para el robo: las fallas de electricidad, por ejemplo, complican el funcionamiento de cualquier alarma. Estuvimos un mes sin luz. Los nenes se acostumbraron a que, para leer un cuento, tenía que ser un día de sol porque dependían de la luz natural”, explica.

La ola de robos impacta en alumnos de todos los niveles educativos. En marzo, en el Parque Las Heras, hubo un robo en el “Lengüitas”. Además de 125 de las computadoras del Plan Sarmiento, los delincuentes violentaron lockers de los estudiantes, robaron una CPU de la librería del colegio y hasta las puntas de cobre de las mangueras de emergencia. Victoria Meza, presidenta del centro de estudiantes de esa escuela de Palermo, describe: “No sólo nos complica en materias en las que, por ejemplo, programamos, hacemos edición o diseño. También nos complica a la hora de poder quedarnos en la biblioteca del colegio haciendo algún trabajo, investigando, estudiando. Hay materias que quedaron frenadas tras el robo”.

El factor común de los robos son las computadoras del Plan Sarmiento, que, tras ser robadas, son ilegalmente revendidas -a través de Facebook por ejemplo- por hasta 70.000 pesos. A eso, según el caso, se suma el robo de alguna computadora del área de dirección, dinero de la cooperadora o hasta las pavas eléctricas y los utensilios de cocina de los que dependen no sólo los trabajadores docentes y no docentes de una escuela, sino también los chicos que asisten al comedor. En la Escuela “Rufino Luro Cambaceres”, de Villa Lugano, se llevaron eso, además de una cafetera, una heladera, ollas, un equipo de sonido y, claro, computadoras: fue en febrero y fueron 200 máquinas.

“Delito fértil”

“Los robos a las escuelas no son un escenario nuevo, pero sí se mantienen en un nivel muy alto en los últimos meses del año pasado y los primeros de este 2024″, describen a Infobae fuentes del Ministerio de Seguridad de la Ciudad. Según describen, esto “obedece de alguna manera a los períodos de escuelas vacías, sean vacaciones de invierno o de verano, porque eso es un caldo de cultivo para entrar”.

Ante la consulta de Infobae respecto de los numerosos robos que se producen en época de clases, esas mismas fuentes explican que “las escuelas que responden a cierto patrón arquitectónico, por ejemplo las de la época de Cacciatore, resultan más vulnerables”.

Las cerraduras antivandálicas que prevén instalar los ministerios de Educación y Seguridad.
Las cerraduras antivandálicas que prevén instalar los ministerios de Educación y Seguridad.

“Lamentablemente, quienes cometen estos actos notan que se trata de un delito de bajo riesgo para el que lo perpetra. Lo hacen en horarios donde no hay gente, incluso un fin de semana. Hemos detectado que, incluso, ‘enfrían’ las computadoras. Esto es: las sacan del lugar de guardado, esperan unas horas a ver si pasa algo, y vuelven a llevárselas. El delincuente entendió que tiene un costo bajo ir y entrar a una escuela, eso lo hace un tipo de robo fértil. Pero con nuevas medidas esa siniestralidad va a bajar”, apuestan esas fuentes.

Para frenar la ola

El Ministerio de Seguridad de la Ciudad, cuentan fuentes de esa cartera a este medio, propuso a su par de Educación la creación de Espacios Seguros ideados, esta vez, por la cartera que encabeza Waldo Wolff. “Tendrían cámaras, sensores y alarmas provistas por nosotros. Y haríamos también un relevamiento para reforzar lo que haga falta en términos de puertas, rejas, ventanas. Será un trabajo conjunto con Educación. Ya hay 28 escuelas que instalaron el Espacio Seguro de acuerdo a como lo prevé Seguridad y no hubo siniestralidad”, aseguran esas fuentes.

Desde el Ministerio de Educación porteño, describen los 174 Espacios Seguros que se implementaron desde 2022 así: “Es un lugar destinado a la guarda del equipamiento tecnológico del Plan Sarmiento y otros elementos de mayor valor pertenecientes al establecimiento. Tiene un sistema electrónico de seguridad con alarma y puede también tener cámaras para su mayor protección”. Es, según las comunidades educativas de varias escuelas, el lugar que los delincuentes lograron violentar en los robos.

Ahora mismo, en medio de esta ola delictiva, Educación y Seguridad trabajan en conjunto. Desde la cartera educativa adelantan algunas de las medidas que tomarán: instalación de cámaras de alta resolución y de sensores de movimiento monitoreados por Seguridad; cerradura antivandálica y marco antirrobos para los carros en los que se guardan las computadoras; bloqueo automático y geolocalización para esas computadoras y cámaras domo en los frentes de las escuelas.

Confían en que, de esa manera, lograrán bajar una siniestralidad que, a esta altura, golpea demasiado seguido a estudiantes y docentes en su vida cotidiana. Y logra que algunos chicos prefieran no ir a la escuela porque los robos lograron amedrentarlos.

Guardar