La vida de campo respeta sus tradiciones, en muchos casos, como a fines del siglo XIX o principios del 20. En ese sentido, el caballo es un elemento fundamental para los gauchos que aún transitan la llanura pampeana nacional. Este animal, compañero de los hombres y mujeres rurales, genera una serie de trabajos en su entorno que aún se mantiene en pleno año 2024.
Uno de esos casos es el oficio de la talabartería, que consiste en trabajar el cuero para la producción de objetos necesarios para montar a caballo. Así, puede haber desde anteojeras, alforjas, monturas, hasta los frenos y las riendas del animal.
En ese mundo entró Sebastián Plá Cárdenas en el 2019. Él era cliente de la talabartería La Rodada y al ver el amor que tenía por los caballos y el oficio, los dueños le ofrecieron administrar la talabartería. Allí, trabaja de 10 de la mañana hasta las 20 horas de lunes a viernes. Sus ingresos van desde 1.000.000 a 1.500.000 pesos, dependiendo de la temporada.
En la zona de La Rodada hay muchos clientes históricos que renuevan parte de los elementos de sus caballos, pero también nuevos que buscan comprar algún regalo, ligado al campo, para un familiar o amigo. “Eso genera una gran cantidad de nuevos negocios, por suerte”, dice Sebastián.
“Se está perdiendo el trabajo artesanal, ahora se hace mucho en forma industrial -explica Cárdenas, en diálogo con la sección Mi vida, mi oficio de Infobae-. Aún así, creo que nuestro trabajo es vida criolla pura y mucho amor al arte. Trabajamos con la gente de campo que busca ´pilchas´ para su caballo y también para sus carruajes que se lucen en los pueblos”.
Los objetos que más produce un talabartero son las clásicas monturas para los caballos. “Están las tradicionales, las de polo y también las sureñas, llamadas chilenas, que La Rodada fabrica desde 1968″, explica.
Sebastián se hizo cargo de La Rodada en 2019. Viene del mundo corporativo, ya era un hombre de campo y pasar a la talabartería fue un camino “natural” para su vida. “El cliente llega y no sólo compra un objeto para su caballo. Acá se da una charla y se toma mate, además. Cada caballo tiene sus mañas y entonces en el diálogo podemos elegir el mejor elemento para que el animal esté cómodo”, se entusiasma Plá Cárdenas. En ese sentido, habla el mismo idioma que las personas que se acercan a comprar algunos de los productos.
Asegura que ama su trabajo. “No tengo bajones -resalta el hombre de campo-. Es tanto el amor que tengo por lo rural y los caballos que disfruto mucho de todo esto. Nada que ver con mi antiguo trabajo corporativo repleto de presiones. Acá disfruto del ida y vuelta con el cliente que viene a comprar y acepta mis consejos”.
La Rodada surge a principios de la década del 60. fue fundada por Mario Neccetto un hábil talabartero que realizaba estribos de suela. Tras el éxito de su trabajo, abrió el local en 1968 sobre la Ruta 7 en Paso del Rey. Allí trabajaba con sus hijas Graciela y María Emilia Neccetto. Luego, ampliaron su trabajo artesanal a las guarniciones para carruajes.
El producto estrella de La Rodada es la montura chilena que aún confeccionan y que actualmente tiene pellón doble de lana de oveja sureña, armazón de madera fenólico con una carcasa de fibra de vidrio para darle forma, basteras de látex forradas en cuero de vacuno premium y tachas de bronce. En 2019, toma las riendas de la talabartería Plá Cárdenas, quien decide mudar el local a la localidad de Tigre, Provincia de Buenos Aires.
Entre monturas y riendas de puro cuero, Plá Cárdenas disfruta de cada momento que comparte con sus clientes. Aconseja lo mejor para el caballo, que también es lo mejor para el jinete que lo va a montar. Así, resiste con este oficio centenario en un mundo que cada vez avanza sobre la bucólica vida de campo.
* Mi vida, mi oficio es un programa de entrevistas sobre la importancia, el valor, las exigencias y experiencias de cada trabajo, contadas por sus propios protagonistas. Escribinos y contanos sobre tu oficio y tu historia a mividamioficio@infobae.com