Cuando el chef y paramédico táctico militar Juan Pablo Gutiérrez (29) decidió emigrar de la ciudad de Trelew (Chubut) al municipio de Valencia (España), no solo lo hizo en busca de mayores oportunidades laborales sino también para estar más cerca de cumplir su sueño de hacer un voluntariado a nivel internacional.
Juan Pablo se instaló en la provincia de Castellón en 2022, días después de que Rusia invadiera a Ucrania. Sin embargo, las propuestas que le surgieron para trabajar en restaurantes de primer nivel lo llevaron a radicarse temporalmente en Francia, donde permanece desde hace casi un año y medio.
Actualmente se desempeña como ayudante de cocina en La Folie Douce, un emprendimiento gastronómico situado en Alpe d’ Huez La Ville, uno de los centros de esquí más importantes de la región francesa de Isere. Y tras finalizar su segunda temporada tiene planeado tomarse una semana de vacaciones para emprender una misión humanitaria a Kiev y asistir a los argentinos que se encuentran combatiendo contra los rusos.
“Tengo pasaje para el 29 de abril. El viaje lo financié absolutamente todo por mis propios medios. Gasté 350 euros en un ticket low cost y todo los productos que llevo también los compré con plata de mi bolsillo”, aclaró el chubutense, quien lamentó el poco eco que tuvo su iniciativa solidaria en su provincia y las críticas que recibió.
“La gente se quejaba de que prefiriera ir a ayudar a los soldados de Ucrania y no a los chicos pobres que hay en Argentina. Pero yo seguí adelante, junté la plata en base a mi trabajo y me preocupé por conseguir todo lo que necesitaban”, remarcó Juan Pablo al hacer referencia a un “pedido especial” que recibió de Maximiliano Barrientes, un operador de drones de guerra argentino que llegó hace dos meses a Ucrania.
El paramédico contó que ya estaba en contacto con su compatriota mucho antes de que saliera la nota de Infobae, donde Maxi cuenta su día a día -también como voluntario- en la región de Donetsk. “Lo contacté a través de sus redes, le conté que tenía pensado viajar y me pidió dos productos específicos para los soldados de su batallón: yerba y parches con la bandera argentina para pegar en los uniformes militares”, admitió.
Maxi le contó que el mate se convirtió en un símbolo de hermandad entre argentinos y ucranianos; y que cuando él empezó a tomar mate, todos pensaron que era un narcótico porque casi ni comía y dormía poco. Incluso, le atribuyeron propiedades energéticas porque lo veían siempre despabilado. Esto hizo que se creara un folclore alrededor de esa infusión completamente desconocida para los ucranianos y que quedaran fascinados al probarlo. “Ahora, un kilo de yerba no me dura ni cuatro días”, ironizó Maxi y el chubutense tomó nota de ello.
Como en España se consigue yerba con más facilidad, por la cantidad de argentinos residentes en ese país, Juan Pablo ya hizo el encargue junto a otros productos: “El 24 viajo a Valencia y tengo 5 días para terminar de armar el equipaje con todo lo que voy a llevar: catéteres, vendas, gasas, parches torácicos, tijeras de trauma y ropa militar”.
Con respecto a los parches bordados de la bandera argentina, Maxi le pidió que sean entre 30 y 60 así se los puede obsequiar a todos los integrantes de su escuadrón en nombre de los argentinos. “Me contó que ellos son muy parecidos a nosotros. Que les gusta el fútbol, el tango, que son amigueros y les gusta juntarse los domingos en familia”, remarcó.
“Por ahora, todo lo que compré se lo voy a dar a Maxi. Me voy a contactar con él apenas llegue a Kiev para que me de las coordenadas de su ubicación e ir a su encuentro. Aún no tengo esa información”, relató sobre algunas de las medidas de seguridad que tiene que implementar para no caer en las redes de espionaje ruso.
Por su parte, Maxi le contó a Infobae que ya tiene todo organizado para recibir a Juan Pablo. “No puedo revelar dónde nos vamos a ver por una cuestión de protocolo. Cuando él me llame desde un número de teléfono que tenga un chip ucraniano, se le va a pasar el contacto de la persona que estará encargada de pasarlo a buscar y trasladarlo. Él ni se imagina la odisea que le espera. Lo que antes te llevaba 6 horas en una ruta normal de Ucrania, hoy en día te toma dos días”, ejemplificó.
Con respecto al pedido de parches que le hizo al chubutense, Maxi remarcó: “Nosotros tenemos una conducta de honor, que es que cuando conocemos a alguien intercambiamos parches. A todos les gusta mi bandera argentina y la quieren intercambiar pero yo solo tengo la puesta y no la cambio. Por eso se ocurrió pedirle eso a Juan Pablo, para que las intercambie como gesto de buena voluntad”.
El operador de drones de guerra especificó que en su escuadrón son alrededor de 150 soldados y al menos 30 le pidieron la bandera. “Siempre hay un pedacito de Messi o Maradona detrás de los colores celestes y blancos, todos reconocen a la Argentina por ellos”, aseveró.
Y si bien los jefes militares ucranianos les aconsejaron no usar parches ni banderas en sus uniformes para no darle información al enemigo, ellos se las pegan igual para distinguir de qué país proviene cada uno. “A mí la bandera argentina me da suerte”, aseguró Maxi.
En cuanto al mate, Maxi contó que “los ucranianos se hicieron fanáticos” y a veces improvisan la bombilla con el tubo de plástico de las lapiceras. “El mate es un símbolo de resistencia, es nuestro compañero. Nos ayuda a despabilarnos y nos acompaña durante las guardias. Es mucho más digerible que el café y sabe bien a pesar de que se enfríe”, enfatizó.
Más allá de no tener la aprobación de su familia para hacer el viaje a Kiev, Juan Pablo ya ingresó en la cuenta regresiva y prefiere no preocuparse por el qué dirán. “Están los que me consideran un héroe y los que me dicen que estoy loco. Trato de seguir adelante y hacer lo que me gusta. Yo voy con Dios a hacer una buena acción”, especificó.
Hoy, las preocupaciones de Juan Pablo no solo tienen que ver con lo que sucede en Ucrania si no con lo que podría ocurrir en el resto de Europa si nadie le pone fin a la escalada bélica de Vladimir Putin. “Estoy convencido que después de Ucrania seguirán por Francia Francia, Lituania, Letonia, Rumania…Putín va por todo. Tenemos que unirnos y estar alerta”, concluyó Juan Pablo, que no solo se inquieta por la defensa de Ucrania sino también de toda Europa.