Owen Clarke es un columnista de la prestigiosa revista turística Travel + Leisure que tuvo la increíble oportunidad de viajar hacia Mendoza para vivir una experiencia sin igual. Allí, se trasladó hasta el Cerro Aconcagua, la montaña más alta de la Cordillera de Los Andes y el pico más alto del sur del continente americano con el objetivo de escalarlo.
El gigante de Los Andes, que se eleva a 6.959 metros sobre el nivel del mar, desafía las percepciones tradicionales sobre el alpinismo, ofreciendo una ruta estándar que consiste más bien en una exigente caminata, sin la necesidad de equipos especializados como sogas o crampones.
Si bien alcanzar su cumbre requiere de una buena condición física, experiencia en campismo y sobre todo mucha determinación, el Aconcagua se posiciona como el punto más alto del planeta accesible sin escalada técnica. Una expedición reciente, llevada a cabo por el periodista y su padre junto al guía argentino Damián Benegas, de Benegas Brothers Expeditions, destaca el potencial del cerro para ser conquistado con la preparación adecuada.
La aventura para alcanzar el pico más alto de América del Sur
La travesía acomenzó en Mendoza, la ciudad montañosa de Argentina conocida por sus vinos de renombre mundial, donde se dedicaron varios días a preparar el equipo necesario. La aventura hasta la cima incluyó una etapa crucial de aclimatación en Las Cuevas, un pequeño pueblo montañero a 3.170 metros de altura, idóneo para adaptarse a las condiciones de elevación.
El camino hacia el campamento base implicó un recorrido de dos días y 29 kilómetros a lo largo del valle de Horcones, donde incluso cruzaron un puente de cable usado en el rodaje de la película “Siete años en el Tíbet”. El campamento base, Plaza de Mulas, situado a 4.350 metros de altura, sirvió como punto de partida para la verdadera ascensión, después de días de adaptación y preparación.
La expedición, que optó por el método de “rotaciones” para aclimatarse progresivamente, ascendió y descendió entre los diferentes campamentos de altura, con periodos de descanso intermedios, antes de emprender el ascenso final. Este modelo, a diferencia de intentos más directos y rápidos, aporta una mayor adaptación al escaso oxígeno y reduce significativamente el riesgo de enfermedad de altitud.
La cima se conquistó tras días de esfuerzo, en un amanecer teñido del naranja del sol naciente, culminando en una experiencia inolvidable y la satisfacción de estar en uno de los puntos más elevados del mundo, demostrando así que con la preparación adecuada, alcanzar la cumbre del Aconcagua está al alcance de muchos.
Cuándo escalar el Cerro Aconcagua
Los meses ideales para emprender esta aventura son durante el verano argentino, de diciembre a febrero, cuando el clima es más cálido y seco. No obstante, la temporada de escalada se extiende de noviembre a mediados de marzo. Escalar en otro momento fuera de los meses pico puede beneficiar a los aventureros con precios más accesibles y menos congestión, aunque las condiciones climáticas tienden a ser más impredecibles.
Llevar equipo de navegación y seguridad, como GPS y botiquín de primeros auxilios, es esencial, al igual que mantener una nutrición e hidratación balanceadas durante la ascensión.
Aunque el Aconcagua es accesible sin guías, contar con el apoyo de profesionales experimentados puede aumentar significativamente las probabilidades de éxito y seguridad en la montaña. Además, respetar las normativas del parque y mantener una conducta responsable hacia el medio ambiente y otros montañistas es fundamental.
La preparación meticulosa y el respeto por las condiciones de la montaña son clave para un ascenso exitoso y seguro al punto más alto de América.