A diferencia de lo que sucedió en los demás destinos turísticos del país durante el fin de semana extra largo, la ciudad de Rosario registró un 50 por ciento menos de turismo, en comparación con los números alcanzados en la misma fecha del año anterior. Esta pérdida se debe a la escalada de violencia narco que se registró en las últimas semanas en el distrito santafesino.
En esta oportunidad, se combinó la Semana Santa con el feriado por el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, que tenía además su respectivo puente turístico. De acuerdo con el último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) viajaron 3,2 millones de turistas y gastaron $631.667 millones en alimentos, bebidas, alojamiento, transporte, recreación y compras. Incluso, a nivel nacional se reportó un incremento del 21,3 por ciento en personas que se movilizaron, en relación con la cifra del año anterior.
Sin embargo, todo fue distinto en Rosario. En algunos puntos de la provincia de Santa Fe, la ocupación fue cercana al 100 por ciento, pero el informe de la CAME hace una distinción al mencionar a la capital del narcotráfico en Argentina y aclara que “el impacto por los trágicos hechos de las últimas semanas y la inseguridad se hizo sentir con una merma del 50 por ciento, respecto a Semana Santa de otros años”.
Aunque los asesinatos en Rosario bajaron a un nivel histórico durante el primer trimestre del año, a mediados de marzo, las organizaciones narcocriminales iniciaron una acometida sangrienta, matando “al azar” a dos taxistas, un colectivero y un playero. En simultáneo, dejaban amenazas contra el gobernador Maximiliano Pullaro, quien desde que asumió tomó fuertes medidas en las cárceles para poder enfrentar al crimen organizado.
Uno de los casos más resonantes fue el de Bruno Bussanich, un joven playero que fue asesinado por un sicario de un disparo en la cabeza hace poco menos de un mes. En el lugar, dejaron una carta que decía: “Esta guerra no es por el territorio, es contra Pullaro y Cococcioni”. “Así como nosotros llegamos a 300 muertos, estando unidos vamos a matar a más inocentes por año”, advertía.
En paralelo, el Gobierno dispuso el despliegue de las fuerzas federales en el territorio, con el objetivo de poner fin a la escalada de violencia en el distrito.
Durante el fin de semana largo, se registró un nuevo crimen en Rosario. El hecho ocurrió el sábado por la tarde en la calle Pascual Rosas al 2700, barrio Villa Banana. La víctima fue identificada como Miguel Ángel Arellano, de 33 años, que fue atacado a tiros por dos individuos que se trasladaban en una motocicleta. Recibió un disparo en la cabeza y otro en la espalda. Según pudo saber La Capital, aún se investigan las causas que podrían haber motivado el ataque.
En la jornada del miércoles, se conoció que una familia de Rosario recibió una amenaza en su casa en la previa del inicio del fin de semana extra largo. La vivienda está ubicada cerca de un destacamento de la Gendarmería Nacional, que se encuentra sobre la avenida San Martín, entre Rueda y Virasoro.
La nota que dejaron por debajo de la puerta decía: “Viejo devolvé la casa. Este es el primer aviso. El segundo te hacemos desapareser (sic)”, según indicaron fuentes policiales a Infobae. “Eran las siete y diez cuando tiraron la nota. Yo no entendía nada, así que llamamos a la Policía y en un ratito estaba el barrio lleno de móviles y efectivos de la PDI, de Prefectura y de la Gendarmería”, señaló uno de los integrantes de la familia.
En este contexto, el Ministerio Público de la Acusación y el Ministerio de Seguridad de Santa Fe publicaron un informe en que indica que el 2024 se mantiene como el comienzo de año menos violento desde 2014, con 11 homicidios registrados en lo que va del año. Sin embargo, las amenazas continúan.