Una insólita y preocupante situación que involucró un perro raza Golden Retriever ocurrió este fin de semana extra largo en una carnicería ubicada en las calles 5 y 80, de la ciudad de La Plata. Según denunció un grupo proteccionista de animales ante la Policía Bonaerense, la mujer ingresó al local y le preguntó al carnicero si podían faenar a su mascota. Inmediatamente, agentes irrumpieron en la casa de la dueña del can, de nombre Toto, con varios integrantes de un grupo rescatista de la zona y pusieron en resguardo al animal
La mujer, por su parte, luego de hacer su descargo y tratar de explicar cuál era su intención con la mascota, fue demorada en la Comisaría Octava platense. Allí, por disposición de la UFI N°7 del distrito judicial La Plata, se le informó del inicio de una causa por infracción de la Ley Sarmiento, que prohíbe el maltrato a los animales.
La conversación en la puerta de la casa de la mujer y que fue filmada por los rescatistas, se viralizó en las redes sociales. “Buen día, señora, tiene una denuncia por llevar al perrito a la carnicería para faenarlo”, se lo escucha decir al rescatista que irrumpió en el domicilio para chequear la veracidad de los hechos.
“No entiendo cuál es el problema”, responde ella con total liviandad y dando a entender que no hizo nada malo. “Yo le explico. Mi papá y mi abuelo son del campo. Trabajaron siempre en el barrio Hipódromo con caballos. Cuando el caballo cumple un determinado tiempo se manda a faenar”, continúo, a modo de justificación.
“¿Qué es faenar para usted? Explíqueme”, le pregunta el rescatista para tratar de entender si realmente pretendía cuerear al perro o, simplemente, estaba confundida con el concepto. “Faenar es como la vaca”, remarca ella. “Primero lo pelas, le sacás el pelaje. Después lo cuereas y usás la carne. Eso se hace con los animales”, agrega. Luego, dio a entender que su mascota ya estaba avanzada en edad.
Al escuchar semejante barbaridad, el proteccionista dice: “Al animal lo vamos a secuestrar y dar en adopción”. Al verse en ese dilema, la mujer se niega a que le saquen el perro. “No me hagan eso”, se lamenta mientras los proteccionistas le explican que se lo van a llevar para que el perro no corra riesgos de que lo mate.
Tras intercambiar varios insultos, finalmente el perro es puesto dentro de un canil que estaba en el baúl de una camioneta para ser trasladado a un refugio. “Chau Toto”, se la escucha decir a la mujer para despedirse del perro.
Este diálogo ocurrió en presencia de los efectivos policiales de la Comisaría Octava, que acudieron al lugar para informar a la mujer de la formación de la causa en su contra.
Una mascota, protagonista de un fallo judicial
Más allá de este caso, en los últimos días se conoció un fallo judicial que también tuvo a un perro como protagonista. Una mujer decidió emigrar a Europa y en Argentina dejó todo, incluso su pequeño perro de raza, que quedó en lo de una amiga, que sabía que iba a cuidarlo.
“Dejámelo a mí, así cuando vengas de visita podés verlo”, se escuchó. Pero los planes cambiaron y la viajera regresó al año siguiente. Cuando fue a reclamar su perro, la amiga resistió entregarlo: ella había entendido que se iba para siempre. El malentendido se convirtió en una causa judicial.
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la ciudad de Buenos Aires confirmó el sobreseimiento de la denunciada y un familiar: quien recibió al animal, lo cuidó, alimentó, llevó al veterinario durante casi un año e “hizo frente a onerosos gastos”, tuvo derecho a pensar que sería suyo de manera definitiva y no hubo “dolo” en su accionar.
La disputa abrió su capítulo judicial entre marzo y abril de 2022, cuando el perro había sido ya devuelto a su dueña original. Según denunció, una tarde dejó que saliera de paseo con un familiar de quien lo había cuidado en su ausencia. No le devolvieron la mascota en el horario acordado y, días después, hubo un altercado callejero, que incluyó un tironeo del perro entre ambas mujeres.
Fue entonces que se presentó la denuncia penal por “defraudación por retención indebida”, a raíz de no haber “restituido a su debido tiempo” al can, pese a intimaciones informales y por carta documento. La mascota volvió con la denunciante un mes más tarde, pero la causa en el fuero criminal siguió su curso. En diciembre pasado los imputados resultaron sobreseídos por falta de dolo. Esta sentencia de primera instancia fue apelada por la querellante y ahora quedó confirmada.