Extenuado, pero con la felicidad de haber cumplido el primero de los cinco días que durará su desafío, el nadador de aguas abiertas, Alejandro Heit, acabada de salir a superficie: nadó 10 kilómetros en el Lago Steffen, en San Carlos de Bariloche. Tiene previsto completar, en total, 50 km en esa parte de la región andina, donde el cambio de temperatura ya comenzó a sentirse y el viento azota en los últimos días del verano.
Su meta es unir a fuerza de brazadas los lagos Steffen, Guillelmo, Mascardi, Gutiérrez y Nahuel Huapi con el objetivo de “concientizar sobre el cuidado de los espejos de agua, la difusión del deporte y el cuidado del cuerpo”, le cuenta a Infobae.
“Ya puedo decir que 20 % está cumplido. ¡Estoy contento! Bajó la ansiedad desde el primer minuto en que me metí al agua... ¡Estaba bastante ansioso! Pero, bueno, el clima patagónico es así: mucha lluvia, viento, olas... Así que fue duro, pero primer día ya está logrado”, resume lo que vivió el martes 19 de marzo y que se extenderá hasta el sábado 23, cuando llegue a las aguas del Nahuel Huapi, frente al Centro Cívico barilochense.
Ese día el festejo será por partida doble: “Cumplo 50 años, así que ojalá me esperen en la orilla con una torta, para soplar las velitas y porque llegaré con hambre”, bromea.
Por amor al agua
Desde hace tres años, Alejandro preside la Asociación de Nadadores de Aguas Abiertas Rionegrinas (NADAAR). Oriundo de la ciudad de Buenos Aires, hace 25 años quiso cambiar los rascacielos por las montañas y se mudó a Bariloche.
El agua le gusta desde muy niño, cuando aprendió a nadar y siguió con la actividad como hobby, y con el tiempo la dejó. Fue el contacto con los lagos, entonces en su totalidad cristalinos, que cual sirenas lo llamaron. Y del recuerdo de esas tardes en una pileta pasó a nadar en aguas abiertas.
A los tres años de vivir en la Patagonia, entró a trabajar como sommelier en una de las bodegas más prestigiosas de Río Negro, su actual ocupación. “Ese trabajo me apasiona y, por suerte, puedo contar con el apoyo para también desarrollar esta actividad”, asegura.
En 2022, ya al frente de NADAAR, comenzó a pensar en qué desafío podría imponerse para “incentivar a la gente a que haga deporte y sin importar la edad”, repasa.
“Pensé en hacer un circuito de 50 kilómetros y terminarlo el día que cumpliera los 50 años”, cuenta. Para lograrlo comenzó a entrenar seis días a la semana, incluso en doble turno. “Nadar en aguas frías se considera como un deporte extremo porque tienen temperaturas entre los 14 a los 16 grados; y la manera de prepararse es realizar un entrenamiento de inmersión día por medio en el lago donde se nadará, para que el cuerpo se aclimate. Se usa traje de neoprene”, detalla.
50 kilómetros y 50 años
“Como los dos primeros [Steffen y Guillelmo] no tienen 10 km de longitud, los nadaré en circulo. Luego, en el Mascardi, Gutiérrez y Nahuel Huapi, haré un trayecto lineal. Pensando también en la convivencia de los espacios, pensé en unir los lugares de salida, que son privados, y terminar en playas públicas. La idea es mostrar que podemos convivir y que el lago es de todos”.
A diferencia de otros desafíos, esta vez, Alejandro está solo en las aguas. A poca distancia lo acompaña un equipo en una lancha de seguridad con un guardavidas: su entrenador -que además lo asistirá con la comida e hidratación- y Prefectura.
Respecto al primer día, cuenta que fue duro. “Salí a las 10 de la mañana, de la bajada de lancha de la casa guardaparque. Afuera hacía 9º y en el agua a 14º. En total, hacer los 10 km me llevó 3 horas y 35 minutos en los que hubo lluvia, viento y olas. Después se planchó, pero la lluvia nunca paró, pero había mucho viento y eso hizo que tuviera que buscar los lados del lago con menos viento para que haya menos olas y sea más agradable el nado. Hoy salí y regresé al mismo lugar, la casa de Chino Vélez, quien al volver me abrió la casa para darme una ducha caliente, poder aclimatarme y además, ahí, todo el equipo pudo recuperarse”, resume la jornada.
En estos años, fue también testigo de cómo las aguas comenzaron a cambiar. “En realidad, no está afectada porque el Nahuel Huapi desemboca en el Río Limay entonces, el agua siempre está corriendo y no llega a concentrarse la contaminación, pero ese también es lo que hace que la gente se relaje, eso es todo un tema. Hace unos días, los efluentes cloacales de todas las grandes construcciones que hay en la ciudad, producto de un crecimiento inevitable por todas las situaciones que viven las grandes urbes y que al no ser controlados o manipulados de buena forma, terminan en lago, hizo que se vieran manchones en las aguas y como nosotros vivimos adentro del agua, lo vemos y sentimos el aroma”.
A eso se suma “la gran cantidad de lanchas que hay en el lago en las épocas de verano, pero reitero que es algo inevitable. Lo que sí queremos hacer es concientizar sobre el cuidado de las aguas y de los controles necesarios que hay que hacer, peor sin apuntar a nadie con un dedo inquisidor. Nuestra asociación es una asociación sin fin de lucro y una de las patas que tiene es el cuidado del medio ambiente, el cuidado del deportista. Hay que cuidar lo que nos rodea”, enfatiza.
Los próximos días, seguirá nadando para llevar a cada rincón de la Patagonia su mensaje y espera que se replique en todo el país.