El 17 de marzo de 1992 una bomba explotó en la esquina de Suipacha y Arroyo, en la ciudad de Buenos Aires. Era un martes. Eran las 14:47. La rutina social cumplía la dinámica de cualquier otro martes. Doscientas personas terminaron heridas, veintidós murieron. Pero el objetivo no eran esas personas, testigos o víctimas aleatorias del horror, sino una Embajada. La de Israel. Fue el día en que una bomba representó un atentado que colocó al país en el teatro de operaciones del terror. Se cumplen 32 años de esa tragedia y se rejuvenece hoy el pedido de justicia.
En julio de 2022, Infobae divulgó un dossier final del Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales israelí sobre el ataque terrorista a la sede diplomática. Se trató de un trabajo de información secreta y pública recopilada durante treinta años, de 43 páginas de extensión, que incluyen datos inéditos que -por primera vez- fueron revelados a nivel global. Gracias al informe del Mossad, se supo que no hubo participación de ciudadanos argentinos en el ataque y se logró identificar a todos los involucrados con nombre, apellido y foto. El trabajo ratificó la responsabilidad política y criminal de ambas organizaciones terroristas en el atentado contra la Embajada de Israel, localizada en la calle Arroyo 916, y señaló que la infraestructura del estallido fue creada en Argentina y Brasil desde 1988.
La investigación, titulada Irán-Líbano/Hezbollah/ESO/ “Yihad Islámica”-Atentado a la Embajada de Israel., establece cinco conclusiones básicas:
1. El régimen iraní y la organización Hezbollah a través de Yihad Islámica son los únicos responsables del atentado.
2. La infraestructura del atentado (también el de la AMIA) fue creada en Argentina y Brasil a partir de 1988.
3. Todos los miembros operativos involucrados en el atentado fueron identificados por nombre, apellido y fotografía (al igual que los participantes en el atentado de la AMIA), y residen en el Líbano y en Irán.
4. No hubo participación alguna de ciudadanos argentinos en el atentado contra la embajada de Israel.
5. Todos los miembros de la célula que perpetraron ambos atentados en la Argentina, estuvieron involucrados en atentados adicionales o en la preparación de otras infraestructuras terroristas en otras partes del mundo, incluso en los últimos años.
En la foja 3 del informe secreto se asegura que “la Unidad Yihad Islámica/910 de Hezbolla (sic), responsable de llevar a cabo atentados terroristas en el Globo por parte de Hezbollah e Irán, cometió el atentado de la embajada de Israel en la Argentina (y el de la AMIA), bajo orden del Régimen Iraní”.
A partir de estos datos, Vis a Vis, el medio nacional de noticias de la comunidad judía, publicó el año pasado un exclusivo informe en el que a través de imágenes y testimonios del atentado se retomó, paso a paso, las implicancias de la organización criminal Hezbollah y el régimen iraní, con base en el expediente secreto del Mossad al que accedió este medio. El trabajo ordena de manera cronológica la sucesión de los hechos, comenzando por 1982, año de la fundación de grupo terrorista libanés, responsable del ataque a la embajada israelí en Buenos Aires, y continúa hacia 1989, cuando la fórmula Menem-Duhalde, del Frente de Justicia Popular, gana las elecciones en Argentina con un amplio triunfo en primera vuelta, obteniendo el 47,49% de los votos.
Seis años después, un martes 17 de marzo, una camioneta cargada con explosivos estalló frente a la sede diplomática ubicada en el barrio porteño de Retiro. “Hay algunas víctimas de extrema gravedad”, advertía Alberto Crescenti, actual titular del Same, quien fue uno de los primeros médicos en llegar al lugar tras el estallido.
“Estamos tomando todas las medidas del caso para que podamos avanzar sobre este tema. No puedo informar en forma precisa. Sobre estos aspectos hay que ser muy cauto sobre los grupos a los cuales se hacen referencia”, explicaba por su parte el expresidente Menem.
Además, el video documental reúne los testimonios de Lea Covensky y Jorge Cohen, sobrevivientes del atentado. “La justicia brilla por su ausencia. La sensación, no solamente mía, sino de todos los sobrevivientes y de todos los familiares, es que no vamos a poder enterrar realmente a nuestros muertos y poder cerrar este episodio hasta que no aparezcan los culpables”, dijo Covensky.
“La frase ‘nadie nada nunca’ viene bien para aplicar en este caso a la falta de justicia”, sostuvo Cohen.
“Hezbollah tiene un centro de operaciones de tráfico de drogas y lavado de dinero en América Latina con el que alimenta su maquinaria terrorista. No están del otro lado del mundo, desde Venezuela hasta la Triple frontera, sus miembros están en nuestra región y son un importante motor de lo que ha desangrado a nuestros países: las armas, las drogas y la corrupción”, indicaron desde el medio especializado.
“Cada vez más naciones del mundo y organizaciones internacionales reconocen a Hezbollah por lo que es: una organización terrorista”, concluye el video.