En medio de la escalada violenta por el narcotráfico, la Iglesia Argentina se pronunció hoy por la situación que se vive en Rosario, advirtió por el avance de la droga y pidió a los habitantes de la ciudad santafesina estar “juntos”. Lo hizo a través de una carta enviada por la Conferencia Episcopal Argentina.
“Como obispos de la Iglesia en la Argentina, sepan que, de corazón, estamos muy cerca de ustedes ante esta realidad del narcotráfico que golpea hoy a las puertas de sus casas de este modo tremendo, brutal, llenando de dolor e impotencia a sus familias y a todo nuestro pueblo”, comienza la misiva enviada a los “queridos hermanos rosarinos”.
“La droga nos está matando y debemos estar muy juntos para desarmar este “mal” que desprecia la vida y se ensaña con nuestros niños, jóvenes y tantos inocentes, víctimas de la miserabilidad de unos pocos, y de la complicidad de otros. No permitamos que nos maten la esperanza, que nos roben el sueño de una Argentina unida y en paz”, continúa la carta que lleva fecha de hoy.
En los últimos días hubo una ola de terror en Rosario con asesinatos perpetrados por las bandas narco que dominan la ciudad santafesina como respuesta a las medidas aplicadas por el gobierno local en las cárceles en las que están detenidos los integrantes de los clanes violentos. El último fue el crimen de Bruno Nicolás Bussanich, un playero de 25 años que fue ejecutado a sangre fría cuando cumplía con sus tareas habituales.
En ese marco, el Gobierno puso en marcha en el inicio de esta semana un comité de crisis con un trabajo coordinado de las fuerzas federales y provinciales.
La Conferencia Episcopal Argentina realizó la 196° reunión de la Comisión Permanente. Estuvo presidida por el obispo de San Isidro y presidente de la CEA, monseñor Oscar Ojea, junto a los miembros de la Comisión Ejecutiva: monseñor Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza y vicepresidente primero; monseñor Carlos Azpiroz Costa OP, arzobispo de Bahía Blanca y vicepresidente segundo; y monseñor Alberto Bochatey O.S.A., obispo auxiliar de La Plata y secretario general del Episcopado.
Los obispos reunidos llevaron adelante el habitual intercambio pastoral, dándole lugar de manera particular a lo compartido por las regiones pastorales en cuanto a las situaciones que se están viviendo en las distintas provincias de la Argentina. En ese contexto, manifestaron su cercanía con la situación violenta que atraviesa la ciudad de Rosario.
También elaboraron una carta dirigida al papa Francisco en la que saludaron al Pontífice por su 11° aniversario como padre y pastor de la Iglesia y aseguraron: “Estamos comprometidos en la vida cotidiana de nuestros hermanos más pobres y vulnerables en medio de un nuevo cambio económico y social donde no dudamos en reforzar el anuncio del Evangelio y del Magisterio que nos propones constantemente”.
La carta completa de los obispos sobre Rosario:
Queridos hermanos rosarinos:
Como obispos de la Iglesia en la Argentina, sepan que, de corazón, estamos muy cerca de ustedes ante esta realidad del narcotráfico que golpea hoy a las puertas de sus casas de este modo tremendo, brutal, llenando de dolor e impotencia a sus familias y a todo nuestro pueblo.
La droga nos está matando y debemos estar muy juntos para desarmar este “mal” que desprecia la vida y se ensaña con nuestros niños, jóvenes y tantos inocentes, víctimas de la miserabilidad de unos pocos, y de la complicidad de otros.
No permitamos que nos maten la esperanza, que nos roben el sueño de una Argentina unida y en paz. Que la Virgen, nuestra Madre, que conoció lo que es perder al hijo, al Inocente, los consuele y fortalezca.
Los Obispos reunidos en la 196º Comisión Permanente Conferencia Episcopal Argentina
<br/>
La carta de los obispos al papa Francisco:
Muy querido Papa Francisco,
Te escribimos con mucha alegría, desde la 196 reunión de la Comisión Permanente de la CEA, espacio de concreta colegialidad episcopal donde tantos años actuaste y serviste.
Queremos saludarte en este 11° aniversario de tu elección como padre y pastor de la Iglesia universal. No nos resulta difícil volver con el recuerdo del corazón a aquella tarde en que el Señor te reveló una nueva misión al servicio de su Pueblo al que tanto amaste siempre.
La Iglesia vive este tiempo de reflexión sinodal abierta a la esperanza puesta siempre en el Señor que conduce la historia. Desde Argentina peregrinamos hacia el Jubileo en el año de la oración, muy atentos a todos los pasos y acciones propias del camino sinodal que vivimos con esperanza y gozo, particularmente bajo la luz de la santidad de Mama Antula y del Beato Eduardo Pironio.
Estamos comprometidos en la vida cotidiana de nuestros hermanos más pobres y vulnerables en medio de un nuevo cambio económico y social donde no dudamos en reforzar el anuncio del Evangelio y del Magisterio que nos propones constantemente.
Te aseguramos nuestra oración por tu vida y ministerio y te encomendamos nos pongas en las tuyas, para que seamos una Iglesia en salida, fraterna y misionera.