El relato del médico argentino que asistió a los heridos del avión de Latam que perdió altitud de golpe: “Personas sin cinturón golpeaban contra el techo”

Era un vuelo que iba de Sidney a Santiago de Chile. Leonardo Lozada, obstetra, junto a otros dos doctores también argentinos se pusieron al frente de la asistencia de las personas golpeadas. Hubo dos tripulantes de cabina con conmoción cerebral y muchos golpeados. “Improvisamos en al aire para contener a los lastimados”, contó en diálogo con Infobae

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El avión perdió altitud rápidamente y propulsó al techo a todas las personas que no llevaban puesto el cinturón de seguridad

Hubo pánico en el aire en un vuelo de Latam que se dirigía de Sidney a Santiago de Chile con escala en Auckland. Antes de esa primera parada, el avión hizo un descenso brusco por “un incidente técnico” que causó importantes turbulencias, informaron el lunes los servicios de emergencia y la empresa aérea. Tras el hecho, tres médicos argentinos, entre mayoría de turistas brasileños y chilenos, que viajaban se pusieron al frente del operativo para atender a los heridos. Uno de ellos, Leonardo Lozada habló en exclusiva con Infobae y narró todo lo sucedido.

“El hecho ocurrió cuando llevábamos una media hora de un vuelo totalmente normal y sin complicaciones - relata el médico obstetra de 56 años que trabaja en Buenos Aires-. El incidente fue repentino. Nadie estaba preparado o avisado de lo que iba a suceder. Yo siempre viajo con el cinturón abrochado para evitar problemas. Entonces, varios viajeros y tripulación golpearon contra el techo del avión”.

Luego de esos segundos, comenzó el operativo para intentar socorrer a los heridos. En ese momento, Lozada junto a otros dos colegas también argentinos se pusieron al frente de la atención. “Por suerte había un emergentólogo que organizó todo el tema de qué personas priorizar por tener situaciones que podrían ser más graves. Hubo dos tripulantes de cabina con pérdidas de conocimiento parciales que ya me contaron que pasaron por el hospital y se recuperaron. Después, varios con golpes. Lo más llamativo que en el avión hay más elementos para tratar un infarto que una contusión”, explica el doctor Lozada.

La imagen dentro del avión
La imagen dentro del avión del incidente tras el aterrizaje (Suministrado/Brian Jokat)

Así, los médicos argentinos improvisaron cabestrillos para inmovilizar hombros con los cinturones de seguridad y así poder inmovilizar posibles fracturas de clavículas. “Hubo heridos leves que ni pasaron por el hospital y muchas personas con ataques de pánico. Por suerte el vuelo siguió con total normalidad hasta el aterrizaje en Auckland. Fueron unos 40 minutos, pero casi no me di cuenta porque estuve todo el tiempo trabajando para atender a los heridos”, cuenta Lozada.

Los pasajeros explicaron a la prensa local que el aparato, un Boeing 787 Dreamliner, perdió altitud rápidamente cuando sobrevolaba el mar de Tasmania y propulsó al techo a todas las personas que no llevaban puesto el cinturón de seguridad.

Una pasajera del vuelo, Priscilla Waller-Subritzky, declaró al Herald que estaba viendo una película cuando el avión perdió altura y “varios pasajeros y miembros de la tripulación salieron despedidos hacia el techo del avión”.

Uno de los heridos atendidos
Uno de los heridos atendidos en el aeropuerto de Auckland

La Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte de Nueva Zelanda indicó que había sido informada del incidente y que estaba “recabando más información para anunciar una decisión sobre si abrir una investigación”. El incidente también podría ser investigado por las autoridades chilenas si se establece que ocurrió en el espacio aéreo internacional.

“Venía viendo una película con el cinturón puesto. No me di cuenta de la pérdida de altitud del avión. El impacto fue cuando empecé a ver a personas que estaban paradas o sin cinturón que golpeaban contra el techo de la nave. Fueron apenas unos segundo y luego se estabilizó”, recuerda el médico argentino.

Así quedaron los paneles del
Así quedaron los paneles del techo del avión tras el incidente (Suministrado/Brian Jokat)

Este incidente tiene lugar dos meses después de que otro modelo del fabricante estadounidense Boeing registrara un problema. A principios de enero, una puerta de un Boeing 737 MAX 9, de la compañía Alaska Airlines, se desprendió poco después del despegue. Hubo varios heridos leves.

“LATAM lamenta los inconvenientes y lesiones que pueda haber causado esta situación a sus pasajeros, y reitera su compromiso con la seguridad como prioridad dentro del marco de sus estándares operativos”, señaló la compañía nacional chilena. Aún se desconoce la causa del “problema técnico” en el vuelo.

En la noche del lunes, los viajeros esperaban en Auckland un nuevo avión para seguir viaje a Santiago de Chile y luego a Buenos Aires. En ese sentido, Lozada remarcó la importancia de llevar puesto el cinturón durante todo el viaje para evitar lesiones ante este tipo de incidentes. “Yo me salvé por eso. No me despegué del asiento porque estaba atado”, remarca el médico.

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