El ministro de Justicia y Seguridad de la Provincia de Santa Fe, Pablo Cococcioni, protagonizó hoy una insólita situación durante una entrevista radial, al llamarse a silencio ante la consulta sobre el nombre de las bandas criminales que mantienen en vilo por estas horas a la ciudad de Rosario. “Hoy no está en juego el título de las bandas”, aseguró el funcionario provincial, y luego cortó la comunicación.
En diálogo con el periodista Marcelo Longobardi en Radio Rivadavia, Cococcioni brindó detalles sobre la grave situación de inseguridad y analizó que “no se trata de una cuestión de sofisticación, sino del elevado nivel de violencia”. “Básicamente, son bandas, la mayoría de los cuales están presos y condenados, que evidentemente en respuesta a que se le ha ido cerrando la posibilidad de manejar la actividad delictiva desde adentro de la cárcel, están acudiendo a estas medidas casi desesperadas para tratar de torcer el rumbo de la seguridad”, amplió.
“Separarlos es complejo, y se relaciona con que en la provincia de Santa Fe no hay una cárcel de máxima seguridad, de hecho estamos avanzando en el proyecto para construirla, pero lo que se hizo ahora son pabellones con mayores medidas de seguridad, más chicos, para poder separarlos en grupos más chicos, aunque sea a los elementos de conducción, los más peligrosos de estas bandas”, explicó Cococcioni.
Sin embargo, avanzada la entrevista, se le requirió al funcionario precisiones sobre el nombre de las bandas involucradas en los hechos criminales. “Hoy no estamos asistiendo a estas bandas de renombre y con títulos en mayúscula, sino a laderos, segundas y terceras líneas, que están intentando copar la parada”, respondió, en una primera instancia.
Ante la insistencia periodística, agregó: “Perdón Marcelo, no corresponde y me disculpo si no satisface la expectativa, y entiendo muy bien su punto de vista, pero me parece que en este momento, investigativamente no corresponde empezar a nombrar personas porque hay que empezar a avanzar seriamente contra los que están cometiendo estos hechos, que tal vez ya no son estas personas cuyos nombres salían en los títulos. Y muchas veces, instalar esto opaca las posibilidades de avanzar efectivamente contra quien está haciendo esto ahora”.
No conforme con la explicación del funcionario, Longobardi volvió a preguntarle por los grupos narcos: “No es que no las puedo nombrar. Pero hoy no está en juego el título de las bandas, sino desmantelar a quienes están haciendo esto”, sostuvo el ministro santafecino. Y cerró: “Perdóneme, y con mucho respeto, yo considero que le estoy dando las respuestas en la medida que corresponde darla”.
“Yo no puedo entender lo que estoy escuchando. ¿Ministro, usted que no me puede decir las bandas que tiene que perseguir?”, recriminó el periodista. Luego de esta intervención, Cococcioni decidió terminar la comunicación telefónica.
“Es una cosa insólita. Se ve que he hecho una pregunta muy complicada. Nunca me pasó algo así, nos quedamos todos estupefactos”, lamentó Longobardi.
Sobre los criminales en Rosario
Previo a interrumpir la conversación, el funcionario alcanzó a realizar una breve descripción sobre la situación de Rosario. “Hasta el 11 de diciembre esta gente tenía celulares, estaban todos juntos en los pabellones que ellos querían, tenían 10 horas de visitas por día y le entraban toda la mercadería del exterior sin requisar. Las medidas que se han ido adoptando en estos tres meses, los han ido cercando y ellos ven que tienen cada vez menos posibilidades de reacción. Y eso lleva a que estén tomando estas medidas desesperadas, lo cual no quita la precariedad que tienen, pero no quita el grado altísimo de capacidad de provocar violencia”, sostuvo.
Además, explicó: “No están todos en la misma cárcel, algunos están en la cárcel de Piñero, pero eso está siendo materia investigativa. Si tenemos que hablar de presos de alta peligrosidad en Santa Fe, hay en varias cárceles, como Piñero y Coronda, y también en el Servicio Penitenciario Federal”.
“Las medidas extremas que se están desarrollando se pueden focalizar en un sector de máxima peligrosidad, pero cuando una medida de seguridad más compleja la quiere extender a los 2500 presos que hay en una cárcel, ‘el que mucho abarca, poco aprieta’. Entonces, se ha tendido a concentrar en pocos lugares las medidas más severas”, añadió el ministro.
No obstante, el funcionario santafesino hizo referencia al posible vínculo de las fuerzas de seguridad con los criminales. “Entiendo que la Policía de Santa Fe, como todas las fuerzas de seguridad de nuestro entorno inmediato, hay elementos de corrupción e infieles. También hay que decir que cuando los mecanismos de control interno de depuración de las fuerzas se han activado han funcionado. Hay cuestiones más estructurales, pero hoy las investigaciones nos están dando que hay elementos subalternos de la fuerza con un grado de compromiso, pero no vemos una cuestión estructural, y vemos que mayormente la Policía de Santa Fe está sumamente comprometida con brindar seguridad a los ciudadanos”, aseguró.