#8M: mujeres y movimientos feministas preparan una multitudinaria movilización en todo el país

En el Día Internacional de la Mujer tendrá lugar la primera marcha del feminismo durante la presidencia de Javier Milei, contra quien anunciaron que apuntarán. Cómo se preparan desde las distintas agrupaciones, desde la Patagonia hasta el Norte del país. En la ciudad de Buenos Aires, la convocatoria es a las 16 horas en la Plaza de los Dos Congresos

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Asamblea Feminista en CABA (Marita
Asamblea Feminista en CABA (Marita Costa)

“Esta vez, hay que ir” es uno de los tantos lemas que invitan a participar de las distintas actividades organizadas para conmemorar el 8 de marzo: Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras. Y es “esta vez”, dicen desde las asambleas feministas, porque el hambre es urgente, “esta vez” porque están vacías las ollas de las cocineras comunitarias en las villas y barrios populares, “esta vez” porque el nivel de pobreza araña el 60% y son las mujeres las que llenan las estadísticas de menores ingresos, “esta vez” porque son constantes los intentos de avasallar derechos conquistados democráticamente para que la plena soberanía de las niñas, adolescentes, mujeres y personas gestantes sobre sus cuerpos sea una realidad en cada rincón de la Argentina.

“Los feminismos estamos siendo atacados de manera particular por el presidente. Antes de ayer por ejemplo tuvo una frase completamente provocadora y violenta sobre el aborto. Así que la prioridad del 8M es mostrar nuestra fuerza en la calle de una manera que traduzca el trabajo político de encuentro, asamblea y organización que se viene haciendo en Buenos Aires y sabemos que lo mismo está sucediendo en todo el país. Los feminismos son los que están definiendo con la palabra ‘crueldad’ la política de este gobierno y contra la cual nos enfrentamos”, enmarca Verónica Gago, investigadora feminista integrante del colectivo Ni Una Menos.

En línea, Yamile Socolovsky, secretaria de Género de la Central de Trabajadores y Trabajadoras de la Argentina (CTA), retoma parte del documento consensuado por el Bloque Sindical Feminista: “Las mujeres y disidencias somos siempre trabajadoras organizadas porque siempre somos trabajadoras: en nuestras casas y en casas de otras familias, en las fábricas, en el campo, en las empresas, en la administración pública, en las escuelas, en los hospitales, en los medios de comunicación, en la economía popular. Somos quienes paramos la olla no solo en nuestros hogares –donde continuamos trabajando después de la jornada laboral– sino también en los comedores populares que suplen el rol de un Estado en retirada. Por eso el gobierno de Milei nos toma como enemigas y quiere quitarnos los derechos que conseguimos con organización”.

Durante el mes de marzo el patio del anfiteatro de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) en el barrio de Balvanera fue el escenario para multitudinarias asambleas feministas que proyectaron la acción colectiva del 8M en la Ciudad de Buenos Aires.

Gago resume el ejercicio político de intercambio, escucha, reflexión y aprendizaje que le dio forma a cada encuentro asambleario: “Las asambleas fueron realmente masivas y transversales, con presencia de todos los sectores políticos y de todas las centrales sindicales. Pero también ha sido muy fuerte la presencia de organizaciones comunitarias, barriales, estudiantiles y de trabajadoras precarizadas. Las asambleas fueron el ámbito donde se compartieron los conflictos en vivo y momento a momento de la crítica realidad que vive el país”.

Marina Abiuso, de vestido verde,
Marina Abiuso, de vestido verde, con las periodistas que organizaron la primera movilización de Ni una menos en 2015: "Fue una marcha profundamente emocional y política, no partidaria"

Marina Abiuso, periodista y una de las que empezó el movimiento Ni una menos, irá a la marcha junto a sus compañeras y amigas, “algunas vienen con sus madres y otras con sus hijos, como lo hicimos siempre”. Para ella, en esa oportunidad, “la movilización fue masiva porque consiguió canalizar un reclamo que estaba en el aire. Fue una marcha emocional y profundamente política, no partidaria. Eso acercó a muchas personas y permitió empezar a construir un piso, consensos mínimos como que la violencia contra las mujeres existe, que es un problema y que el Estado tiene un rol que cumplir. Muchos de esos acuerdos esenciales hoy están en riesgo. Quienes tomaron la posta lograron que este 8M haya una marcha unificada, aún con las diferencias que existen dentro de los feminismos. Es un gran avance e igual seguro habrá mujeres ‘sueltas’ con cartelitos personalísimos. Las marchas feministas permiten esa convivencia que es muy poderosa”

Este 8 de marzo en CABA se convoca a concentrar a partir de las 16 horas en la Plaza de los Dos Congresos. Ahí confluirá, además, una marcha que llegará desde Avenida de Mayo y 9 de Julio. Bajo múltiples demandas, están previstas intervenciones gráficas y performáticas, música, batucada y un verdurazo. Para las 19 horas se espera la lectura de un documento.

En la otra punta del mapa, la ciudad de Neuquén desarrolló sus propias asambleas feministas previas al 8M. Y también fueron la oportunidad de articular diferencias, reclamos, puntos de vista. La oportunidad de sumar.

Asamblea Feminista de Neuquén
Asamblea Feminista de Neuquén

Ruth Zurbriggen, activista en la Colectiva Feminista La Revuelta, comparte un balance de ese proceso: “Un tema muy importante de las asambleas que nos dimos estuvo relacionado con los recortes y el vaciamiento de los espacios de prevención por violencias de género, la falta de envío de alimentos a los comedores comunitarios, la convicción de que este ajuste y la inflación generan una crisis alimentaria y una extensión de la pobreza sin precedentes y entonces sumarnos a la definición de que el hambre es violencia. A la vez, reflexionamos sobre la intención del gobierno nacional de destruir lo colectivo, de impulsar el individualismo y el sálvese quien pueda. A eso pensamos cómo le oponemos vida colectiva, resistencia y organización. Y finalmente creo que otro eje fuerte que surgió fue la discusión sobre el odio que impera y los mensajes constantes de provocación que buscan instalar miedos y desazón. En ese sentido estamos convencidas de que al miedo lo conjuramos de manera colectiva, en las calles, que a la desesperanza le oponemos programas de acción y de lucha que destaquen la potencia de los movimientos feministas en el país y en el mundo. Más que nunca en este tiempo tenemos que juntarnos”.

La cita en Neuquén capital es a la tarde para marchar desde el monumento a San Martín hasta el espacio intercultural Graciela Alonso, lugar emblemático para los movimientos feministas y transfeministas de la provincia.

“Vamos a cerrar bailando para que mañana también podamos celebrar el tenernos, estar en las calles juntas y juntes. Para que celebremos la lucha colectiva”, adelanta Zurbriggen.

Mismos ánimos se sienten en el noreste. Por eso en febrero la ciudad de Posadas armó asambleas semanales y los temas se repitieron casi calcados.

La movilización que tuvo lugar
La movilización que tuvo lugar el 8 de marzo de 2022 Foto:/ COMUNICACION SENADO .

“Nos juntamos 40 organizaciones y las temáticas que debatimos fueron la crisis económica, el cierre de los comedores, de los organismos que atendían a víctimas de violencia y de los programas que llegaban al interior, la precarización de los trabajos… Si bien Misiones es una provincia chica el ajuste nos cala en los huesos y no lo vamos a permitir. Yo creo que este 8M va haber una concurrencia masiva. Creo que vamos a mostrar nuestra fuerza en las calles, que es la única manera de combatir la crueldad que viene por todos lados”, señala Gabriela Ayala, comunicadora misionera.

A la marcha de Posadas se le suman convocatorias en San Vicente, Oberá, El Dorado e Iguazú.

Igual se preparan en el noroeste argentino. Desde Tucumán comparte Soledad Deza, presidenta y fundadora de la Fundación Mujeres x Mujeres: “Acá se han hecho asambleas. La última fue en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán. Y las preocupaciones principales tienen que ver con el desmantelamiento de las políticas sociales por parte del gobierno, el impacto desproporcionado en términos de género que tienen las políticas de ajuste y achique del Estado, los discursos reaccionarios desde el gobierno en contra del derecho a decidir, y en cómo eso afecta y cómo ha develado además la falta de laicidad estatal que se expresa especialmente en los convenios firmados con la Fundación CONIN, con iglesias evangélicas y con Cáritas para sacar del medio a las organizaciones sociales”.

Este 8 de marzo los motivos para marchar sobran, insisten a lo largo y ancho del territorio. Como dicen: “Esta vez, hay que ir”.

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