El nene que se volvió viral por enseñar a tejer y lanzó una campaña solidaria para el inicio de clases

Juan Ignacio mostró su pasión en las redes sociales y su video superó las 14 millones de reproducciones. Arrancó hace siete meses, pero ya aprendió una gran variedad de puntos, y quiso compartir sus conocimientos con todos los que quieran aprender. Su mamá lo acompaña en el proyecto

Guardar

Nuevo

Tiene 9 años, y su mamá, médica neurocirujana, le enseñó los puntos básicos de tejido hace siete meses. Hoy el alumno superó a la maestra y es furor en las redes (Video: Instagram: @tejidosdejuani)

Hace menos de un mes Juan Ignacio, de 9 años, grabó un reel junto a su mamá, Natalia, donde contó que su pasión es tejer. Ese video tuvo más de 14 millones de reproducciones, y en tres semanas superó los 214.000 seguidores en Instagram. Su biasabuela era la gran tejedora de la familia, y aunque él no llegó a conocerla, quiso homenajearla y bautizó el emprendimiento con su nombre, “Tejidos Francisca”. No solo comparte sus creaciones, sino que además motiva a todos los que tengan ganas de aprender y les enseña el paso a paso de diferentes puntos. Jamás se imaginó todo lo que podía surgir a través de las redes sociales, desde inesperadas lecciones de vida, mensajes de famosos, y hasta una campaña solidaria que lo tiene muy entusiasmado. Se propuso el objetivo de tejer al menos 100 cartucheras junto a su comunidad, para donarlas a otros niños antes del inicio de las clases. “Y si le pueden poner adentro un lapicito, una goma, una birome, o lo que tengan, mejor todavía”, expresa Juani, en diálogo con Infobae.

Pasión por tejer

Madre e hijo charlan con este medio desde su casa en General Rodríguez, Provincia de Buenos Aires. Recién llegado de la colonia, después de un día de recreación y natación, otra de sus actividades preferidas, se dispone a conversar sobre su amor por el tejido. “Empecé hace casi siete meses con un ovillo y dos agujas heredadas, porque vi a mi mamá tejer un suéter y le dije que yo también quería aprender”, relata. Confiesa que al principio se frustró porque no le salía como quería, y dejó de intentar por unos días, hasta que retomó y fue un camino de ida. “Al principio no me había obsesionado tanto, pero después busqué videos por YouTube y me gustó”, cuenta Juan Ignacio.

Para su mamá fue un déjà vu cuando lo vio sentado en el sillón en plena sesión de tejido. “Él pone los puntos de una manera que a mí no me sale, y es la misma que usaba mi abuela, que no lo conoció a Juani, porque murió cinco años antes de su nacimiento”, expresa la mujer orgullosa. Muchas veces se sorprende por la creatividad de su hijo, y sobre todo de su curiosidad, que es el motor que lo inspira todo el tiempo. “No tiene celular, yo superviso la cuenta desde mi teléfono, pero sí mira videos en la tele en el living, y busca temas que le interesen; hasta hace poco era geografía, entonces nos aprendimos todos los países del mundo, las capitales, y las banderas”, comenta Natalia, que es médica neurocirujana.

Juani y su mamá, disfrutando de las vacaciones, donde también hubo tiempo para proyectos de tejido (Fotos: Instagram @tejidosdejuani)
Juani y su mamá, disfrutando de las vacaciones, donde también hubo tiempo para proyectos de tejido (Fotos: Instagram @tejidosdejuani)

En plena época electoral el niño quiso saber cuántos presidentes hubo en la Argentina, y nuevamente recurrió a un video explicativo. “Averiguó cuánto tiempo gobernó cada uno, cuántos votos tuvieron, cuánto era el electorado y el porcentaje de ese momento; y también buscó información sobre la crisis económica del 2001″, revela su mamá. Sin embargo, cuando descubrió el universo de las lanas, superó todo interés previo, y se convirtió en su actividad de todos los días. “Lo combino con otras actividades, siempre en algún momento estoy tejiendo, porque es importante practicar, y por ahí estoy mirando un video de tejido para ver ideas, al mismo tiempo que avanzo con el proyecto con el que esté”, explica el protagonista de los clips que se viralizaron.

En su galería de reels ya hay varios capítulos para todos los que quieran aprender: desde montaje de puntos, el punto santa clara, jersey, cierre de puntos, punto elástico dos y dos, medio punto en crochet, punto garbanzo, punto vareta, punto elástico uno y uno, y punta trenza un cruce. “Le sale muy naturalmente enseñar, lo hace con todo el amor y cariño; yo lo grabo, él habla con toda su parsimonia, tranquilo y con paciencia, y después yo voy cortando partes para hacer el video, con la ayuda de la hermana, Paz; cada uno está en su etapa de vida y la idea es que esto lo hagamos cuando podemos y tenemos ganas”, revela Natalia. Su hija mayor, de 12 años, es la que tiene más nociones de edición, y la que más la guía con los videos. Así se convirtió en un emprendimiento en el que participa toda la familia.

Los proyectos de Juani

Una de las primeras creaciones de su autoría que compartió fue un suéter blanco que le hizo a su mamá, en punto garbanzo, y ahora está haciendo el mismo en negro. “Lo hice en dos semanas, dedicándole un poco todos los días”, confiesa el tejedor. También quiere hacerle un pulóver oversize a su tía, y está empezando un chaleco para él. “Ya me hice un montón de cosas, dos manguitas, dos bufandas, un cuellito, y un gorro tipo piluso”, enumera, y dice que le gusta más tejer con lana que con hilo.

Las prendas que tejió Juani: un suéter blanco para su mamá, un pulóver en proceso para su tía, y otro más para su madre
Las prendas que tejió Juani: un suéter blanco para su mamá, un pulóver en proceso para su tía, y otro más para su madre

Desde que empezaron a llover los miles de seguidores, muchos le consultaron si tiene prendas a la venta, pero por el momento está concentrado en compartir sus conocimientos. “Por ahora a pedido no hago, yo hago una prenda que me gusta y después si quiero la puedo poner a la venta, pero todavía no pusimos ninguna; solo estoy mostrando lo que voy creando y les cuento cómo se hace para que otros puedan aprender”, explica. En todo momento cuenta con el apoyo de su mamá, y es algo que charlaron mucho antes de tomar la decisión de abrir una cuenta pública. “Él es un niño y hace cosas acorde a su edad, juega, tiene sus actividades, va a la escuela, y cuando quiere agarra el tejido, no es un trabajo”, indica.

Fue durante las vacaciones que surgió la idea de volcar en las redes el emprendimiento, después de que muchas personas le dijeran que tenía que compartirlo con el mundo. “Me pidió tener un Instagram, y acordamos que yo iba a administrar la cuenta, por eso hicimos un reel juntos, para que sepan que hay una mamá atrás, que apoya y acompaña, y cuando le llegan consultas yo se las leo y después voy respondiendo; a veces no estoy con él y si es algo básico respondo, pero sino tengo que esperar a llegar a casa para preguntarle, porque claramente el alumno superó al maestro con creces”, admite con humor la mamá.

"El punto santa clara, también llamado punto bobo, es el primer punto que me enseñó mi mamá cuando quise aprender a tejer, y también fue el primer punto que la abuela Francisca le enseñó a mi mamá", cuenta el niño de 9 años (Video: Instagram @tejidosdejuani)

Rememora los tiempos en que ella aprendió junto a su abuela, con revistas que todavía conserva, y son las mismas que le mostró a su hijo en las primeras lecciones. “Antes era lo único que había, pero no se entendían bien, y si tenías una duda capaz te trababas por dos semanas hasta que descubrías cómo resolverlo; ahora hay muchos tutoriales; así él descubrió un mundo de puntos que a mí no me salen, como el punto estrella, que a mí me resulta muy complicado”, detalla.

Como esta pasión es reciente, Juani no había llevado el tejido a la escuela, y aunque le había contado a algunos compañeros que estaba aprendiendo, muchos se sorprendieron cuando vieron los videos. “Sabían que él tejía, pero no cómo tejía, entonces me mandaron mensajes varios amigos felicitándome, y sobre todo las mamás de mis amigos”, cuenta el niño, que pasó a quinto grado. Una de las materias que más le gusta es matemática, y asegura que la aplica a la hora de tejer, porque para saber qué cantidad de puntos hacer para una prenda, primero hay que tomar medidas y después hacer una regla de tres simple para llegar al número indicado.

Su proyecto más reciente es el “reto de cartucheras solidarias”, que consiste en tejer un rectángulo de aproximadamente 22 centímetros de ancho y 30 centímetros de alto, que luego se dobla con una solapa. “Se pueden hacer a dos agujas o al crochet, ojalá lleguemos a juntar 100, que es el objetivo, y si lo superamos mucho mejor, así mas niños tienen cartuchera”, comenta con entusiasmo. Además de ser un detalle único, porque se trata de una artesanía que será hecha especialmente para cada alumno que necesite una, es una manera de volcar su vocación social hacia un público masivo.

Una de las cartucheras solidarias que tejió Juani, y le enseñó a sus seguidores cómo hacerla para alcanzar el objetivo de donar 100 para el inicio de clases
Una de las cartucheras solidarias que tejió Juani, y le enseñó a sus seguidores cómo hacerla para alcanzar el objetivo de donar 100 para el inicio de clases

Todavía no llegó ninguna cartuchera, nos han mandado fotos de que están en proceso, pero todavía no tenemos ninguna. Tampoco conseguimos alguien que nos done útiles, y la idea es mandar 24 cartucheras a la provincia de Santa Fe, que ya nos comprometimos con una escuela”, confiesa Natalia. Para todos aquellos que quieran acercar su creación y algunos útiles, hay varios puntos de entrega disponibles: en Villa del Parque las recibe un negocio de lanas en la calle Nogoya 3176, en Belgrano un centro de estética y peluquería ubicada en Moldes 1924, y en Provincia de Buenos Aires pueden llevarlas a la Radio Municipal, en la calle 2 de Abril 756.

Así como pasó en su debut en las redes sociales, anhelan que este desafío se viralice para que empiecen a llegar las cartucheras. En su primer video recibió comentarios de Natalia Oreiro, Zaira Nara, Jimena Barón y María Becerra, e incluso intercambió agradecimientos. Sin embargo, hay alguien más que Juani admira profundamente, y es su ídola desde hace tiempo. “Amo a Moria Casán, a mí siempre me gustó su personalidad, porque no le importa nada lo que le diga la gente; la empecé a conocer porque veía sus peleas de ShowMatch, me gustaba mucho la manera que tenía de expresarse cuando alguien le decía algo; también hace un tiempo subió una foto en bikini y le dijeron ‘tápese señora’, y a ella no le importó, cuando les responde deja a todos sin palabras, amo eso de ella”, detalla, sobre la famosa “lengua karateca” que la caracteriza. Uno de sus mayores sueños es que La One le mande un mensaje. “Me encantaría conocerla también, me gustaría mucho”, expresa a pura alegría.

Derribar prejuicios

Cuando hacía días que había arribado a las redes, hubo un gran revuelo en la sección de comentarios, a raíz de que una señora creyó que se trataba de una niña que tejía, y muchos salieron en su defensa. “Se armó un poco de lío, y yo puse una respuesta para todos”, cuenta Natalia, que en ese momento escribió: “Juani es este nene maravilloso que le gusta mucho tejer, tiene el pelo largo y algunos se confunden pensando que es nena, pero es un varón con pelo largo; tiene mucha personalidad como se habrán dado cuenta, no pasa nada con la confusión, no discutan. Hay muy linda vibra en todos los comentarios, y tanto Juani como su familia estamos muy agradecidos por eso”.

En la provincia de Córdoba, durante el descanso familiar, siempre con las agujas y las lanas a mano
En la provincia de Córdoba, durante el descanso familiar, siempre con las agujas y las lanas a mano

También aclaró que prefieren que los comentarios malintencionados queden afuera de la cuenta, y aunque a Juani no le molestó ese mensaje, pidieron enfocarse en la gran cantidad de repercusiones positivas. De todas maneras, los propios usuarios le agradecieron al niño por romper con los estereotipos, y recalcar que “no hay actividades de nene y de nena”, porque un varón también puede amar el tejido. “A mí realmente no me afectó, porque encima esa señora no lo hizo con mala intención, después le pidió disculpas a mi mamá en privado, y cuando se confunden yo me lo tomo a modo de chiste”, comenta Juan Ignacio, y revela que se dejó crecer tres años el cabello para tenerlo tal como ahora.

“Se lo re cuida el pelo, tiene días en que se hace baños de crema, y su protector térmico”, acota su mamá, que lo mira con ternura en cada una de sus respuestas. El momento más complicado es cuando tiene que ir a la peluquería a que le corten las puntas, y Juani lo describe con humor: “El problema es que vos le decís: ‘Solo las puntitas’, y te dejan pelado”.

Otro de los mensajes que más se repitió giró en torno a la sorpresa por su edad y el interés por tejer. “Lo asocian más a las abuelas, o a gente más grande, y los descolocó que sea un niño, pero muchas señoras me contaron que cuando eran chicas sus hermanos también tejían, lo que pasa que después la sociedad hace que el varón no siga sentado tejiendo, y que se vayan afuera a jugar a la pelota”, comenta Natalia, que cuando hizo memoria recordó que mientras ella estaba aprendiendo con su abuela, uno de sus hermanos también agarró las dos agujas y practicó durante un tiempo. “Lo intentó, después se frustró, pero hay mucha gente que por ahí no lo cuenta, porque tal vez ni siquiera se les ocurría preguntar o tener esa curiosidad, como que para el varón estaba un poco prohibido o ‘no era para ellos’”, señala.

Cada punto que aprende lo comparte con sus más de 214.000 seguidores
Cada punto que aprende lo comparte con sus más de 214.000 seguidores

En medio de las reflexiones surge la idea de que tejer también es una escuela de vida. “Muchas veces hay que destejer, porque algo no salió, y es una de las cosas que Juani más hace, prepara una muestra y la desteje, y la lana tiene algo maravilloso, que es un elemento que tiene la capacidad de volver a su estado original, incluso después de haberse transformado en otra prenda completamente distinta, se puede volver a empezar”, manifiesta Natalia, y lo traslada al plano cotidiano, donde surgen desafíos y adversidades. “Esa es la impronta de nuestra familia, porque lo hemos vivido en primera persona, sabemos que se puede deshacer y volver a hacer; aprender que si algo sale mal, me puedo frustrar, pero sin perder de vista que se puede recomenzar”, agrega.

Juani cuenta que al ver las lanas que heredó de su bisabuela, notó que ella “destejía todo el tiempo”, y Natalia lo confirma, porque recuerda que era muy perfeccionista, y así tuviese un error minúsculo, lo rehacía las veces que fuera necesario. “Yo destejo también, pero no todo el tiempo, no soy tan igual a ella en eso”, asegura el niño, y cuenta que le gustaría brindar un taller de tejido en algún momento. Frente a la pregunta de qué quiere ser cuando sea grande, responde con templanza y libertad. “No sé a qué voy a dedicarme porque todavía soy muy chico”, expresa.

El niño tejedor admira a Moria Casán, y sueña con que "La One" le mande un mensaje, y algún día conocerla en persona (Fotos: Instagram @tejidosdejuani)
El niño tejedor admira a Moria Casán, y sueña con que "La One" le mande un mensaje, y algún día conocerla en persona (Fotos: Instagram @tejidosdejuani)

El tejido y su pasión por nadar conviven en la rutina diaria. Desde los 3 meses hace matronatación, y nunca paró. Ahora va a un club cerca de su casa, forma parte de un equipo y participa en muestras durante todo el año. Entrena seguido, y nada hasta 1200 metros. “Ahora que va a empezar la escuela, que va ocho horas, más los días que tiene natación, y que yo vuelvo al hospital y al consultorio, vamos a tener menos tiempo, pero igual en los ratitos que tengamos vamos a seguir grabando los videos”, acota Natalia.

Realmente toda la familia pone su granito de arena para que el emprendimiento siga creciendo. Su madre, su hermana, sus tíos, y también su papá, que le regaló una máquina para hacer tejido circular. “Con eso hice gorros, también tengo el contador de vueltas, que sirve para no perderse”, comenta Juani, y ahora le gustaría tener un ovillador. Es que son herramientas de su pasión, y está muy entusiasmado en avanzar con otros proyectos solidarios que surjan. “Lo estamos acompañando mucho, y realmente considero que es algo positivo, porque tejer tiene beneficios desde la perspectiva médica, como estar atentos a no perdernos, al mismo tiempo hacer los puntos, y son muchas cosas juntas que estimulan la parte motriz del cerebro, la parte intelectual, y la vista; todos tenemos que estimular la parte cognitiva y motora del cerebro”, recomienda la neurocirujana.

“Los niños tienen muy claro que la memoria se aprende y se fija con la repetición, y lo hacen con naturalidad, pero los grandes queremos que todo nos salgan en dos minutos, y no, primero hay que practicar bastante”, remarca. Y pone como ejemplo la gran cantidad de muestras que hace Juani antes de dominar un punto. Por momentos no puede creer todo lo que generó el video de su hijo, y la gran cantidad de mensajes que llegan, donde muchos adultos le repiten que “los llevó a su infancia”, y los motivó a volver a tejer. “Les hace acordar a sus abuelas, a un momento de la vida que es muy especial, como el de sentarse al lado de un abuelo y aprender algo, que es muy reconfortante”, celebra. Entre la ternura y la emoción, concluye: “Como toda mamá, estoy plenamente orgullosa de mis hijos”.

Guardar

Nuevo

Últimas Noticias