[El podcast “Medio siglo de periodismo” puede escucharse clickeando acá]
En 1998 un equipo del diario Clarín ganó el premio Iberoamericano de Prensa Rey de España. Alberto Amato, que formaba parte de aquel grupo de trabajo, cuenta en el episodio del podcast “Medio siglo de periodismo”, cómo fue hacer la investigación sobre “Los papeles de la Embajada” que le valieron aquel reconocimiento.
En 1997 el diario había pedido mediante la Freedom of Information Act (FOIA) documentos reservados de la diplomacia estadounidense sobre el Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 en la Argentina.
Recibieron algo más de una centena de cables y telegramas intercambiados, entre octubre de 1975 y mayo de 1976, por la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires y el Departamento de Estado del presidente Gerald Ford, que estaba en manos de Henry Kissinger. La documentación permitió explicar parte de lo sucedido en los últimos meses del gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón y en los inicios de la dictadura que encabezó Jorge Rafael Videla.
Había que procesar la información, entrevistar a los protagonistas y recrear aquellos tiempos antes de marzo de 1998: se debía publicar el contenido para el 22° aniversario del Golpe de Estado.
Alberto Amato recuerda que: “Recibimos una cantidad de material alucinante que lo primero que hicimos fue clasificarlo. Primero seleccionamos los documentos que se enviaron a traducir a una traductora profesional con la que se firmó un pacto de confidencialidad. Yo me encargué de hacer una selección previa de los documentos. Me cayó sobre las espaldas un trabajo no sólo de enorme responsabilidad y de gran gusto, sino de gran envergadura. Eran muchos documentos a leer, a traducir y a anotar”.
El equipo estaba integrado por periodistas que trabajaban en el suplemento semanal de los domingos que se llamaba Segunda Sección y luego Zona. Amato dejó sus tareas habituales para enfocarse solo en “Los papeles de la Embajada”. “Quedé separado de todo durante meses. Solo estaba con los documentos de la embajada, me los llevaba a casa. Y trabajaba en casa. Yo tenía franco los sábados y domingos, pero en aquellos tiempos iba al diario a trabajar sábados por la mañana. Primero por desesperación, por saber cada vez más y después porque tenía miedo de que no me alcanzaran los tiempos”.
La tarea no era menor. Había que analizar los documentos, descubrir qué escondían y determinar los nombres que habían sido tachados en los originales. Una vez conseguido eso había que chequear los datos que dejaban entrever los cables con fuentes argentinas y extranjeras para el trabajo periodístico excediera la información que proporcionaban los documentos. Aquel hallazgo de documentación permitió analizar cómo se gestó el Golpe contra el gobierno de Isabel Perón y la llegada al poder del dictador Jorge Rafael Videla.
Cuando se conoció que aquella producción periodística había ganado el Premio Rey de España en Clarín se explicó: “En esencia, los papeles de la Embajada dejaban en claro que los Estados Unidos sabían, al menos con un mes de anticipación, que el golpe militar sería sangriento, que sus responsables afrontarían problemas por violaciones a los derechos humanos, que el presidente de facto sería Videla, que el gabinete estaría integrado por militares con excepción del ministro de Economía, que el Congreso sería disuelto, que la presidente sería apresada y retenida en la Argentina y que los partidos políticos se opondrían al golpe hasta último momento. En suma, los papeles de la Embajada describían la anatomía de un golpe de Estado”.
En el décimo episodio del podcast “Medio siglo de periodismo” Alberto Amato recuerda cómo fue que confirmó una de las informaciones más relevantes y contundentes de las halladas en los documentos y también cómo fue el encuentro en persona con el Rey Juan Carlos de España quien les entregó la distinción.