Soñé con el hallazgo

El Neptune se estrelló el 15 de septiembre de 1976. Cuarenta y ocho años después, encontraron restos en la playa de la isla Livingston, cercana al lugar del accidente. En esta nota, el relato en primera persona del nieto de una de las víctimas

Carlos Migliardo murió en el accidente del avión Neptune en 1976

Desde que tengo uso de razón quise saber qué había pasado con mi abuelo Carlos. Crecí escuchando historias sobre él. Recuerdo a mi abuela contándome cómo se habían conocido, se habían enamorado y habían construido su vida juntos. Tuvieron tres hijos, dos varones y una mujer, mi mamá, Graciela. Todos sufrieron la terrible pérdida.

De chico, todo lo que recuerdo es que no podía entender por qué faltaba él en la familia. ¿A dónde se había ido? ¿Dónde estaba? Su memoria parecía tan lejana y con tan pocas respuestas. Nunca escuché su voz; nunca pude ver un video. Lo único que me quedó de él fueron algunas pocas fotos impresas.

Una imagen del Neptune en vuelo (imagen restaurada y colorizada por Guido Meretta)

Un 15 de septiembre de 1976, mi abuelo se subió en la base de Río Grande, a las 08:39hs, en el avión Neptune 2P-103 junto con nueve colegas: Arnaldo Mario Mutto (Capitán de Corbeta); Miguel Angel Berraz (Teniente de Navío); Claudio María Cabut (Teniente de Corbeta); Nelson Dario Villagra (Suboficial Segundo); Remberto Eberto Brizuela (Suboficial Segundo); Juan Aurelio Noto (Suboficial Segundo); Carlos Omar Campastri (Cabo Principal); Jesús Oscar Arroyo (Cabo Principal) y Benjamín Pablo Scesa (Cabo Primero). También viajaba a bordo Rodolfo Rivarola, director del Canal 13, Río Grande Tierra del Fuego. La tripulación se dirigía hacia la Antártida Argentina.

Pasaron 48 años y los familiares de las víctimas no tuvimos más noticias. Tanto el avión como sus tripulantes quedaron sepultados en la nieve.

Un trozo del Neptune en el que se ve el sol de la bandera argentina

En el comienzo de este año 2024, viví un suceso sorprendente. Durante varios días al irme a dormir, soñaba con partes de un avión emergiendo de una montaña helada. Las imágenes eran muy lúcidas, muy reales. Soñaba también con la figura de mi abuelo presente en la montaña. Todo esto me llevó a pensar que, de alguna manera, había un mensaje que se estaba queriendo transmitir. No entendía qué, fue una intuición, pero sentí que tenía que investigar más al respecto.

Se lo comenté a mi mamá y nos contactamos con la Armada Argentina. Pasó tan solo un mes desde que soñé con el Neptune varios días. Fue entonces que el 1° de febrero, el contraalmirante Marcelo Tarapow de la Armada, se contactó con nosotros. La noticia menos esperada llegó: encontraron pedazos del avión en el que viajaba mi abuelo.

Como si fuese un gran rompecabezas del destino, pude contactarme con Tarapow y escuchar por qué para él también había sido tan importante este descubrimiento. Marcelo es hijo del fallecido marino Teniente de Navío Anatol Juan Tarapow. Anatol era compañero de mi abuelo y del capitán Mutto, y da la coincidencia de que su cumpleaños era el día 15 de septiembre.

Marcelo recuerda, como una película que jamás pudo olvidar, el estar festejando junto a su familia en su hogar, que haya sonado el teléfono, y la cara de su padre cambiando para siempre ese día. Anatol suspendió su festejo. No solo eso, Marcelo iba a la escuela primaria con el hijo de Mutto, y nunca pudo olvidar la ausencia de su par durante esos días en el aula.

Ojalá algún día tenga la oportunidad de conocer la Isla Livingston y rendir homenaje presencialmente a tu memoria y la de todos los caídos, abuelo. Hoy, espero que la luz que los ha logrado iluminar luego de 48 largos años les permita descansar en paz, sabiendo que sus familias los recordamos con honor, orgullo

* Guido Meretta es nieto de Carlos Migliardo, una de las víctimas del avión de la Armada Argentina que se estrelló en una isla cercana a la Antártida el 15 de septiembre de 1976, cuyos restos fueron hallados recientemente.