Este fin de semana se viralizó un video donde un médico del Hospital Argerich mantuvo un acalorado diálogo con una decena pacientes bonaerenses que se presentaron en la guardia y se quejaban de la lentitud en la atención.
“Hace cuatro horas que estamos”, se la escucha decir a una señora. El médico, completamente desbordado por las recriminaciones, empieza a preguntarles desde dónde venían para atenderse. “Yo vengo de La Plata”, dice otra de ellas. “De Florencio Varela”, “De acá de Zapiola”, “De Aldo Bonzi”, “De Avellaneda”, continuaron diciendo los presentes.
Al advertir esas respuestas, el médico fue contundente en su descargo: “Ninguno viene de La Boca. Yo acá atiendo y tengo una capacidad de recursos para pacientes de la Capital Federal, especialmente de La Boca. Por eso estoy sobrepasado de trabajo. Todo el mundo viene para acá”
“Yo atiendo a quiénes puedo atender porque este hospital de oncología se lavó las manos”, arremetió el médico en alusión a una paciente de IOMA que se presentó en ese hospital porteño. “El de Avellaneda también se lavó las manos”, agregó.
“Así que espérenme un ratito y ya los voy a atender”, se excusó el cirujano.
Hacia el final del video, cuando el médico continúa esgrimiendo los motivos por los cuales se demoraba la atención, las personas le reprochaban que nadie les había informado que estaban sobrepasados en la capacidad de la guardia.
“Espérenme porque otra no hay y la camilla cucheta todavía no la inventaron. Les pido un ratito y los voy a atender”, respondió el médico antes de volver a su consultorio
“Entonces, ¿cuatro horas más?”, le contestó ofuscada una mujer. “O cinco...”, redobló la apuesta el médico mientras se dirigía a su lugar de trabajo. “¡Sos un atrevido!”, le gritó indignada otra de las mujeres, quien luego amenazó con “quemar todo”.
Fuentes oficiales del gobierno porteño explicaron a Infobae que este tipo de situaciones no son nuevas. De hecho, el Ministerio de Salud trabaja en el fortalecimiento de la atención primaria a través de los Centros de Salud y Acción Comunitaria (SESAC) para que los vecinos se atiendan en los barrios con sus médicos de cabecera y no en los hospitales públicos. “Imágenes como las del video son las que justamente queremos evitar, que se colapsen las guardias”, explicaron.
Históricamente el uso de salud pública en la ciudad es 60/40. Un 60% son porteños y el 40% de otras localidades, la gran mayoría del conurbano bonaerense. Ese índice se mantiene relativamente estable hace varios años aunque las autoridades sanitarias porteñas están atentas porque creen que la demanda de personas de otras provincias podría aumentar en virtud de la situación económica.
La diputada nacional y ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal compartió ese video y tuiteó: “Estas son las consecuencias del abandono de la salud pública en la Provincia de Buenos Aires: los hospitales de CABA colapsados y el personal de salud exhausto. La incapacidad de Axel Kicillof la pagan todos, bonaerenses y porteños”.
Por su parte, la legisladora porteña Graciela Ocaña añadió: “Necesitamos que el Gobernador Kicilof se haga cargo de su obligación de brindar salud a los vecinos de la Pcia y garantizar el funcionamiento del IOMA”
Y puso como ejemplo que si bien la Ciudad tiene una infraestructura sanitaria que puede ayudar a resolver la emergencia, “la Provincia debe pagar las atención de sus vecinos a la Ciudad” porque ese dinero “debe servir para mejores salarios de los trabajadores de la salud y mejorar el sistema”.