“Yo sentía que quería conocerlos más, pero no sabía cómo generar la situación para lograrlo”, confiesa Lucas Padilla. Miembro de una numerosa familia, el joven de 46 años, al igual que su hermano Nano, siempre tuvo el deseo de poder acercarse más a sus seres queridos.
“Solíamos conversar sobre el famoso dicho popular, ‘somos pocos y nos conocemos mucho’. En nuestro caso, podría ser más bien somos muchos y nos conocemos poco”. A raíz de esta inquietud, fue cómo surgió Momentos Ganados, un juego que busca ir más allá de la charla cotidiana e involucrarse con mayor profundidad en lo que al otro le pasa, y descubrir sus intereses y vivencias.
Lucas es el noveno de los once hermanos Padilla, seis mujeres y cinco varones. Es profesor de Filosofía y orientador familiar. Con Nano, el sexto de ellos, siempre tuvo una relación de cercanía y amistad. Ambos compartían el amor por el fútbol, a pesar de ser el primero de Boca y el segundo de River. A su vez, jugaban juntos a la pelota en diferentes torneos, ya sea como rivales o en el mismo equipo.
En 2015 llegó el momento que nadie se esperaba, una dura noticia que retumbó en todo el círculo familiar: Nano había sido diagnosticado con cáncer. “Fue una bomba, pero él, desde esa primera vez que nos contó, nos transmitió una gran confianza”, explica el filósofo, quien lo recuerda como una persona llena de alegría y paz.
A medida que pasaban los días, el sexto hermano encontró sentido ante el misterio de su enfermedad y develó una posible misión de la que él era responsable, “ayudar a sus amigos y familiares a valorar la vida, no perder el tiempo y ganar la mayor cantidad de momentos que fortalezcan los vínculos de amor y servicio”.
Los estudios, las visitas médicas y los tratamientos, se hicieron cada vez más recurrentes a lo largo del tiempo. Una noche fría de agosto, Lucas, quien lo acompañaba al Hospital Alemán mientras él estaba internado, empezó a cranear el futuro juego con tan sólo papel y una birome. Al otro día, mientras sonaba la canción Coming Back to Life de Pink Floyd, le mostró su idea y recibió su visto bueno para seguir adelante con el proyecto.
El nombre Momentos Ganados se lo deben a Pancho, un amigo entrañable de Nano, quien le otorga a aquella expresión una filosofía de vida, “una forma de encararla que consiste en estar presentes en el presente y vivir lo que la vida nos ofrece, estando atentos a no dejar pasar lo que se está viviendo”.
El juego de mesa cuenta con tarjetas divididas en siete categorías (Música para mis oídos, De Película, ¿Lo pasado, pisado?, Sabiduría Popular, En la vida hay que elegir, Ramos Generales y Calentando Motores). Las consignas y preguntas van desde cuestiones más profundas como “La enseñanza que más valorás haber recibido” o “Alguien que consideres un ejemplo para vos”, hasta algo simple como “¿Cuál es tu rutina de todos los días?”.
Tal como describe su creador, “el objetivo, entonces, no es llegar primero a una meta en el tablero, sino, simplemente, compartir un tiempo de charla linda, agradable, sincera, enriquecedora. Que pueda abrir incluso a nuevos encuentros, tal vez ya sin la necesidad de tener el “juego” como excusa”.
Luego de cuatro arduos años, el 26 de agosto de 2019 la batalla de Nano contra el cáncer llegó a su fin. A pesar de su muerte, dejó a sus familiares una importante lección.
“El modo en cómo vivió su enfermedad, con optimismo, esperanza y aceptación, buscándole un sentido y una misión, me enseñó mucho. Me enseñó a valorar la vida como viene y a procurar vivirla despierto. También nos ayudó entre nosotros, sus hermanos, a estar más unidos y atentos”, reflexiona Lucas.
Tres meses después del fallecimiento de Nano, los Padilla jugaron por primera vez a aquello que Lucas había creado con tanta dedicación y entusiasmo. Había llegado el momento de que los hermanos abrieran sus corazones. Los llantos, las risas, los silencios y los abrazos fueron protagonistas del encuentro, “sin duda, fue un GRAN momento ganado”.
Hoy, lo que empezó tan sólo como un pensamiento inspirado en una historia familiar, se transformó en una realidad que logró llegar a un nuevo público: equipos de trabajo, colegios, hasta incluso clubes deportivos. Pasó de ser una producción totalmente casera hecha con cartulinas, dados y cartas a ser un juego de mesa que ya tiene su segunda edición, una cuenta de Instagram con más de 4.000 seguidores, @momentosganados, y está a la venta en Argentina y otros lugares del mundo.
Muy contento por el camino recorrido, Lucas remarca, " la vida es un regalo y no hay competencia posible a la hora de vivir, porque toda vida es valiosa y compartirla nos enriquece”. A través de Momentos Ganados, el espíritu y el legado de Nano siguen más presentes que nunca.