La emblemática rambla de Mar del Plata, declarada Monumento Histórico Nacional en el año 1999, fue y sigue siendo el epicentro de momentos significativos para los habitantes de La Feliz. Esta temporada, como sucede cada verano, el lugar funciona como un escenario costero argentino, donde distintos artistas ofrecen sus espectáculos.
La mayoría llega a fines de diciembre y se quedan hasta Semana Santa. Hay humoristas, cantantes, bailarines e imitadores. Trabajan “a la gorra“ y, los que ya llevan décadas de trayectoria, lo hacen frente a las escalinatas, donde locales y turistas se ubican, como si fueran las butacas de un teatro. El horario de los shows depende del pronóstico. Si está caluroso comienzan con la puesta del sol; caso contrario, se adelantan.
A Gonzalo Martínez le lleva unas dos horas prepararse para su performance. El resultado es impresionante: se convierte en el clon de Michael Jackson. Además del parecido en el aspecto (que logra a base de vestuario, maquillaje y productos para el cabello) Martínez imita a la perfección la caminata lunar de “El Rey del Pop”. El público lo celebra: mientras él baila al compás del hit Billie Jean, desde las escalinatas lo acompañan con aplausos y gritos.
Gonzalo es de la localidad bonaerense de Quilmes, tiene 39 años y lleva más de quince imitando al rey del pop. Llegó a La Feliz el 31 de diciembre y, desde entonces, se impone en la rambla como una novedad. Aparte de Billie Jean, interpreta Smooth Criminal y Thriller. Para cada tema tiene un outfit diferente, idéntico al que usaba su ídolo.
“Este es el primer año que vengo a Mar del Plata. Acá, en la rambla, hago dos shows por día: 17.30 y 19.30. Después a las 21 sumo uno más en la peatonal. Vivo de esto″, explica a Infobae y pide dejar su cuenta de Instagram (@gonzalomartinezmj), para difundir su trabajo.
Folclore
“El que tenga ganas de salir a bailar, que salga”, alienta a la tribuna Magdalena Palavecino, a la par que entona una chacarera. La mujer, cabeza del espectáculo de Hugo César Artaza, lleva más de tres décadas cantando junto al famoso “Tucumano de La Rambla” que, además, es su marido.
Mientras ella despliega su voz, una dupla de bailarines derrocha talento frente al público. Son Cristian y Anahí (también están Ana María y Juan Carlos) y forman parte del show. Al rato, un grupo de mujeres de Chascomús se suma desde la tribuna a improvisar unos pasos. Pero no es lo más común: la mayoría de las personas se queda sentada disfrutando del show, entre mates y reposeras. “Antes bailaba. Ahora ya no me dan las piernas”, dice a este medio una mujer de La Plata.
“A mí me encanta que, además, bailen los espectadores. Yo siempre le digo a la gente: ‘Si ustedes tiene ganas de bailar, bailen. No piensen en el qué dirán’. Hace falta divertirse y socializar un poco más. Por eso, a veces también les pido que se saluden. No sabés los amigos que se han hecho, ¡las parejas que se han armado!”, asegura Magdalena en charla con Infobae.
Y agrega: “Nosotros estamos acá todos los días y, cada tarde, se renuevan las energías. No importa si canto siempre el mismo tema: hay un condimento nuevo y especial que lo aporta el público. Esa es la diferencia con un teatro. El contacto directo con la gente es maravilloso”.
A dúo
Roberto Ávila y Diego Tolosa son otros de los artistas que cantan a la gorra en la rambla marplatense. Uno es de General Belgrano, provincia de Buenos Aires; el otro, que además pone la voz, es de Santiago del Estero. Juntos dan un show con un repertorio de “música de todo el mundo”, desde hace 21 años.
“Llegamos el 8 de diciembre y nos quedamos hasta que termine Semana Santa. Tocamos todos los días. Arrancamos entre las 19.30 a 19.45, pero el clima tiene mucho que ver. Si hay viento por ahí terminamos antes. Si la noche está linda, como hoy, por ahí son las 00:30 y todavía estamos tocando”, explica Roberto a Infobae.
Y sigue: “Yo pasé por varios lugares de la rambla hasta tener la la posibilidad de estar en la escalera, que es un lugar muy codiciado, porque la gente está sentada y disfruta de un espectáculo totalmente gratuito. Este es un show muy familiar. Hacemos música de todo el mundo: chamamé, folclore, samba, gato, chacarera, cumbia, rocanrol, música clásica, música paraguaya... Mantenerse durante 20 años no es nada fácil, pero gracias a Dios nos sigue muchísima gente”.
Según Roberto, tocar y cantar en la rambla tiene ese “no sé qué”. “Hay muy buenos espectáculos y, sobre todo, mucha oferta. Encontrás humor, cumbia, folclore, karaoke... Y, hoy por hoy, en la situación crítica que está atravesando nuestro querido país, la gente busca no gastar. Entonces vienen a ver los shows gratuitos de la rambla. Y acá siempre estamos nosotros: somos trabajadores del pueblo”, se despide.
Fotos/Christian Heit.