La emotiva inauguración de un monumento que rinde homenaje a los 25 bomberos que murieron en Puerto Madryn hace 30 años

La obra “Gloria a las Víctimas del Viento y el Fuego” fue trasladada desde el Mercado Central de Buenos Aires al barrio Mapu Ngefu, en las afueras de Puerto Madryn. La pieza recuperada del abandono y el deterioro fue reinaugurada el día en que se cumplen tres décadas de la mayor tragedia del sistema nacional de Bomberos Voluntarios de la Argentina

La obra fue realizada por la artista plástica Esther Baruel en marzo de 1994 y en 2018 recién se iniciaron las gestiones para instalarla en Puerto Madryn

El 21 de enero de 1994 murieron 25 bomberos voluntarios en Puerto Madryn, provincia de Chubut. Pasaron treinta años de una de las tragedias civiles más impactantes de la historia argentina. Se realizó, este domingo por la mañana, un acto homenaje en Plaza San Martín, del centro del casco urbano, con presencia de autoridades municipales, provinciales y nacionales. La conmemoración continuó en el Barrio Mapu Ngefu, en las afueras de la ciudad, ubicado frente al aeropuerto El Tehuelche. Allí, a las once y media de la mañana, se inauguró el monumento “Gloria a las Víctimas del Viento y el Fuego”, en una jornada cargada de emoción. Y finalizó en el panteón del cementerio local con una formación de efectivos en homenaje a los caídos, ofrendas florales y el responso a cargo de un sacerdote local.

Desde el Consejo de Federaciones de Bomberos Voluntarios de la República Argentina, escribieron que esa tragedia, la mayor que experimentó el sistema nacional de Bomberos Voluntarios del país, marcó un punto de inflexión en la dirigencia nacional: “Fue un llamado de atención y de toma de conciencia de las condiciones de trabajo de los bomberos voluntarios y de la necesidad de extremar las medidas de seguridad y fortalecer la capacitación en el abordaje de emergencias. La búsqueda constante del profesionalismo y mejoras continuas en la formación y preparación de los Bomberos Voluntarios son la mejor manera de honrar y recordar todos los días a los 25 Bomberos de Madryn”.

Según la pericia policial, firmada por los comisarios Evaristo León y Antonio Ruscelli y el subcomisario Guillermo Schanz, que fue entregada a la justicia el 2 de febrero de 1994, el incendio se había iniciado al mediodía, en las inmediaciones de una ermita ubicada junto a la ruta 3, a quince kilómetros de Puerto Madryn y a metros de la rotonda sur del acceso a la ciudad. El fuego, acompañado por los vientos, el calor, el verano seco y la vegetación, prendió rápido y avanzó sobre los campos.

Una ofrenda floral en el monumento del Bombero Alado en el corazón de la ciudad chubutense

“Hacía cinco años que no pasaba ningún inspector de Defensa Civil para ver cómo trabajaba el cuartel. Está el libro de actas… Nadie se preocupaba, sonaba la sirena y los chicos iban y se metían, algunos salían a apagar los incendios en alpargatas. Ese día varios estaban en la playa y fueron en short y ojotas, y así los encontraron”, dijo Nicolina Ivanoff, madre de Alicia Giúdice, quien ese día no pudo salir de la trampa del incendio. Entre las 25 víctimas, once eran menores de edad: Paola Romero, de 17 años; Juan Manuel Passerini y Ramiro Cabrera, de 16; Lorena Jones, Alejandra López, Néstor Danco y Juan Moccio, de 15; Cristian Zárate, de 14; Mauricio Arcajo y Carlos Hegui, de 12; y el más pequeño, Marcelo Miranda, de apenas 11.

Cada 21 de enero, desde entonces, se conmemora el “Día del Mártir Bombero Voluntario”. Este último 21 de enero, se colocó una placa en el monumento al Bombero Alado en el centro de la ciudad, y se cumplió el compromiso del año pasado: trasladar la instalación “Gloria a las Víctimas del Viento y el Fuego” al barrio que acuñó en sus calles el nombre de los héroes fallecidos. La obra realizada por la artista plástica Esther Baruel en marzo del año 1994 se había emplazado en el predio del Mercado Central de Buenos Aires.

“Este fue un desafío personal, al visitar el Mercado Central y ver el deterioro de este maravilloso monumento, que fue creado solo para nuestros hijos, hermanos y amigos. Fue un dolor en el medio del hecho y sentir que la sociedad se estaba olvidando de ellos. Fue como meta personal y después volcada en cada uno de los familiares que firmaron la nota pidiendo que sea reconocido este lugar para poder traerlo. Me siento orgullosa y junto con todos los familiares que estén acá presente de que este monumento esté aquí con nosotros”, dijo Miriam Battistesa, casada con Daniel Zárate -que ese día combatió el incendio- y cuñada de dos víctimas, Juan Carlos y Cristian, que tenía apenas 14 años.

La placa conmemorativa que honra la memoria de los 25 caídos

La obra sufrió vandalismo, se sustrajeron las placas conmemorativas y su sistema de emplazamiento en la plaza Pablo Mamani del Mercado Central. Se pensó trasladar a la ciudad para darle el valor que se merece: la decisión fue tomada junto al intendente Gustavo Sastre a partir de la inquietud planteada por familiares. Las gestiones comenzaron en 2018 y cuatro años después se logró la cesión de la obra en carácter de comodato.

El viento está representado por las líneas oblicuas. El fuego y el humo, por volutas y rulos. Todos los espirales giran hacia abajo. En la parte superior, 25 círculos huecos por los que se filtra la luz dan testimonio de los 25 caídos. “Solo pedimos que no se olviden de ellos, que cada 21 de enero seamos más los que estemos recordándolos. Fue lo que me pidió mi suegra, que me pasó la posta antes de fallecer. Ahora eran míos y van a seguir siendo míos”, dijo la mujer, una de las personas que tomó el micrófono durante el acto conmemorativo.

También habló la sargento Paola Balistreri, secretaria de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Puerto Madryn. “Un día como hoy hace treinta años cambiaba radicalmente la historia de nuestra institución. 25 compañeros, jóvenes bomberos voluntarios, se transformaron en luz que día a día resplandece e ilumina nuestro camino. Hoy deseamos compartir una palabra: resiliencia, palabra que hace alusión a la adaptación frente a la adversidad. Todos podemos ser resilientes, todos podemos aprender a serlo”, dijo.

“Cuando ya no podemos cambiar una solución, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos. Con esta premisa, a lo largo del año pasado y esperando tener la continuidad en el tiempo, hemos podido concretar encuentros, con el fin de mejorar nuestro vínculo entre la familia y la asociación. Hemos compartido momentos de angustia, de enojo, de emotividad, de alegría y de recuerdos, valorando cada sentimiento que hemos podido atravesar, construyendo juntos una nueva etapa de la que estamos agradecidos, de este tiempo compartido que nos ha permitido acercarnos a padres, madres, hermanas, hermanos y de hijos de nuestros compañeros, motivados en que su memoria y recuerdo permanezca siempre presente, de generación en generación. Memoria y honor”, concluyó su discurso. Un grupo local cerró la inauguración del monumento cantando una canción de Jaime Ross: Si me voy antes que vos.