La muerte de la nutricionista y profesora de educación Física, Florencia Yturrioz, todavía se encuentra bajo investigación de la Justicia marplatense, en un expediente por averiguación de causales que tramita en la Fiscalía N°4, a cargo de Fernando Berlingeri. Este miércoles, el funcionario recibió a un testigo clave que estuvo con la víctima horas antes de su deceso en una playa cerca del Torreón del Monje. Dijo que “estaba hiperactiva y con verborragia”.
Aunque el caso se dio conocer el martes a la noche, la joven de 26 años oriunda de La Plata falleció el pasado domingo 14 de enero. La autopsia reveló que murió como consecuencia de una insuficiencia respiratoria que podría ser consecuente o posterior a una intoxicación por ingesta de drogas.
A casi cinco días del trágico episodio, los investigadores ya lograron reconstruir cómo fueron los momentos previos al fallecimiento de la nutricionista, quien vacacionaba junto a sus amigas en Mar del Plata. De acuerdo con la línea de tiempo trazada por el fiscal Berlingeri, todo comenzó el sábado 13 de enero cuando las jóvenes fueron a una fiesta de música electrónica en el reconocido balneario MUTE, ubicado cerca de la zona del Faro.
Al salir del lugar, el grupo se dirigió al departamento que habían alquilado en la avenida Colón al 1426, a entre Alsina y Olavarría. Al llegar, a las 7.30 am del domingo 14, Florencia decidió no quedarse en el lugar: quería continuar la salida. Diez minutos después, la nutricionista salió del edificio, se dirigió a una panadería (ubicada a metros del lugar, sobre avenida Colón) y le preguntó a un grupo de chicos que estaban en el local si sabían de algún “After”.
El grupo le dijo que no sabía de ninguno, pero la invitó a tomar mate. Eran varios: chicos y chicas. Fueron a playa Las Toscas, donde estuvieron casi tres horas. En ese lapso de tiempo, de acuerdo al testimonio de un testigo clave, que se presentó este miércoles ante el fiscal Berlingeri de manera espontánea, no vio a Florencia ingerir ningún tipo de sustancia. Solo tomó agua.
El testigo que, además aportó fotos y videos de ese momento, también describió el comportamiento de la joven aquel domingo a la mañana. Dijo que “se movía todo el tiempo” y que “bailaba y revoleaba los brazos para todos lados”. “Estaba hiperactiva y con verborragia”, aseguró, según confiaron fuentes de la investigación a Infobae. Esas mismas fuentes también agregaron que se le tomó testimonial a un guardavidas que estaba en esa playa. El hombre aseguró recodar al grupo y a Florencia. Contó que los vio con mate, facturas y escuchando música. Al igual que el otro testigo destacó que la joven estaba “hiperactiva”.
Alrededor de las 10.40, la nutricionista emprendió la vuelta. Llegó al departamento descompuesta. Asustadas, sus amigas llamaron a emergencias. De inmediato, una ambulancia del SAME la trasladó al Hospital Interzonal General de Agudos, donde ingresó a las 12.18 con fuertes convulsiones.
Según consta en la historia clínica, los médicos debieron asistirla de manera mecánica para que pudiera respirar. Los análisis revelaron que Florencia tenía anfetamina y metanfetamina en sangre. “Es sabido que la metanfetamina es el principal ingrediente que tienen las pastillas de éxtasis. Aun así, no se puede suponer nada hasta que no estén los resultados de los estudios toxicológicos, que van a demorar unas semanas”, explicó a este medio una fuente del caso.
Luego de que se confirmó el deceso de Florencia, su familia dijo a los medios platenses que, para ellos, alguien la había engañado, colocándole alguna sustancia en la bebida. Pero esa hipótesis no prosperó.
Fuentes del caso confiaron a Infobae que todo indicaría que hubo un consumo y que se trató de un acto privado de la víctima. La línea de investigación apunta a encontrar al proveedor o vendedor de las sustancias. Para eso, el fiscal se encuentra analizando cámaras de seguridad junto a personal del Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) de Mar del Plata.
Vale destacar que, el sábado 13 en MUTE fue una noche “normal”. Un informe del equipo médico del lugar dio cuenta que no hubo ningún episodio fuera de lo común en las atenciones.
Florencia tenía 26 años recién cumplidos. Se había recibido hace casi dos de nutricionista clínica y deportiva con el aval del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires. Además de atender a sus pacientes, también se desempeñaba como influencer en el rubro y daba consejos a sus seguidores de Instagram, interesados en cambiar sus hábitos alimenticios.
Desde el domingo, las redes dieron cuenta de la conmoción que causó su muerte, con decenas de mensajes de amigos, alumnos y allegados. Su novio, Santiago Fernández, la despidió: “Volá alto, amor”. Y cerró: “Mandános mucha fuerza y guíanos en este nuevo camino. Te vamos a extrañar mucho, te voy a recordar así como en las fotos. Brilla y guíanos mi ángel”.