En la provincia de Corrientes, las consecuencias de las lluvias no dan respiro. Una de las áreas más perjudicadas por las inundaciones fue Perugorria, un pequeño pueblo situado en el departamento de Curuzú Cuatiá. A unos 23 kilómetros de allí, se encuentra la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) Pejú Porá en el paraje Paso Tala, donde en los últimos días cayeron más de 400 milímetros de agua en pocas horas. Las precipitaciones no sólo causaron estragos en la institución, sino también en los campos y viviendas de todos los habitantes de la zona.
Primero, fue el viento. Después llegó la tormenta y, por último, un diluvio que terminó por arrasar con todo. Los techos fueron arrancados y los corrales empezaron a desbordarse. El agua invadió cada rincón de la escuela, así como las viviendas de los residentes de la localidad. Los animales tuvieron que ser evacuados en camiones.
El paraje Paso Tala se encuentra en cercanías del Río Corrientes, a unos 70 kilómetros de la ciudad de Goya. Aunque las lluvias, que duraron del 7 al 10 de enero, cesaron hace unos días, el desborde del afluente limita el avenamiento y hasta el momento las soluciones están en pausa. Hasta ayer, un 90% de los vecinos del lugar seguían evacuados o autoevacuados de sus hogares, según informó Ricardo Lemos, el jefe de Bomberos de Perugorria, en declaraciones a Radio Sudamericana.
Frente a este panorama, el pasado 10 de enero, el intendente del municipio, Juan Ramón Castellanos, determinó declarar la emergencia hídrica por el término de 180 días en la localidad. “La intensidad y caída de agua en los últimos días en nuestra ciudad y zonas aledañas hace imposible el drenaje adecuado y completo de los reservorios naturales”, detallaron fuentes oficiales.
“A esta altura solamente quedan tres familias en el Tala, el resto tuvo que irse. Todo empezó con una tormenta bastante fuerte que provocó daños importantes y luego la lluvia que, como dice la gente, nos dio ‘el toque final’”, aseguró a Infobae Mónica Espina, rectora de la EFA Pejú Porá.
“Nunca antes había ingresado agua a nuestra escuela, y hoy tenemos casi un metro de agua adentro, o al menos eso teníamos ayer”. Sin embargo, el estado actual de las instalaciones es desconocido, ya que tuvieron que abandonarlas y aún no ha sido posible volver a ingresar. “Se luchó hasta el último momento, pero esto no impidió que el agua siguiera avanzando”, añadió Espina.
Según explicó la directora, la situación es “devastadora” debido a las grandes pérdidas sufridas. “No pudimos rescatar a todos los animales; perdimos todo el sector de apicultura; los cajones de los núcleos quedaron bajo agua, también todo el sector avícola. Se perdió un reproductor y una cerda madre, pero tenemos la esperanza de que uno de ellos se colocó sobre la defensa y podría ser que lo rescatemos, pero por ahora no es posible ingresar”, señaló.
La EFA Pejú Porá desempeña un papel fundamental para el desarrollo del paraje. Se trata de una escuela de alternancia, de educación rural, un método originado en Francia en la década de 1930 como solución a las dificultades que enfrentan las familias del campo para enviar a sus hijos a la escuela. Los alumnos permanecen en la institución una o dos semanas, dependiendo de la situación, y luego regresan a sus hogares, combinando y aplicando los trabajos educativos con las necesidades familiares, costumbres, prácticas productivas y proyectos.
En diciembre, a pesar de las dificultades ocasionadas por las lluvias que ya habían comenzado a causar problemas, se graduó la última camada de técnicos agropecuarios. La escuela no solo brinda a los jóvenes del paraje acceso a una educación de excelencia, sino que también es considerada por muchos de ellos como un segundo hogar.
Espina adelantó que la ministra de Educación de Corrientes, Itati Praxedes, les informó que, “una vez que el nivel del agua disminuya”, llevarán a cabo un exhaustivo relevamiento en la zona. El objetivo es iniciar las labores de asistencia y garantizar que las clases se reanuden con el edificio en condiciones adecuadas. “Esa es nuestra esperanza”, afirmó la rectora.
Por su parte, a través de las redes sociales, Oscar Dinova, docente rural, oriundo de la ciudad de Mercedes (provincia de Buenos Aires), llamó a realizar un abrazo solidario a la EFA Pejú Porá. “Las escuelas de alternancia llegaron a Argentina en 1968 y hoy son cerca de un centenar en unas seis provincias. Tienen nombres diferentes, pero comparten la misma filosofía de vida y de compromiso con el mundo rural y sus familias, es el momento de abrazar con fuerza a esta hermana en duros problemas”, aseguró.
De acuerdo a Dinova, “es la oportunidad de organizarnos para hacer cierto un viejo y hermoso lema que hemos escuchado siempre: ‘lo que le pasa a una escuela de alternancia les pasa a todas’. Para eso debemos organizarnos y acudir a ayudar a la que lo necesite en urgencia. Y a las autoridades de todos los estamentos estatales les pedimos que apoyen a esta querida EFA, baluarte y columna de toda su comunidad campesina en estas difíciles circunstancias”.
En su publicación, el docente recordó el significado de Pejú Porá: “Vengan bien, vengan lindo. Sean bienvenidos pues”, dijo. “Y de seguro lo somos. Con esa alma bien correntina. Pero ahora, ellos necesitan nuestra ayuda, para que ese abrazo nos lo podamos dar en el patio de una escuela secundaria rural, esas que hacen Patria con el corazón en la mano, y los pies en el barro”, concluyó.
El pedido para recuperar lo perdido
Para albergar a sus estudiantes, la institución dispone de mantas y colchones, que podrían haberse deteriorado debido a la inundación. “Hasta que el nivel del agua no disminuya, no podremos determinar con certeza qué hemos logrado salvar y qué no, ya que logramos rescatar algunos objetos. Como escuela, contamos con muchos muebles aglomerados y laminados, los cuales tienden a deteriorarse con la presencia de agua o humedad extrema”, comentó Espina a este medio.
Asimismo, señaló que es probable que necesiten artículos de limpieza debido a la posible contaminación del agua. “Vamos a tener serios problemas con la contaminación por los desechos cloacales, porque no tenemos cloaca, solamente son un pozo negro que con la inundación se contamina y animales muertos”, completó.
Aunque la situación es crítica, las autoridades de la escuela no pierden la esperanza y reiteran su mensaje como un mantra: “Mientras haya un puñado de tierra seca, podemos seguir construyendo”. En este contexto, confían en la colaboración y la unidad colectiva para restituir lo perdido en Paso Tala.
Los datos para colaborar con la EFA Pejú Porá son:
- Alias: basto.capota.alamo
- CBU: 0110286640028624494580
- Teléfono: 3777-210505