El pasado martes 9 de enero parecía ser un día más para Solveig David Vanini Marchi. Tal como acostumbraba su rutina, unos minutos antes de las 20 arribó al Hospital Piñero del barrio porteño de Flores para tomar la guardia nocturna y dar inicio a una nueva jornada laboral. Lo hizo como siempre y de manera profesional, sin despertar la atención de sus compañeros.
Oriundo de Brasil, el médico -que fue hallado sin vida este jueves en un hotel de Monserrat, luego de ser buscado durante 48 horas por las fuerzas de seguridad- se había mudado hace tiempo a la ciudad de Buenos Aires por motivos laborales. Estaba radicado en el centro porteño. Sin embargo, la mayor parte de su vida no estaba ni acá ni allá, sino al norte de Argentina.
El hombre de 34 años, quien los investigadores creen que cometió un suicidio, había construido su historia en la provincia de Misiones, que limita con su país natal, la cual se volvió su lugar de pertenencia. Allí tenía amigos, allegados y familiares. Entre ellos, las personas que él consideraba más importante: sus hijos.
Solveig David Vanini Marchi era padre de tres menores de edad que actualmente viven en la provincia conocida como de la “tierra colorada” junto al resto de su familia. A Buenos Aires casi no venían, por lo que la relación se mantenía en la distancia. En CABA él estaba solo con su novia, de acuerdo a la información recabada por investigadores del caso.
Según indicaron las mismas fuentes a este medio, se pudo reconstruir que aunque Vanini Marchi no dejaba de lado su responsabilidad como médico, se habría encontrado atravesando dificultades personales.
El pasado martes a las 20 horas ya estaba cambiado con su ambo en el Piñero y había tomado la guardia que duraría hasta la mañana siguiente. Sin embargo, sus colegas precisaron que apenas 45 minutos después del comienzo de la jornada, les avisó a sus compañeros que se retiraría del establecimiento por unos minutos. Iba a ir al cajero, dijo. No especificó cuál, pero en las inmediaciones del centro de salud hay varios ubicados a pocos metros unos de otros, por lo que la ocasional salida no podía durar demasiado.
La preocupación comenzó cuando comenzaron a pasar las horas y él no volvía. Fue entonces que su compañera de turno, una doctora de apellido Vidal, hizo la denuncia en la Comisaría Vecinal 7-A. En consecuencia, la policía de la Ciudad desplegó un operativo para dar con su paradero, el cual estuvo a cargo de la División Búsqueda de Personas.
En la tarde de este jueves, el personal logró ubicarlo a partir de antenas del servicio de telefonía celular, sus tarjetas bancarias y el relevamiento de cámaras públicas y privadas. Según indicaron fuentes policiales a este medio, con la información obtenida se logró determinar que Vanini Marchi había ingresado a un hotel ubicado en la calle Alsina al 800, en el barrio de Monserrat.
El conserje del lugar le indicó a los oficiales cuál era la habitación en la que se estaba alojando y rápidamente estos ingresaron a la misma, donde se encontraron al médico asfixiado y sin vida.
En consecuencia, se solicitó la presencia del SAME en la zona, cuyo personal arribó apenas unos minutos después y confirmó su deceso. Fueron dos ambulancias y motos médicas. Debido a las condiciones en las que se encontró el cuerpo y según las primeras examinaciones del mismo, los profesionales creen que -en primera instancia- se trataría de un suicidio. No obstante, aún se aguarda los resultados de la autopsia.
Desde la filial del Hospital Piñero despidieron a su compañero con un mensaje en sus redes sociales y agradecieron a los involucrados en su desesperada búsqueda: “Nuestras condolencias a la familia y a sus seres queridos. Agradecemos a los trabajadores del Hospital Piñero y a la comunidad por la rápida difusión de su desaparición, a las autoridades policiales de ciudad y provincia para obtener movimientos bancarios, cámaras y antenas de recepción telefónica antes de lo previsto. Estamos aún en estado de shock con la noticia de su fallecimiento”.