Hackearon la cuenta de X de Abuelas de Plaza de Mayo

Los internautas de la red social comenzaron a percatarse de lo sucedido al ver que el usuario @abuelasdifusion compartía publicidad sobre criptomonedas. Tiempo después, llegó la confirmación oficial desde la organización

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La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina, Estela de Carlotto (EFE/Mario Guzmán)
La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina, Estela de Carlotto (EFE/Mario Guzmán)

La organización Abuelas de Plaza de Mayo denunció que su cuenta de X (ex Twitter) fue hackeada el miércoles, por lo que realizaron la denuncia correspondiente en estos casos. Desde el usuario, ahora comparten publicidad sobre criptomonedas.

“Desde esta mañana no podemos ingresar a nuestra cuenta de X @abuelasdifusion y nos encontramos con que otro usuario tomó nuestra identidad”, advirtieron desde la organización a través de un breve comunicado que compartieron en su cuenta de Instagram.

De esta manera, informaron que ya realizaron la denuncia correspondiente, pero no han tenido solución, por lo que instaron a sus seguidores a colaborar.

La última publicación realizada por Abuelas de Plaza de Mayo fue el 8 de enero, cuando compartieron una nota con las declaraciones de su titular, Estela de Carlotto, en las que defendía la lucha que llevan a cabo día a día. “Hay que continuar la búsqueda con alegría y confianza”, sostenía.

El comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo
El comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo

Desde entonces, no habían realizado ninguna publicación hasta que la cuenta comenzó a compartir publicidades de información sobre una criptomoneda, lo que advirtió a los usuarios de la red social de que algo no andaba bien. Tiempo después, llegó la confirmación desde la organización de lo que había sucedido.

Los hackeos a entidades públicas el año pasado

Esta es una modalidad algo habitual. De hecho, en agosto de 2023, hackearon el correo electrónico del entonces Ministerio de Mujeres y se enviaron mensajes discriminatorios en la base de datos. Este fue solo uno de los últimos casos de una ola de hackeos a entidades públicas.

Por medio de un comunicado oficial, las autoridades precisaron que el correo electrónico agraviante —escrito en inglés— se divulgó “utilizando la cuenta de prensa del Ministerio (prensa@mingeneros.gob.ar)”. También informaron que el hackeo “fue realizado desde un servicio tercerizado” contratado por el organismo “para el envío de correos informativos a medios y periodistas en particular”.

Ante ello, la dirección de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones del Ministerio, junto a la Dirección Nacional de Ciberseguridad del Gobierno nacional “procedieron a identificar y mitigar el problema”, tal como precisaba el comunicado.

En este contexto, la mencionada cuenta de correos fue bloqueada de manera temporal, mientras se realizaban los trabajos para el restablecimiento del servicio” “Recomendamos no abrir el correo ni hacer click en enlaces de procedencia desconocida”, aconsejaron en ese momento desde la cartera que era conducida por Ayelén Mazzina, durante la gestión de Alberto Fernández.

Días antes, los servidores del PAMI también recibieron un ciberataque que impidió a los usuarios utilizar normalmente sus servicios. La obra social de los jubilados y pensionados restableció el sistema de recetas y de órdenes médicas electrónicas tiempo después. La normalización de estos servicios fue comunicada a todos los médicos y profesionales, clínicas, hospitales y sanatorios, centros oftalmológicos, centros de diagnóstico por imagen, laboratorios y ópticas.

El cartel que había sido colocado en uno de los locales de PAMI tras el hackeo
El cartel que había sido colocado en uno de los locales de PAMI tras el hackeo

Ambos incidentes se produjeron en un contexto donde los ataques cibernéticos a entidades públicas y privadas eran moneda corriente, puesto que semanas atrás la Comisión Nacional de Valores (CNV) también fue víctima de un ataque similar.

En ese caso, el hackeo fue realizado con un tipo de código malicioso del tipo ransomware, conocido como Medusa, que había tomado posesión de equipos informáticos y dejó fuera de línea las plataformas del organismo. Los atacantes exigían un rescate de USD 500.000, poniendo en evidencia la sofisticación y gravedad de lo sucedido.

En medio de la ola de ciberataques, el INTA fue otra de las víctimas y debió sacar de funcionamiento radares meteorológicos que utiliza para colaborar con el Servicio Meteorológico Nacional y asistir a los productores. También la Super Intendencia de Seguros fue blanco de un ataque.

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