¿Qué puede pasar por la cabeza de un hombre que abandona a su perro en el patio de su departamento? Sin comida y sin agua, el golden retriever de 4 años estuvo solo desde mediados de octubre, según informaron los vecinos del edificio de Palermo.
Al principio, los habitantes del resto de los departamentos cuyas ventanas daban hacia el patio interior de planta baja no entendían bien que pasaba. Veían al animal solo, pero como no ladraba casi nunca pensaron que alguna persona le llevaba comida en algún momento de la noche.
Un perro solo en un departamento
Fue pasando el tiempo y el perro estaba cada día más flaco. En un momento, iniciaron una causa, pero la Justicia no avanzó en el salvataje del animal. Entonces, los vecinos comenzaron a arrojar comida y cubitos de hielo para alimentar e hidratar al perro.
Una de las jóvenes que vivía en el edificio se hartó de la situación. Primero intentó derribar la puerta, pero le aconsejaron que no lo haga. Que podría ser acusada de violación de vivienda. El dueño de casa no volvía y el animal solía salir al patio y mirar para arriba para esperar que le llueva la comida y el agua desde las ventanas.
La misma joven indignada pudo llegar a los medios. El tema fue tratado en el programa de Georgina Barbarossa de Telefe. Y eso generó su efecto, se empezaron a movilizar la policía, los bomberos y algunos rescatistas de buen corazón.
Allí entra en escena, Diana Surace una mujer amante de los perros que tiene una tienda para mascotas en Buenos Aires (@lospishis_tiendademascotas). Ve la situación por la tele y va directo hacia el edificio de Palermo. Los bomberos descartan romper la puerta porque no fueron autorizados por la Justicia a hacerlo.
Operativo de rescate
“No podía creer lo que estaba viendo. El perrito estaba reflaco, todo sucio y toda la casa hecha un desastre –relata Diana en diálogo con Infobae, con los ladridos de sus perros de fondo -. Yo no quiero juzgar a nadie, pero cómo puede ser que una persona abandone así a un animal. No le encuentro razones”.
Una de las bomberas se animó a pasar el patio desde un departamento del primer piso del edificio. Así, abrieron la ventana y la oficial atada por un arnés de seguridad bajó para rescatarlo. Desde abajo, el can miraba todo y esperaba a su salvadora. “Estaba un poco asustada porque no sabía cómo iba a reaccionar el animal que vivía solo desde mediados de octubre –recuerda Diana-. Primero le gruñó, pero enseguida con el agua y la comida se volvió amigable otra vez. Y de esa manera lo pudimos salvar”.
Antes de sacarlo del departamento, alguna persona debía brindar su casa como hogar de tránsito para el perro abandonado. Diana ofreció su departamento, pese a que tiene un salchicha y un caniche también rescatado. “Por suerte ya la bombera que lo rescató del departamento lo va a adoptar -explica Surace con un signo de alivio-. Ella va a mandar a una veterinaria para que le haga los primeros chequeos. Es necesario desparasitarlo y controlar el tema de las vacunas, porque sabemos poco de cómo pasó estos 4 años.
Lo que si pudo saber Diana es el origen de la relación del animal y el hombre que lo abandonó a su suerte en ese solitario departamento con patio interno de Palermo. “Lo había adoptado para la pandemia. Lo que dicen los vecinos es que lo usaba para salir cuando la cuarentena solo permitía ese tipo de actividad”, explica la mujer. Pasó la pandemia de coronavirus y con apenas 4 años, el animal fue abandonado por este hombre que salió de la casa en octubre del año pasado y nunca más se supo de él.
La nieta de Diana le puso nombre al perro rescatado. Lo bautizó Simba. La nena dice que cuando camina “parece un león” como el personaje de las películas de Disney. “Desde que llegó a casa está muy inquieto. Huele todo y ya se bajó un plato de comida entero por día -cuenta la mujer sobre los primeros momentos del animal en libertad-. Todo el tiempo toma agua y se pone inquieto cada vez que escucha la puerta de entrada al departamento”. Todo indica que Simba sigue esperando la vuelta del hombre que lo abandonó en octubre del año pasado. Espera que esa puerta que se abre lo traiga de nuevo.
“Cuando logramos sacarlo de ese patio todos sentimos una felicidad enorme. Los bomberos, los policías, los vecinos y yo estábamos sonrientes - recuerda Diana de ese momento mágico-. Sigo sin entender cómo la Justicia impidió que se derribe la puerta. Si es una persona si es posible, pero por un animal no. Como si no fuera un ser viviente también el perro”.
Por el paso del tiempo y la soledad del animal, el departamento de Palermo quedó en muy malas condiciones. Lo que se sabe es que es propiedad de una mujer que sería la madre del hombre que abandonó al animal en ese patio interno de la planta baja. “Nadie sabe nada de ese muchacho desde que se fue. Espero que no le haya pasado nada malo. Pero eso ya es un tema que tiene que seguir investigando la Justicia por pedido de los vecinos del edificio”, resalta Diana.
Simba recorre todo el tiempo los tres ambientes de la casa de Diana. Recibe las caricias de la nieta de la mujer y se tira en el sillón a descansar mientras espera el plato de comida o que lo saquen a pasear por el barrio. “Es un perro muy bueno. Pese a todo lo que vivió su carácter se mantiene muy tranquilo. Sólo se inquieta un poco cuando entra una persona que no conoce, pero enseguida se vuelve amigable para todos”, resalta la mujer. Surace ya se encariñó con el golden retriever que en pocos días pasará a su hogar definitivo en la bombera que lo rescató de ese patio sucio y olvidado.