Camila Bravo Gadea, una joven entrerriana de 33 años que había viajado a Qatar por trabajo y se disponía a regresar a Madrid, donde vive con su marido, publicó un dramático video en su cuenta de Instagram, en el que denunció que era acosada por un grupo de hombres qataríes.
“Me quieren vender a una red trata de blancas. Hay un señor que me quiere comprar”, relató Camila el 18 de diciembre desde el Aeropuerto Internacional de Abu Dabi; al cual había llegado tras tomar un vuelo desde Doha con destino final a España.
“Cada vez que me acerco a los accesos se me acercan policías y militares, no tengo posibilidad de escapar”, alertó Camila con la voz quebrada, advirtiendo sobre una supuesta connivencia entre los qataríes y las fuerzas de seguridad.
Tras contar los pormenores del amedrentamiento que venía sufriendo desde hacía varios días por estas personas, tanto su familia como su esposo perdieron contacto con ella y realizaron las denuncias correspondientes en Argentina como en España, respectivamente.
Alertado por lo sucedido, el ministro de Seguridad y Justicia de Entre Ríos, Néstor Roncaglia, le solicitó a la coordinadora del Consejo de Prevención, Protección y Asistencia a Víctimas y Testigos de Trata y Tráfico de Personas, Silvina Calveyra, que se pusiera en contacto con la mamá de la joven y diera aviso a la Cancillería y a la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) con el fin de dar con su paradero.
Las versiones en torno a su desaparición eran desesperantes: algunos decían que Camila finalmente había sido captada por la red de trata, otros que había entrado en estado de shock en el aeropuerto y trasladada en ambulancia, y estaban quienes aseguraban haberla visto caer de un primer piso.
Tras 10 días de investigación, Cancillería corroboró que la joven se encuentra internada en un hospital de Abu Dabi. “Su estado es crítico. Se encuentra estable y con pronóstico reservado”, precisó a Infobae la funcionaria Calveyra. “Presenta varias quebraduras en su cuerpo, aparentemente por una caída. Estamos esperando que despierte para que pueda contar su verdad”, señaló.
“La información nos llega a cuenta gotas porque Camila también es ciudadana española. Entonces, la información primero se la suministran a la Embajada de España y luego a nosotros. Lo que todavía no sabemos es por qué llega en ese estado al hospital”, enfatizó Calveyra. “Se están analizando las cámaras de seguridad del aeropuerto para trazar su recorrido”, agregó.
En distintos posteos, Camila aseguró que al intentar abordar el vuelo hacia Madrid se encontró con las mismas personas que días antes la habían acosado en su hotel y en un centro comercial de Qatar. “Había siete personas que me estaban esperando en la fila del avión. Quedé totalmente impactada de verlos”, aseguró.
Y añadió: “Por alguna cosa del destino mi ticket no funcionó, embarqué última y le dije a la azafata que no iba a subir al avión porque me venía persiguiendo gente”.
Inmediatamente, el personal del sector de embarque dio aviso al personal de seguridad del aeropuerto y la trasladaron a “un lugar seguro”. Sin embargo, Camilia admitió que “fue seguro durante un tiempo nada más ya que minutos después aparecieron militares, policías y otros hombres vestidos de árabes para amedrentarme”.
Cuando ya habían pasado 10 horas, la joven volvió a grabar dos videos más donde dijo: “No tengo escapatoria. Necesito irme a mi casa. Han intentado hasta quitarme el teléfono para que deje de filmar y no pueda decir nada”.
Incluso, contó que intentó esconderse en el baño pero que tampoco pudo hacerlo porque un policía le prohibió la entrada. “No me dejan salir del aeropuerto ni dirigirme a la zona de tránsito para volver a mi país. Si tuviese algún cargo ya estaría detenida. Me están amordazando”, denunció.
Camila había llegado a Qatar hace dos meses en busca de una oportunidad laboral que le posibilitara una mejor calidad de vida que la que llevaba en Madrid. No era la primera que visitaba Doha, la capital de este país árabe. “Ella había viajado el año pasado junto a su marido a trabajar durante el Mundial. Después volvieron a Qatar por turismo los primeros días de diciembre, y finalmente ella volvió sola este año”, precisó la funcionaria entrerriana.
Camila estaba fascinada con el esplendor y la majestuosidad de la ciudad y así lo reflejaba en su cuenta de Instagram donde se mostraba posando en el lujoso hotel donde se hospedaba, tomando tragos en la noche qatarí con los imponentes edificios detrás o simplemente disfrutando de la playa en West Bay Beach.
“La situación de las mujeres en los Emiratos Árabes, y más la de las extranjeras que están solas, es complicada porque las tratan como a un objeto. Nosotros intercedimos por la denuncia que hizo Camilia en sus redes, que decía que podía ser víctima de una red de trata”, especificó Calveyra.
La Protex, por su parte, ya le tomó declaración a la familia argentina de la joven y a su esposo; quien ya se encuentra en Qatar junto a ella. “Hoy, todas las líneas de investigación están abiertas”, aclaró la funcionaria.
“Ella viajó esperanzada por conseguir un trabajo y todos sabemos que las redes que se dedican a la trata de mujeres utilizan las nuevas tecnologías para captar a estas chicas con falsas promesas laborales”, señaló Calveyra, quien además ponderó el trabajo realizado por el Ministerio Público Fiscal de la Nación y la Cancillería para dar finalmente con su paradero.
“En los testimonios que tomó Protex hay coincidencias, sobre todo en lo que respecta al marido. Pero más no puede decir porque hay una investigación en curso”, concluyó la funcionaria.
Mientras la familia sigue con atención los partes médicos que emite el hospital de Abu Dabi a diario, el gobierno nacional se encuentra arbitrando las medidas necesarias para que la mamá de Camila pueda viajar para reencontrarse con ella.