“Teníamos que hacer algo para que la pasen un poco mejor”, cuenta Micaela Bogado, jefa de residentes y pediatra del Hospital Gutiérrez. Corría el año 2022 y se acercaba Navidad, una fecha para compartir y estar en familia. Sin embargo, para los niños y niñas de la Unidad 10 las fiestas iban a ser atípicas.
La sala cuenta con 12 camas, una por habitación, y las internaciones se caracterizan por ser prolongadas y con duras restricciones al estar inmunosuprimidos. La mayoría de los chicos atraviesan patologías oncohematológicas o inmunológicas, y al tener las defensas muy bajas hay una mayor propensión a infectarse. Además, se encuentran totalmente aislados, el único contacto posible es con médicos y enfermeras. “Veníamos en una racha un poco triste con diagnósticos muy complicados, pacientes que estaban muy graves y vimos que un montón de ellos iban a pasar Navidad internados”, recuerda la profesional.
En ese momento, Micaela estaba en el cuarto año de la residencia y coordinaba dicha sala: “antes cuando estaba estudiando medicina, había participado de un proyecto muy similar en la sala de oncología del hospital Casa Cuna del Elizalde, donde los chicos escribían la cartita y buscaban gente que se ocupara del regalo. Entonces hablamos con la jefa de la sala para ver si nos dejaba hacerlo y nos dijo que sí”. Con el puntapié listo para comenzar, los residentes del Gutiérrez se pusieron en campaña para conseguir los doce regalos y así, al menos una vez en la vida, se cumpla el sueño de la carta de Papá Noel para aquellos niños.
Crearon un Instagram con el nombre Un Regalo para la Unidad 10, donde publicaron el pedido del chico o chica, con su nombre y edad, y preguntaron a quién le gustaría hacerse cargo. En tan sólo dos días lograron alcanzar los 12 regalos y lo que empezó como un pequeño objetivo se extendió al resto de las salas del hospital, que tiene cerca de 200 camas para infantes. La cuenta pasó a llamarse @unregaloparaelguti y ya superó los 4000 seguidores, que participan activamente en los regalos desde diferentes partes del país. Además del presente, las personas suelen dejar mensajes para el niño con el deseo de que se recupere y tenga mucha fuerza para afrontar la enfermedad.
“Este año coordinamos cerca de 70, casi 80 regalos, que es un montón. Esa es un poco la dinámica, no solamente encontrar el padrino/madrina del regalito, sino asegurarnos de que lleguen en tiempo y forma, y todo justamente para preservar la ilusión de Papá Noel”, explica Bogado con detalle y agrega, “hubo pedidos desde un auto amarillo con las puertas que se abren para arriba, muy específico, o una nena el año pasado que pedía un diccionario de lunfardo y recibieron exactamente lo que decía la carta. Verlos abrir los regalos con una sonrisa gigante al ver que recibieron lo que le pidieron a Papá Noel es impagable”.
Al hablar sobre el día a día con sus pequeños pacientes, la jóven médica remarca la importancia de un acompañamiento, no sólo del niño sino también de sus familiares: “toman pastillas varias veces al día en diferentes horarios y lidian con efectos adversos que hace que no puedan ir al club, no puedan ir al colegio, ni ver a sus amigos. Eso en la vida de un chico es súper disruptivo, por eso es tan importante que trabajemos también con nuestros compañeros de salud mental para cuidar la integralidad de las familias”.
A su vez, lo más difícil en estas situaciones es cuando la internación se prolonga más de lo previsto debido a infecciones o complicaciones en el cuadro. “Te preguntan cuándo se pueden ir, y hay mucha incertidumbre alrededor de eso porque después está en qué condiciones podemos darles el alta a estos pacientes. Hay muchos que son de otras provincias y capaz allá no tienen la complejidad necesaria para atender ese tipo de pacientes y se hace muy difícil la articulación”, amplía y comparte que después de tanto tiempo juntos se construye una relación profunda con las familias, “terminamos siendo parte de ella”.
Desde chica, Micaela siempre quiso ser pediatra y dedicarse a los niños, nunca hubo dudas sobre su fuerte vocación: “me parece una etapa de la vida tan amplia, tan rica, que se manejen con tanta honestidad, que se pueda jugar en cualquier contexto, ya sea en un consultorio o incluso en una guardia o sala de internación. La posibilidad del juego, de poder sacarle una sonrisa, de reírnos un rato y tratar de despatologizar, porque los chicos cuando vienen con nosotros, y en esta sala sobre todo, es porque no se sienten bien. Son chicos enfermos, y lidiar con la enfermedad de un niño y con pronósticos graves es de lo más antinatural que existe”.
Uno de los casos que más la marcó durante su paso por el Hospital Gutiérrez es el de Tati, una chica de 17 años que estuvo internada durante un largo período en la unidad. Fue la primera carta publicada en la Navidad pasada. Muy aficionada a las historias largas con muchos personajes, la ciencia ficción y las sagas, su gran deseo era la colección entera de los libros de Harry Potter, leer era su pasatiempo preferido. “Vos entrabas a la habitación y siempre te recibía de buen humor con una sonrisa, muy amorosa. Incluso en momentos donde ella se sentía mal, nosotros estábamos súper preocupados por su salud, pero ella siempre trataba de mantener la calma”, narra con nostalgia Bogado, quien tuvo un vínculo muy especial con la joven.
A pesar que Tati falleció, Bogado dice: “la recordamos todos los días y en esta Navidad, sobre todo”.
Con respecto al proyecto junto a sus compañeros residentes y tras más de cuatro años de labor en el Hospital Gutiérrez, Micaela se muestra muy contenta por la evolución del mismo y agradecida por la multitud de gente que se sumó a dar un regalo. “Tenemos una sociedad que es muy solidaria y creo que es responsabilidad de nosotros, del mundo adulto, proteger a las infancias. El derecho al juego es un derecho como cualquier otro derecho y es parte de la salud de los niños que nos toca acompañar”, reflexiona y espera que siga adelante en los próximos años.
En vísperas de la presente Navidad, todas las cartas para Papá Noel fueron cumplidas con éxito y sólo queda esperar este 24 a la noche para volver a ver la sonrisa de cientos de niños y niñas junto a su preciado regalo. La magia sigue intacta.